Elba Esther se cree redentora del país
Quienes la visitan en el reclusorio del sur defeño dan dos versiones de Elba Esther Gordillo. 1.- Dice a sus amigos: “Nunca imaginé que me harían esto. Yo que tanto le di al país y en muchos momentos lo hice con riesgo a mi propia salud… Esto es una injusticia”.
José Ureña / primercirculo@hotmail.com
Y 2.- prepara a sus colaboradores y familiares: “Esto se acabó. Entiendo que mi actividad sindical y profesional ha terminado, así que sólo me queda cuidar lo que más quiero: mi familia”.
Dicho lo primero, se muestra con rencor contra Enrique Peña Nieto, con quien hizo tanta amistad e inclusive operó a su favor entre el magisterio y el Panal cuando se trató de destruir a la candidata panista Josefina Vázquez Mota o de frenar el ascenso del entonces perredista Andrés López.
En este sentido cree haber allanado el electorado para dar el triunfo al actual presidente de la república.
A este lamento suyo sigue la instrucción a sus abogados de actuar para combatir por la vía legal.
Esta primera reacción no está desligada de la segunda.
Y 2.- si se trata de dar la pelea legal para recuperar la libertad, ésta tiene el objetivo de planear el futuro. Y ese futuro lo avizora dedicada íntegramente a sus hijas y a sus nietos.
Lejos del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), del cual fue ama y señora durante 22 años y los sexenios de Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón…
Su poder aumentaba hasta la aparición, ¡quién lo hubiera creído!, de su amigo Peña Nieto. La cárcel estuvo a 57 días de su mandato y, salvo sus abogados le digan lo contrario, ahí puede terminar el sexenio.
¿Cuándo saldrá? Las circunstancias lo dirán, pero a su favor juegan la edad, la posibilidad de purgar condenas en reclusión domiciliaria, o bien en un hospital por enfermedad.
VE A SU NEFRÓLOGO DOS VECES AL DÍA
En el Gobierno del Distrito Federal (GDF) están atentos a todas las circunstancias.
Cuando a fines de febrero Miguel Mancera dio la orden de trasladar a Elba Esther Gordillo del reclusorio femenil al Sur, lo hizo con los reportes de salud en la mano y con un solo objetivo: ponerle a disposición un hospital cercano de segundo nivel.
—En Santa Martha no disponíamos más que de un dispensario, insuficiente para quien tiene problemas graves de salud —dijo el jefe de Gobierno.
Desde entones La Maestra ha tenido privilegios.
Uno de ellos es la visita diaria de su médico personal, el nefrólogo Jesús Francisco Walliser Duarte.
Él estuvo al pendiente día y noche cuando, hace ocho años, una hepatitis C la obligó a intervenirse en Estados Unidos y ahora la tiene en riesgos latentes.
Él, por instrucciones de ella, viajaba a San Diego o a lugares donde se asientan clínicas prestigiadas para supervisar los tratamientos.
Al principio de su reclusión acudía tres veces al día, primero a Santa Martha Acatlita y luego al Reclusorio Sur.
Ahora va mañana y tarde donde le revisa en especial una hernia en el vientre y un problema de pierna, males de los cuales no se atendió cuando estuvo en libertad.
Los dictámenes del doctor Walliser Duarte pudieran ser definitivos sobre la permanencia de la señora Gordillo en la cárcel o bien su libertad para cumplir su actual deseo: convivir las 24 horas del día con su descendencia.
BEJARANO BUSCA A PEÑA NIETO
El nombre de René Bejarano ha vuelto a ser noticia. Y lo es en un escenario extraño.
Polémico siempre, el 3 de marzo de 2004 causó escándalo nacional por la difusión de un video donde aparecía mientras se embolsaba decenas de miles de dólares en portafolio y bolsillos.
Puños de billetes.
Era dinero cobrado por favores y chantajes al empresario Carlos Ahumada desde la secretaría particular de Andrés López, entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal (GDF).
—Si supieras lo que he hecho por Andrés… —remarcaba Bejarano para dejar constancia del conocimiento de esos hechos por su jefe.
Era líder de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y había acudido a Televisa a anunciar una campaña de moralización en ese cuerpo colectivo, donde no valdría militancia política.
Ese Bejarano ha resurgido, trabaja lo mismo para El Peje y para el Partido de la Revolución Democrática (PRD), donde tiene posiciones convenidas con Los Chuchos Jesús Ortega y Jesús Zambrano. Pero quiere trascender.
ESTRUCTURA CLIENTELAR PARA PEÑA Y EL PRI
René Bejarano aspira a mucho.
Nacido como líder vecinal y fortalecido con los programas habitaciones del gobierno capitalino tras los sismos de 1985, su poder clientelar en la ciudad de México es innegable.
—él le hizo la campaña a Cuauhtémoc Cárdenas y por eso ganó —me dijo en 1997 Roberto Campa, quien dirigió al Partido Revolucionario Institucional (PRI), perdedor de entonces.
Es su capital político y negocia con él. Ahora la sorpresa es a dónde se ha asomado. Bejarano busca intermediarios para llegar hasta el presidente Enrique Peña.
Ha intentado varias vías y no hay constancia de éxito, pero la intención persiste.
—¿Para qué? —le han preguntado algunos interlocutores.
—Yo sé cómo llevarlo por la ciudad —ha contestado.
Se trata, interpretan sus posibles mensajeros, de encaminar al titular del Ejecutivo y al PRI donde no han podido meterse ni los gobiernos priistas ni los panistas, como demostraron Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón.
Si es su intención, trabaja en muchas pistas: sirve al Peje, es aliado de Marcelo Ebrard para hacerse de la presidencia del PRD y ahora quiere quitar la posibilidad a Rosario Robles de llevar a Peña a las profundidades políticas del Distrito Federal.
¡Qué hábil es el tal René!
La lealtad es otra cosa.
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