Oposición
De entrada promete ser una oposición responsable, pero antes de que se estrene como tal —partido minoritario—, el PRI ya se está poniendo sus moños, y cuestionándole al que será el nuevo instituto político en el poder, el PRD, prácticas y poses que todavía ejerce en estos que son sus últimos días de las más de ocho largas décadas en que ha actuado con soberbia, avasallando a sus adversarios y viviendo del presupuesto público...
Fernando Hernández Gómez / fdohernandezg@hotmail.com
A menos de tres semanas para que se dé la transmisión de poderes en la entidad y a seis meses de finalizar su gestión estatutaria, el actual dirigente priista en la entidad, Francisco Herrera León, no ha tenido un diálogo formal con el gobernador electo Arturo Núñez Jiménez —quien sí se ha reunido con directivas de los demás partidos—, ni con el comité ejecutivo perredista que encabeza Roberto Romero del Valle.
El 30 de agosto, el dirigente del partido del sol azteca remitió a su homólogo del tricolor una misiva invitándolo a sentarse a dialogar sobre las nuevas condiciones políticas de la entidad. El encuentro no se ha dado.
“Ya hice mi parte: hice llegar un escrito de manera respetuosa y formal al presidente del PRI, diciéndole que después de muchísimos años que siempre había insistido el PRI en que el PRD se sentara con ellos, las puertas están abiertas, hay la disposición total de sentarnos con el dirigente del PRI, y él me contestó que no lo quiere hacer, que él se quiere sentar con el gobernador del Estado… Vamos a esperar cuándo ellos decidan”, expresó Romero del Valle. (Poder Informativo, XEVX, 3/Oct/12).
Para refrendar su rechazo a tomarse el café con su contraparte perredista, Herrera León sacó el expediente de las actitudes de dicho partido contra el suyo y contra los gobiernos que de él han emanado.
Lo dijo así: “Lo haremos con quienes en hechos de congruencia hayan corroborado que están dispuestos al diálogo, no con quienes llaman a los bloqueos porque la elección no le es favorable, no con quienes convocan a la desobediencia civil, no con quienes convocan al ‘no pago’ de impuestos de cualquier índole, no con quienes convocan al cierre de pozos petroleros, no con quienes convocan a reprobar la cuenta pública de cualquier gobierno sin antes revisarla. Eso es lo que no podemos permitirnos ya: el doble discurso que sólo genera confusión y que denigra la política”.
—Durante años el PRD se negó a sentarse a dialogar con el PRI cuando eran gobierno. ¿No les están pagando con la misma moneda ahora que ellos van a ser gobierno? —preguntó el comunicador Leonel Magaña al jerarca priista.
“No —respondió—, porque hemos dicho que vamos a sentarnos a dialogar con quienes realmente tengan voluntad. Hemos recogido la expresión del gobernador electo de tener la voluntad y en el momento en que se creen condiciones y se convoque, ahí estaremos de manera puntual. No como otros que no reconocen absolutamente a ningún gobierno, ¿no? Me parece que el tema de las dirigencias está en el proceso electoral. El proceso electoral ya acabó. Ahora discutamos la agenda de desarrollo con los gobiernos electos, y esa es la etapa del PRI”. (Poder Informativo, XEVX, 3/Oct/12).
“Ahora a él toca ser oposición; a nosotros nos toca gobernar con nuestro gobernador, con nuestros 10 presidentes municipales y con nuestros diputados, y creo que debemos de generar esos canales de diálogo, de una nueva cultura política”, insistió el dirigente perredista, quien demandó al priista que así como el gobernador electo reconoce de manera institucional a Enrique Peña Nieto como Presidente de México, “también el PRI tiene que tener un reconocimiento amplio de Arturo Núñez y de su partido”.
El 8 de noviembre sesionó la Comisión Política Permanente del PRI estatal; allí, Francisco Herrera reiteró que el PRI está dispuesto a dialogar con el gobernador electo, pero descartó buscar a Arturo Núñez. Sostuvo que quien gana tiene la obligación de construir los acuerdos.
