lunes, 14 de enero de 2013

Miles de tabasqueños sobreviven entre desperdicio y desnutrición


En Tabasco se desperdicia una tercera parte de los alimentos que se producen, cuando alrededor del 33% de los habitantes tienen alguna carencia de alimentación, pues no cubren sus necesidades diarias de comida o nutrición

Alejandro Esquivel C. / alesquivelc@hotmail.com


De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2010, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), cada trimestre las familias mexicanas utilizan para la compra de alimentos 224 mil 500 millones de pesos; es decir, 32.7 por ciento del gasto corriente destinado a comida.
Sin embargo, en muchos hogares mexicanos y tabasqueños la situación es diferente, toda vez que no cuenta con los ingresos suficientes y se ven en la necesidad de satisfacer sus requerimientos alimenticios en la basura. Sí, en la basura.
Apenas en septiembre pasado, el hoy ex secretario de Desarrollo Social (Sedesol), Heriberto Félix Guerra, denunció que diariamente se desperdician 30 mil toneladas de alimentos en buen estado en México. La cifra es inmoral, pues son 10 millones 920 mil toneladas de alimentos al año.
Explicó que debido a los costos, muchas veces no resulta rentable para los productores cosechar y trasladar sus productos al mercado; otras, los frutos y vegetales no cumplen con los estándares de calidad, o simplemente los alimentos se ponen en oferta y al no venderse terminan en el basurero.
En un país con 52 millones de pobres, según datos del Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2012 del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) se esperaría que el desperdicio fuera menor.
En decir, diariamente millones de toneladas de frutas, verduras, lácteos, alimentos envasados y cientos de productos más terminan en la basura, mientras que millones de personas padecen hambre en México.

LOS HOGARES TAMBIÉN TIRAN COMIDA
El mayor despilfarro, según las estadísticas, es de las grandes tiendas y restaurantes, pero no sólo ellos: los hogares también tiran.
Según la Asociación Mexicana de Bancos de Alimentos (AMBA), en México hay más de 12 millones de personas en extrema pobreza, a los que se les podría dar diariamente un kilo de lo que se tira en el país, reduciendo así parte de sus carencias.
En Tabasco se desperdicia cerca de una tercera parte de los alimentos que se producen, cuando alrededor del 33 por ciento de los habitantes tienen alguna carencia de alimentación, lo que significa que no pueden cubrir sus necesidades diarias de comida o nutrición.

TU BASURA, MI TESORO
En busca de revertir esta situación, y dar esperanza a los tabasqueños que sufren de hambre, el Banco de Alimentos de Tabasco ‘Ilumina’ pretende ser enlace entre quienes desperdician alimentos y los más necesitados.
Dar marcha a atrás a la pobreza alimentaria y prevenir el desperdicio de alimentos en Tabasco son las razones principales por las que trabaja esa asociación civil que comenzó a operar en la entidad desde 2007, recolectando lo que para unos es basura y para los más necesitados un tesoro.
La asociación señala que su labor es ser un puente entre la abundancia y la carencia, y tiene la finalidad de rescatar alimentos que están resultando excedentes en la producción, industrialización y comercialización, mismos que lleva a las comunidades marginadas.
Actualmente, el Banco de Alimentos —que forma parte de la AMBA— atiende a más de siete mil tabasqueños de 140 comunidades y ocho municipios de la entidad. Cada mes, recolectan cerca de 60 toneladas de alimentos, como cereales, frutas, verduras, pan, galletas, jugos y agua embotellada, productos enlatados, lácteos y otros, que se llevan a localidades marginadas y que de otra forma terminarían en la basura.
Los alimentos son producto de las donaciones hechas por centrales de abasto, mercados, tiendas de autoservicio y ciudadanos, y son destinadas a quienes en muchas ocasiones es lo único que tienen para comer en dos o tres días.

EVITAR DESPERDICIO DE ALIMENTOS
El presidente de la Coordinadora Nacional de las Fundaciones Produce (Cofupro), Mauricio Lastra Escudero, señaló en comunicado emitido el 20 de noviembre, que si se rescatara 66 por ciento de lo que se desperdicia en México, se terminaría con la pobreza alimentaria de 26 millones de mexicanos, de los cuales 20 millones pertenecen a zonas rurales.
El funcionario tabasqueño propuso que se deben establecer políticas públicas que fomenten la incorporación de los centros de abasto en su totalidad para evitar desechar los alimentos y llevarlos a quienes estén en pobreza alimentaria.

800 MIL, EXPUESTOS A DESNUTRICIÓN
Datos de la Comisión Nacional de Evaluación de Políticas de Desarrollo Social (Coneval), exponen una triste realidad: en la entidad alrededor de 749 mil personas sufren de carencias por acceso a la alimentación.
Y seguramente son más, porque en los últimos dos años estos índices de pobreza extrema, que generan pobreza alimentaría han crecido.
Los más impactados por la falta de alimento son los niños, que pueden ver afectado su crecimiento, y los adultos mayores, que no pueden obtener los nutrimentos necesarios para esta época de la vida. Ambos se exponen a la desnutrición y a las enfermedades que ella conlleva.
Y es que mientras los alimentos van a la basura, en México hay niveles de desnutrición y anemia altos como en Etiopía, en al menos 10 millones de mexicanos. Además, un millón 500 mil niños de cero a cinco años de edad sufren desnutrición severa, y un millón 800 mil anemia crónica, según datos de la Encuesta Nacional de Nutrición.

MUEREN 3 MIL NIÑOS POR ANEMIA
Tabasco no es ajeno a esta realidad, pues se estima que en nuestra entidad más de 185 mil niños sufren desnutrición al estar mal alimentados debido a la situación de marginación en la que viven sus familias.
De esa cifra, tres mil 700 menores pierden la vida cada año por complicaciones propias del bajo estado nutricional, según datos del Departamento de Seguimiento Nutricional de la Secretaría de Salud.
En Tabasco, 27 por ciento de la población infantil menor de cinco años que habita en comunidades principalmente de Huimanguillo y Tacotalpa padece esta enfermedad, la cual afecta al individuo por falta de nutrientes causada por una mala alimentación, vivir en marginación, hacinamiento de la casa y la falta de higiene.
Para la nutrióloga por la Universidad Veracruzana, Genoveva Torres Andrade, el principal riesgo de un niño desnutrido carente de alimentos energéticos y proteínas, es que si no tiene las consultas adecuadas y no está bien alimentado puede morir, “lo cual se registra en un dos por ciento del total de los menores con ese problema”.

FALTA DE SERVICIOS AUMENTA RIESGOS
La especialista explica que vivir en un sitio donde se carece de agua potable y energía eléctrica aumenta ese tipo de riesgos en menores de dos años de edad.
Aunque se dice que los índices de desnutrición han disminuido en los últimos 11 años, pues en 1999, cuando se tenía que el 56 por ciento de la población menor de cinco años estaba desnutrida, hoy se estima que se redujo un 25 por ciento este problema.
No obstante, apenas en octubre pasado, el diputado Jorge Federico de la Vega Membrillo, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), destacó que según el INEGI, de 2001 a 2010 fallecieron en nuestro país 85 mil 343 personas por desnutrición. 
Parece mentira, pero papayas un poco golpeadas cuyo interior aún está dulce, papas llenas de suciedad que tras lavarse resultan comestibles, chiles para una salsa, limones para un agua fresca, chícharos, calabacitas, cebollas, jitomates y mucho más se puede hallar en los basureros de lugares como la central de abastos, donde acuden diariamente personas que entre lo que otros llaman desperdicios, encuentran lo que llevarán a su mesa.  

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