Así, de plano, por sus fueros, el director de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), José Luis Luege Tamargo, sentenció: “ninguna de las recomendaciones que nos hizo la Comisión Nacional de los Derechos Humanos procede”.
Fernando Hernández Gómez / fdohernandezg@hotmail.com
De la defensa, pasó al ataque: la CNDH actuó con superficialidad, con tendencias partidistas, y se dejó llevar por notas periodísticas; además, no valoró la información técnica que le proporcionamos, acusó el funcionario federal.
Luege Tamargo se convirtió —el 28 de marzo— en el primer funcionario del gobierno federal que compareció ante el Senado, a petición de la oficina del ombudsman nacional, Raúl Plascencia Villanueva, tras la reforma constitucional que establece que los servidores públicos que no atiendan sus recomendaciones pueden ser citados ante dicha cámara para que expliquen sus motivos.
Para explicar su negativa a aceptar la recomendación 61/2011 de la CNDH, en el caso de la inundación de Tabasco ocurrida en 2010, el director de la Conagua acudió ante las comisiones unidas de Recursos Hidráulicos, de Derechos Humanos, y de Protección Civil del Senado.
La recomendación de la CNDH se derivó de una queja de cinco mil 710 personas, por la actuación de diversas autoridades, entre éstas Conagua, que provocó que más de 130 mil personas resultaron afectadas en Tabasco por obras inconclusas, omisiones, presuntos actos de corrupción e incumplimiento de normas en 2010.
En respuesta a esos señalamientos, José Luis Luege remarcó que “la Conagua no es responsable de esos daños y, por tanto, no puede pagar, como ordena la CNDH, que quiere responsabilizarnos”.
Abundó: “Las más de cinco mil quejas que tiene ese organismo son de habitantes de las 60 localidades que están ubicadas en zona de anegaciones, que siempre se inundan, y los planes hidráulicos que se desarrollan no son para evitar esto, al contrario, favorecen la inundación”.
Olvidándose que era el inculpado, se transformó en inquisidor: “Acuso a la CNDH, a su primer visitador (Luis García López-Guerrero) de que distorsionó la información que le dimos; no la valoró”, dijo.
“Hay una actuación muy grave de ese órgano que públicamente ha buscado el linchamiento de la Conagua. Ha actuado de manera política. Incluso, lo acuso de no haber asistido a una reunión a la que se le convocó para informarle del Plan Hidráulico de Villahermosa y de la Zona de Inundaciones”, aseveró.
La respuesta de la CNDH vino en un comunicado. Le replicó al director de la Conagua que su posicionamiento al Senado es contrario a los derechos humanos, y lastima de manera seria a las instituciones, a la sociedad y al mismo Estado.
El órgano autónomo insistió que personal de la Conagua incurrió en abusos, obras inconclusas, omisiones, presuntos actos de corrupción e incumplimiento de normas. Además, fueron vulnerados derechos a la seguridad jurídica, legalidad, propiedad, posesión, trato digno, protección a la salud y vivienda adecuada de las víctimas.
Remarcó que a propósito de las inundaciones de ese año, recomendó reparar los daños a todas las personas que fueron damnificadas, concluir las obras hidráulicas para disminuir la vulnerabilidad de la población y tomar las medidas técnicas necesarias para evitar inundaciones.
En la comparecencia, Luege señaló que fueron las lluvias severas las que provocaron las inundaciones en Tabasco, en 2010.
Rechazó que la Conagua sea la responsable de las inundaciones en Tabasco, y sostuvo que no está obligada “a pagar daños que no ocasionamos y que fueron provocados por fenómenos naturales”.
“La Conagua tiene la certeza de que no hubo acciones delictivas, y sería un abuso que la Conagua vaya en contra de sus funcionarios cuando tenemos la certeza de que han actuado conforme a derecho”, declaró.
La CNDH le reviró: “Resulta intolerable que se viole la ley, los derechos humanos, se desvíe el servicio público y no suceda nada”.
Y puntualizó: “El tema no son las inundaciones en Tabasco, sino los abusos en los que incurrió el personal de la Conagua, y es lo que no ha aclarado ni explicado su titular”.
Para la CNDH hay un sistemático comportamiento de rechazar sus recomendaciones —en su haber ya tiene otras dos: 54/2011 por la contaminación del río Usumacinta, en Tabasco, y 12/2010, por la descarga de residuos químicos al río Santiago, en Jalisco—, sobre todo en este caso donde, además, vulneró “los derechos a la seguridad jurídica, legalidad, propiedad, posesión, trato digno, protección a la salud y vivienda adecuada de las víctimas”.
“No se puede aceptar que se violen la Constitución y los derechos humanos de manera impune; es necesario que se deslinden responsabilidades”, le pide el ombdusman al Senado.
Ese día, Luege Tamargo se convirtió, de acusado en acusador.
Fue al Senado a sentar a la CNDH en el banquillo de los acusados, y si le hubiesen dado más cancha, decretaba su desaparición.
Si llegara a inundarse la capital del país, diría que ocurrió porque la gran urbe está asentada sobre una laguna.
Ojalá los senadores razonen que la CNDH fue creada precisamente para frenar a tipos cínicos, abusivos, violadores de las ley y soberbios como Luege, y para frenar los excesos de las autoridades. Sí, de las autoridades.
¿Se darán por satisfechos con los argumentos del titular de la Conagua, o procederán a ordenarle que haga lo que se le recomienda y, sobre todo, se indemnice a los afectados con sus obras, abusos, incumplimiento y negligencia?
A Luege hay que invitarlo a que nos explique su Plan Hidráulico de Villahermosa y de la Zona de Inundaciones, porque acá pensábamos que lo que defendió fue el Plan Hídrico Integral de Tabasco.