El gobernador electo no ha dicho si buscará ese acercamiento con la dirigencia estatal del tricolor ahora o cuando ya esté despachando en Palacio de Gobierno y residiendo en la Quinta Grijalva.
El 6 de diciembre el PRI experimentó en carne propia lo que es ser partido opositor. Ese día los diputados electos se constituyeron en junta preparatoria para acordar la instalación de la 61 Legislatura local.
Aunque avaló que el perredista Rafael Abner Balboa sea presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados en enero —y lo será también de la Junta de Coordinación Política—, la fracción electa del PRI se inconformó con la decisión tomada por la nueva mayoría —la bancada perredista— de que la toma de protesta de los nuevos diputados sea el día 27.
Eruviel Alonso Qué, quien pastoreará el rebaño tricolor, aseguró que nunca hubo acuerdo respecto a la fecha para tomar protesta a los 35 diputados y denunció un ‘avasallamiento’ de la fracción electa del PRD.
Para el diputado electo del PRI, José del Carmen Herrera, “una transición implica nuevas formas, nuevos ejercicios de poder, y pedimos como Poder Legislativo un trato igual, un trato equitativo al que se le está dando al gobernador electo. Por eso pedimos a la mesa directiva que reconsidere la fecha de la toma de protesta; que se haga el mismo día, la misma hora y en el mismo evento en el que tomará protesta el gobernador electo”.
Como muestra de su malestar, los legisladores electos del tricolor advirtieron en voz de su coordinador que “podemos acudir a la toma de protesta de la Legislatura, pero no garantizamos ir a la toma de posesión del gobernador electo”.
Alonso Qué manifestó que esa “sería una de las condicionantes, porque somos gente de diálogo, que construye acuerdos, pero no seremos un cheque en blanco al gobierno”.
Y es que desde su óptica serán oposición, pero como segunda fuerza política en el estado “representamos 470 mil votos que como partido obtuvimos y aspiramos a representar a los intereses del pueblo de Tabasco”.
Lo que llama la atención a esta posición que asume el PRI, es que de acuerdo a la versión del jefe de la fracción electa del PRD sí hubo consenso en torno a la fecha para tomar protesta a los integrantes de la 61 Legislatura.
“No sé por qué motivo a última hora fue la reacción de ellos, pero sí les aseguro que hubo un acuerdo con ellos”, sostuvo Rafael Abner Balboa. Y señaló que “será cosa de ellos” si no acuden a la sesión solemne en que Arturo Núñez rendirá protesta como gobernador.
Lo que se vislumbra es el comienzo de una relación borrascosa entre el PRI, como partido opositor, con el nuevo gobierno estatal y con un PRD al que siempre avasalló. Le tocará experimentar esa sentencia que reza: “Los carniceros de hoy serán las reses de mañana”.
¿PINTARÁ SU RAYA EL PRI?
No será su relación con el nuevo mandatario lo que, a partir del 1 de enero, pondrá en aprietos al tricolor sino su pasado reciente. Sus dirigentes y sus militantes habrán de pagar el costo —y muy alto— de la derrota electoral del 1 de julio. Y tendrán que asumir que la alternancia la decidieron los tabasqueños no sólo para que Núñez Jiménez fuese gobernador sino para que sancione con rigor la corrupción, la impunidad y el encubrimiento de ese saqueo bárbaro.
El PRI cargará mucho tiempo el desprestigio en que lo deja el mal gobierno, el desaseo de sus prácticas políticas, las finanzas estatales quebradas, la opacidad en el manejo de recursos públicos, la incapacidad administrativa y, sobre todo, lo que es una percepción generalizada: el saqueo indiscriminado del erario.
Si el PRI quiere empezar a reposicionarse, a recuperar la confianza de los electores, debe pintar su raya del actual régimen corrupto e incapaz, y tratar de recobrar una autoridad moral que se perdió con prácticas públicas deshonestas que hoy deben avergonzar a sus militantes.
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