Encubridores
¿Qué pasará con el Órgano Superior de Fiscalización (OSF) del estado? ¿Seguirá Francisco Rullán Silva como fiscal superior generando sospechas de que con su trabajo encubre a quienes desvían para su provecho personal los recursos públicos? ¿Seguirán los saqueadores del erario haciendo de las suyas mientras el ente fiscalizador se hace de la vista gorda con quienes le dan su mochada?
Fernando Hernández Gómez / fdohernandezg@hotmail.com
La respuesta todavía no la sabemos. Falta que el gobierno del cambio verdadero clarifique ese punto pendiente en la agenda de la alternancia. El hecho de que el fin de semana el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso local, Rafael Abner Balboa Sánchez, al dar a conocer que ya se reunió con el titular del OSF —un viejo amigo suyo—, aclarara que no le ha dado ningún ‘voto de confianza’ al trabajo de Rullán, no es garantía de nada.
Las respuestas que el jefe de la bancada mayoritaria —la perredista— dio a los reporteros son ambiguas. ¿Qué es eso de que “hay que confiar en el OSF para que haya capacidad para revisar”? ¿Qué debemos entender cuando Balboa dice que “tenemos que confiar que haya gente preparada, capacitada, con principios, para decir qué cosas están bien y qué cosas están mal”?
Tengo la impresión que el legislador teapaneco desea que Rullán continúe en el cargo el resto del sexenio, pues según su opinión es una ‘gente capacitada’. Y esta percepción la refuerza el que ahora busque que todos los coordinadores de fracciones se reúnan con el fiscal superior, y también el que anuncie que harán una visita a las instalaciones del OSF para verificar si en el edificio que renta cuenta con los espacios suficientes para trabajar. ¿Para qué?
Pero si la actitud de Rafael Abner Balboa es vacilante, la de su compañera de bancada Neyda García Martínez, quien preside la primera Comisión Inspectora de Hacienda, resulta fuera de toda proporción, pues anunció la posibilidad de que el Congreso local contrate despachos externos para que auditen la cuenta pública del último año de Andrés Granier Melo, a fin de que su informe lo empleen en su calificación.
Y es que según la legisladora perredista “no hay ninguna confianza en el Órgano (OSF). Obviamente nosotros, de nuestra parte, vamos a investigar. Ya tenemos una denuncia ciudadana hecha por una fundación y de ahí vamos a partir para poder abrir esa parte, que es un gasto de 35 mil pesos diarios que se daba en la Quinta Grijalva, 150 personas trabajando ahí, y sí se va a investigar en todo lo que podamos, en los tiempos que marca el Congreso”.
El punto es que no hay confianza en Rullán Silva. Si los diputados tienen dudas acerca de la imparcialidad con que debe conducirse el fiscal superior, entonces ¿para qué lo mantienen en el cargo?
Si en el último sexenio una pandilla asaltó el erario público fue porque, sin ninguna duda, tuvo la complicidad del Órgano Superior de Fiscalización. Francisco Rullán es culpable, en el menor de los casos, de omisión, por no haber hecho bien su trabajo. Pero bien puede enjuiciársele por ser encubridor.
El diputado federal del PRD Marco Rosendo Medina Filigrana lo cataloga como ‘corresponsables’ de que en la administración estatal se haya incurrido en gastos excesivos y en saqueo indiscriminado del erario.
“La cuenta pública de 2012 —dijo— todavía está en revisión. Se va a aprobar hasta diciembre y ahí también tiene que cumplir su función el OSF, que no lo hizo en estos cinco años. O sea, hay corresponsables en esto, no nada más Granier. Francisco Rullán es corresponsable, porque él maquilló las cifras durante este tiempo. El senador Humberto Mayans es corresponsable porque fue el secretario de Gobierno tras el trono durante estos cinco, seis años de Granier. Hay muchos que ahorita quieren esconderse y cargarle todo a Granier, pero hay varios corresponsables del saqueo desmedido que se hizo”.