De robos y otras cosas
Tabasco, tierra de enjundia, tropicaleo, tradiciones arraigadas y en donde aún quedan salpiques de señoras y señores con honor, pero también un importante porcentaje de chocolandeses que desconocen dicha palabra y les da lo mismo robar o que les roben y lo que es peor, que esto se maquille con cuentos que no pueden tildarse de chinos, porque los asiáticos se indignan.
Rosa Elvia Bracamontes / rosaelviab@hotmail.com
Así, en un hecho sin precedentes, se pone en tela de juicio la veracidad del robo de documentos que justificaban o incriminaban el manejo de recursos públicos del estado, vía Secretaría de Finanzas; y digo así porque sólo que seamos provenientes del vecino planeta Marte o sus alrededores, nos tragamos el cuento que alguien pueda tener un interés real sobre un arsenal de papeles que por sí mismos se traducen a basura.
No necesitamos resucitar a Sherlock Holmes para concluir que alguien no deseaba que la información contenida en tal papelería fuese conocida por ojos ajenos a quienes hicieron los movimientos consignados.
Lo que sigue llamando la atención es el modo poco aseado en que una trama secreta se publicita a los cuatro vientos, poniendo una vez más a litigar públicamente algo que se supone debe hacerse con sigilo.
Ahora hasta abogados diversos en alardes publicitarios se ponen a resolver el fondo del asunto, con magistral galanura, supliendo extrajudicial y risiblemente a la corte federal, otorgando amparos al probable responsable a título gratuito.
El meollo del asunto que lleva a escribir esta columna es el hecho que la voz litigante, vinculada con el perredismo de altura, pone por el suelo el trabajo de la Procuraduría General de Justicia, dejando en claro que hasta para el gremio sol-azteca, la actuación ministerial deja mucho que desear y ya lo venimos diciendo desde siempre en este espacio.
Preocupa sobremanera la transgresión a la obligación de guardar en debido secreto los trabajos de investigación. Ya no hay aseo en sus manejos. No hay investidura ni calidad moral e institucional para sobreponerse a la presión de los medios de comunicación, y menos, responsabilidad en la difícil y delicada encomienda dimanada del 21 Constitucional.
Hoy, hasta el chofer del famoso robo del “alimento para ratas” de Finanzas ya sabe que lo anda buscando la “tira” y por supuesto, ya debe descansar al lado del ex gobernador en alguna tumbona en Miami, con un mojito bien muerto pa’ resbalar el estrés de lo vivido. Caray, montar un espectáculo de tan poca calidad no es cualquier cosa.
Realmente está el asunto de locos; parece que la llegada tiene destanteados a los llegantes y no saben qué hacer con las funciones que les corresponden. Nadie habla de proyectos o de estrategias para empezar a clarificar la turbiedad heredada de la administración anterior, según. Por ahí se alzo débilmente el concepto “austeridad”, más al estilo Longe Moco, “¡Fue horrible”, porque nadie sabe qué significa esto.
Por lo pronto nos queda claro que los diputados locales seguirán ganando su lucrativa dieta más “n” prestaciones, incluidos los gastos médicos mayores a los que no piensan renunciar, pues como dijo el líder de la bancada perredista, él siempre ha tenido ese tipo de servicios. Dan ganas de llorar al leer tales ínfulas. Total, los que menos tienen, que sigan así, para eso sirven. Y sigue la mata dando.
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