lunes, 12 de noviembre de 2012

Punta Fina


Transición sin tránsito 




La nueva transición mexicana se encontró con los mismos políticos. Viejos, marrulleros , tramposos, incumplidos… Y de esto no puede culparse nada más a los priistas, como pretenden hacernos creer quienes facturan al dinosaurio todos los males del país, sea o no gobierno, tenga o no vela en el entierro...


José Ureña / primercirculo@hotmail.com



En días pasados panistas y perredistas —las demás izquierdas son intrascendentes— nos dieron muestras de la fragilidad de su palabra, de la débil solidez de sus convicciones, de la poca seriedad de sus acuerdos.
El miércoles 31 de octubre convocaron a un lujoso restaurante de Polanco, El Estoril —porque vida de pobres no han llevado y menos cuando el erario paga— para sellar su matrimonio por “todo el sexenio”, como declaró el dirigente conservador Gustavo Madero.
Partirían, dijeron, de la reforma laboral como frente unido porque, palabras de Jesús Zambrano, “aquí no hay una fuerza política —y que lo admitamos nosotros— dueña del país”.
Era, reivindicaron los dirigentes de marras más Manuel Camacho, Ernesto Cordero, Silvano Aureoles, Alejandro Encinas y muchos más, un muro contra el autoritarismo y para defender la democracia, la transparencia, la rendición de cuentas.
—Si el PRI se quiere poner el saco, que se lo ponga —cantó Madero.

INFIDELIDAD AZUL
¿Cuánto duró esa alianza santificada por el discurso? Oficialmente ocho días.
No, aclaro yo. Estaba rota desde su nacimiento.
Aquí está la nota: Simultáneamente a las pláticas con el Partido de la Revolución Democrática (PRD), Acción Nacional (PAN) trabajaba en otra pista con el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Los temas centrales de las discusiones son las reformas fundamentales: la laboral, la hacendaria y la energética.
Pues el PAN de Gustavo Madero hablaba de la laboral con el PRD de Jesús Zambrano, pero a la par alimentaba coincidencias con el PRI en las otras dos, la hacendaria y la energética.
El conducto no son ni el dirigente Pedro Joaquín Coldwell ni los coordinadores Emilio Gamboa y Manlio Fabio Beltrones, sino el equipo de transición encabezado por Luis Videgaray con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) como intermediaria.
Le digo más:
Ya está sellada la alianza PRI-PAN para sacar adelante un proyecto integral de ingreso y gasto para el país en el 2013.
Está el compromiso, la óptica común, aunque no lo términos.
Y si no lo hacen en el actual período de sesiones —a terminar con el año— es porque ya no da tiempo y todos los esfuerzos se concentrarán en aprobar un presupuesto de consenso entre las fuerzas políticas del país.
Hacienda y los representantes de Peña Nieto preparan las cosas para tener listo el paquete económico en la primera quincena de diciembre —a más tardar el 15—, a fin de dar tiempo a las dos cámaras para su discusión y aprobación, la de Diputados en captación y erogación y la de Senadores sólo en la parte fiscal.
Tiempo ajustado, pero suficiente porque las cosas irán en gran medida consensuadas.

WITH MONEY…
Mañosos como le decía arriba, los priistas creen tener ventajas. Tienen el poder y el erario para manejar las cosas a su favor.
Desde su victoria, Enrique Peña Nieto tendió puentes con todas las fuerzas y sobre todo con los gobernadores —en funciones y electos— de las dos fuerzas opositoras.
El terreno está prácticamente planchado. ¿Sabe usted cuál es el compromiso?
El político es dar paso a un federalismo distinto, con peso específico de estados y municipios.
Menos centro y más provincia, podría decirse.
Ha sido la tónica con los perredistas —Angel Aguirre, Graco Ramírez, Miguel Mancera, Arturo Núñez— y con los panistas Guillermo Padrés y Miguel Márquez.
A los primeros se agregó el oaxaqueño Gabino Cué aunque no es perredista, y a los segundos el poblano Rafael Moreno Vale y el sinaloense Mario López Valdez, también sin ser panistas.
Si el federalismo es atractivo, más lo es el dinero.
No puede haber fortalecimiento sin federalismo, convinieron todos, si no se entregan más recursos.
Y para los recursos es necesaria una reforma hacendaria.
En ella van todos.
Los votos del PAN están garantizados, pero los perredistas ya están tentados en impulsar dicha reforma si les garantizan mayores participaciones.
¿Cómo dicen los gringos?
Ah, sí, with money dances the dog.  

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