¿Quién le pone el cascabel al gato?
Vaya lío armado por la fanfarronería del Químico Granier a resultas de la bonanza económica que ahora vive a cargo del erario de Tabasco...
Rosa Elvia Bracamontes rosaelviab@hotmail.com
El escándalo en alta. Cejas arriba, bocas apretujadas, mejor que cualquier novela de Televisa y, por supuesto, amerita que los micrófonos se abran a todo el que quiere opinar al respecto y que le intelige a la política. Un drama constante que no tiene punto final a futuro cercano, según vemos.
Leer las declaraciones del titular de la PGR no es más alentador; todo apunta a que “harán”, no que están “haciendo”, más claro ni el Grijalva. Por acá el asunto no anda a mejor, por más que prometan que ya merito declara Sáiz Pineda.
Cortinas de humo, rumora la gente. El meollo del problema subsiste a la fecha: OPACIDAD; seguimos con las arcaicas prácticas de no TRANSPARENTAR el manejo de los recursos públicos y para ser sinceros, este concepto Constitucional, subsiste como letra muerta.
Justo esto permitió el saqueo anunciado, de ser cierto. Justo esto permitirá que los dineros de los tabasqueños se dilapiden y vayan a parar a las cuentas de quien arribe al gobierno, del partido que sea. La ocasión hace al ladrón y mientras no sepamos cómo, cuándo y por qué se distribuyen los recursos públicos, seguiremos teniendo nuevos ricos o más ricos.
Parece que el tema no indigesta a los actuales, especialmente a los legisladores que en histórica oportunidad podrían hacer las reformas legales para abolir la oscuridad institucional. Lo cierto es que culmina un ejercicio legislativo y ni atisbo que enfilen a hacer lo correcto, pero criticadísimo en el pasado.
Seguimos con las viejas formas, tal como vemos con la designación del nuevo titular del Órgano Superior de Fiscalización. Tal como vemos con las “instrucciones” que ahora cumplen en el IEPCT para “aplicar justicia” sobre temas “ignorados” en el pasado. Bastó que se constituyeran los nuevos para hacer lo dizque correcto.
La cosa no es tan fácil, como se colige de la reinstalación del secretario ejecutivo del IEPCT. Trabajar conforme a Derecho permite que las decisiones sean irrevocables o inmodificables. Que no es el caso.
Actuar bajo presión de los “jefes”, en muchos de los casos, redundará en una mezcla de incapacidad y autoritarismo, resultando actuaciones fallidas que los exponen al escarnio público, especialmente, teniendo a los medios de comunicación en contra.
Así se sataniza la vida institucional, tal como sucede en el caso de Agapito Domínguez Lacroix, que ha vivido en carne propia el linchamiento político-social y sobre el cual, no ha sucedido nada. Legal o no la compra acusada, al parecer quedará en lo mediático, porque más allá nada se sabe.
Seguro que todo trabajo nuevo amerita respeto, pero en el caso de Tabasco, ya se debía tener una mediana idea de lo que tendrían que hacer. Justo para eso operó el tiempo de campañas, donde los compromisos afloraron a diestra y siniestra.
Guste o no lo que aquí se expresa, la sociedad hoy empieza a demandar CUMPLIMIENTO, al comparar lo que sucede a nivel nacional y la total ausencia de un plan estatal de desarrollo; la presencia efectiva de quienes eligieron, ofreciendo ideas claras en tiempos específicos que a la fecha, siguen guardados en el rincón de los olvidos. Al tiempo.
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