martes, 19 de febrero de 2013

Policronía Semanal


Hágase el silencio. Y se hizo. 


Entre el lleva y trae de las tropelías del sexenio granierista que tiene en constante presión a la sociedad choca para ver resultados, quien correspondía acabó de una buena vez con el protagonismo de muchos de los titulares de las dependencias que se decantaron en quejas y más quejas. 

Rosa Elvia Bracamontes / rosaelviab@hotmail.com


La quejología está bien por un tiempo, es necesaria a fin de brindar a la sociedad la información preliminar de cómo dejaron al estado los que se fueron.
Pero los que saben habrían sugerido a la actual administración la dosis prudente de información por los canales adecuados —léase Comunicación Social del Estado— evitando expresiones desafortunadas de personajes que con poca experiencia político-administrativa, al tomar el micrófono les tiemblan las patitas y no coordinan ideas.
Por supuesto que esto conlleva el desgaste lógico y natural de la paciencia social por un lado, y el malabarismo institucional del otro donde se debe ser experto en chiflar y comer pinole para cuantificar la lesión al erario estatal y echar a andar los trabajos que ya no pueden esperar.
El gobernador hizo lo propio: callar a sus huestes, comprometiéndose una vez más a trabajar correctamente el asunto de los faltantes. Y tiene razón, pues la inconsciencia de algunos está dando al traste con la secrecía de la investigación que se supone están trabajando a la fecha y mas pareciera que envían señas Morse a los ausentes para esconder evidencias.
Vale la pena decir que esto se tornó en chisme barato, por el protagonismo mediático que todos tienen para según exponer al gobierno priista, pero como dije, al tiempo se podría convertir en un bocado difícil de digerir y el primer mandatario sabe de eso.
De ahí la enorme trascendencia que tiene el manejo de la información institucional de cara a la sociedad, ante la inexperiencia en los cargos públicos; nada como mantener un control férreo en dicho rubro y ya que tienen a alguien con experiencia en Dolores Gutiérrez Zurita, es un desperdicio que no se use adecuadamente en beneficio del estado.
Hoy todos se sienten voceros del gobierno del Estado y lo cierto es que se muchos se decantan en loas exacerbadas, donde para colmo, en congruente incongruencia estilada por las izquierdas, convierten al presidente de la República en héroe de Tabasco, haciendo la mejor labor de proselitismo, camino al 2018.
Bien podríamos decir que han madurado en el ejercicio político, pero sabemos que la idea es decirle a Tabasco que su elección fue la mejor, sin embargo, obligadamente otorgan la gloria a otro, pues para nadie es un secreto lo presto que está el gobierno federal para rescatarnos de la miseria, según dicen.
Finalmente ambos mandatarios sólo cumplen con su trabajo; aquí no hay súper héroes, únicamente hombres electos por el pueblo para trabajar para el pueblo y hacer lo correcto. Y si bien el pasado tiene muchas tachaduras y enmendaduras institucionales, la sociedad cada vez está más despierta y exigente; lo hacen bien o lo hacen bien. 
El ganagracismo debe quedar atrás. La retórica zalamera ya no está “in”. El discurso maquillado, todo el mundo lo alucina. Lo de hoy es informar veraz, oportuna y conscientemente, para que no haya enormes topes que obstaculicen los trabajos del estado. Más cabeza y menos vísceras.  

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