La larga historia de Chuayffet y Núñez
El 31 diciembre, cuando Arturo Núñez acudió a recibir a Emilio Chuayffet, escuchó un comentario amable: —Mira a quien te manda el presidente Enrique Peña Nieto de representante.
José Ureña / primercirculo@hotmail.com
—Si yo no le hubiese pedido que vinieras tú, lo vería como un acto de hostilidad de su gobierno al mío —repuso Núñez para sorpresa de Chuayffet.
El dato fue verídico.
Desde su primer encuentro, entre la larga espera de uno y otro para iniciar sus respectivos mandatos, hubo buena química entre Peña Nieto y Núñez.
Hablaron de las difíciles condiciones económicas de Tabasco, el déficit de servicios, los problemas de pobreza creciente, las dificultades de año con año por las inundaciones, el costo elevado de las tarifas eléctricas, las deudas a heredar —hoy ya heredadas— y mil y un asuntos en los cuales es necesaria la colaboración federación-estado para poder salir adelante.
Se ofrecieron ayuda mutua.
De inmediato iniciaron las consultas entre los equipos de uno y otro para ver cómo se superan tantos pasivos y cómo se encuentran soluciones de largo plazo en algunos casos, como la infraestructura vial, o definitivas como la anual invasión de aguas en zonas urbanas y poblados a lo largo de su caída de la sierra hasta desembocar en Villahermosa.
En esas están.
Ambos, Peña Nieto y Núñez, apenas inician pero van por caminos de promisión.
LA TERRIBLE HERENCIA DE DELEGADOS PANISTAS
No asumió los resentimientos acumulados a lo largo de décadas por el Peje.
Más bien debe entreverse desde ahora la práctica de un propósito de Peña Nieto: sea cual sea el signo de los gobernantes locales, él ha abierto canales de diálogo y colaboración de largo aliento.
Esto incluye múltiples aspectos, desde un trato sincero hasta análisis de problemas, búsqueda común de soluciones, respaldo federal en lo posible y aprobación de funcionarios.
Ah, esto es relevante.
Durante los dos gobiernos del panismo, el de Vicente Fox y sobre todo el de Felipe Calderón, la federación intentó apabullar a las entidades federativas.
Se hicieron proyectos muchas veces sin consultar con los gobiernos locales y los delegados no eran aprobados por los gobernadores.
Sus actividades eran prácticamente autónomas, como bien las documentó Leonel Godoy cuando la consultada era Luisa María Calderón Hinojosa y a ella invitaban secretarios de Estado para presidir actos oficiales de entrega de beneficios públicos.
Sobra el dato de la militancia política.
Casi en su totalidad son panistas conocidos y no faltaron quienes fueron enviados al final simplemente para cubrirles los últimos meses del sexenio con la nómina oficial.
Pocos gobernadores se quejaron.
Lo vieron como algo natural.
Eso no sucederá más.
En este momento están a negociación cientos —sí, cientos porque así de enorme es nuestra burocracia— de delegados de las distintas dependencias federales, desde Secretarías de Estado hasta organismos descentralizados o dependencias de dependencias.
MADRUGUETE DE COLOSIO A SALINAS DE GORTARI
En el ejemplo del día, el envío de Emilio Chuayffet a la toma de posesión de Arturo Núñez, no debe sorprender.
Ambos fueron colaboradores cercanos de Fernando Gutiérrez Barrios en la Secretaría de Gobernación (Segob) y han vivido historias agradables y desagradables.
Una anécdota:
En la elección intermedia de 1991, Carlos Salinas ordenó a Gutiérrez Barrios recopilar toda la información de las votaciones y dárseles a minutos de cerradas las casillas.
—Antes que a nadie —le remarcó.
Disposición entendible a la luz de los resultados de 1988, cuando la famosa caída del sistema acreditada al ahora petista-pejista Manuel Bartlett, dejó el síndrome en el ex presidente porque en su momento la izquierda lo consideró un mandatario impuesto y jamás se supieron las cifras de al menos la mitad de las casillas.
Pero aquel 1991 no había datos.
Desesperado, Gutiérrez Barrios llamó a su subsecretario Chuayffet y le pidió las cifras.
No las había.
Por órdenes de Luis Donaldo Colosio fueron concentradas en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y así lo hizo saber el secretario tricolor, Rafael Rodríguez Barrera, al propio Chuayffet.
Acaso avergonzado, el flamante secretario de Educación Pública ofreció a su jefe Gutiérrez Barrios en presencia de Núñez, a la sazón director de Gobierno:
—Les he fallado, señor secretario, a usted y la presidente Salinas de Gortari. Le suplico acepte mi renuncia.
—No —reconvino Gutiérrez Barrios—, quien le ha fallado al presidente soy yo y yo soy quien debe irse.
Se hicieron de palabras: no yo, no yo, no yo, repetía cada uno, y Núñez zanjó el diferendo con humor:
—Si los dos fallaron. ¿Por qué no renuncian los dos y yo asumo el cargo de secretario de Gobernación por prelación?
Sirva esta historia para destacar dos capítulos: la presencia de un alto funcionario amigo (Emilio Chuayffet) a un acto estatal (la asunción de Arturo Núñez) como parte de un republicanismo recién instaurado, el de la coordinación federación-estados.
YA PREPARAN LAS REFORMAS MAS IMPORTANTES
1.- En silencio, sin estridencia, se han iniciado las negociaciones de las tres reformas en puerta: la energética, la hacendaría y la de seguridad social.
En ellas estará concentrada la relación del gobierno de Enrique Peña Nieto con el Congreso de la Unión.
Los dos coordinadores parlamentarios priistas, Emilio Gamboa y Manlio Fabio Beltrones, hablaron de ellas y destacaron sus propósitos de igualdad social.
Para ello, destacaron, es necesaria disposición de todas las fuerzas políticas y, dicho sea de paso, están contempladas en el Pacto por México.
2.- En estos la austeridad es el tema en curso.
El gobernador de Chihuahua, César Duarte Jáquez, anunció el suyo para ahorrar alrededor de mil millones de pesos durante el presente año.
Ex presidente de la Cámara de Diputados, Duarte Jáquez estará en la ciudad de México para hablar ante el cuerpo consular con el tema Diplomacia federativa y parlamentaria; luego será expositor en México Foro 2013 sobre Política energética eficiente y finalmente ofrecerá una comida como presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago).
Y 3.- Los mexiquenses recibieron un regalo de reyes.
Todos los recién nacidos tendrán su acta de nacimiento y su CURP directamente en los hospitales antes de ser dados de alta junto con sus madres.
Se cumple así el primer objetivo de la Convención sobre los Derechos del Niño: un nombre y una nacionalidad.
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