De Gordillo y otras cosas
México sufrió el mejor temblor que el sistema le pudo dar. La noticia de la detención de la líder vitalicia de uno de los sindicatos más poderosos de Latinoamérica, Elba Esther Gordillo, fue recibida con múltiples reacciones anímicas que fueron desde el estupor y la incredulidad hasta el escepticismo lógico y natural de quienes no confían en el priismo.
Rosa Elvia Bracamontes / rosaelviab@hotmail.com
Intentan que no suene a un Quinazo; el discurso contiene la palabra HONESTIDAD y hay una presencia clara y directa del presidente de la República, dando cuenta a la sociedad mexicana de un fenómeno en reclamo desde décadas atrás.
Quienes saben de política entienden que esto sólo concreta el saldo de una deuda afanosamente trabajada por la lideresa del magisterio que, consciente que surgió por y para el sostenimiento del poder, se creyó omnipotente y todopoderosa. Fue útil. Ya no lo es.
El anuncio cae de perlas entre millones de mexicanos que desconocen la finura de los manejos que se logran en tales lides. Muchos mensajes positivos a favor del priismo se dejaron escuchar. Ven que con esto comienza la barredora contra la corrupción. Aún está por verse.
Para nadie es un secreto que los sindicatos en este país crecen en beneficio de unos cuantos y el tesoro que conllevan en tratándose de política, es justo el voto corporativo de su gremio. Ese que en las elecciones se compromete y obliga a votar a favor de determinado candidato o candidatos.
Varios presidentes de la república se sirvieron de esto; gobernadores y legisladores también. Hoy podemos ver que los líderes sindicales ya no se conforman con ocupar la onerosa posición que les privilegia entre sus agremiados. Ahora ocupan cargos de elección popular, ampliando sus expectativas de vida que en nada beneficia a la de los mexicanos.
El despilfarro de millones de pesos en el estilo de vida que adquieren duele a las masas que se truenan los dedos por conseguir el plato de comida para las familias; que luchan encarnizadamente por obtener la renta mensual de sus humildes moradas. El contraste de las clases sociales, donde la pobreza extrema tiene clara ventaja por cuantía, con estos personajes se hace más evidente.
Hacer memoria sobre las muchas apariciones públicas de la señora Gordillo del brazo de los principales líderes político del país, en sonora complicidad de los poderes, genera hasta cierta nostalgia al saber de lo que la clase política es capaz.
El repudio que hoy se hace público al manejo que la mujer generó sobre el magisterio, a la que alzan como el claro ejemplo de lo que no debe ser, contrasta con la sonrisa de aprobación de antaño.
Lo que queda claro es que cuando el sistema quiere, el sistema puede. Que tiene herramientas poderosas con las cuales puede desmantelar cualquier manejo con recursos de procedencia ilícita y saber con exactitud quiénes se enriquecen al margen de la ley.
El SAT y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores son instrumentos invaluables que por razones misteriosas no han sido canalizadas para detectar a quienes reciben dineros de modo injustificado, permitiendo que el crimen organizado tenga el mejor caldo de cultivo en este país. Hoy el pueblo de México está enterado. Veamos quiénes más caen, si es que caen en un país donde todo, pero todo, se puede.
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