lunes, 5 de noviembre de 2012

Punta Fina


Angustias políticas



Los suspirantes mueren de ganas por saber su suerte. No debieran. Desde un principio fueron advertidos sobre las reglas por el propio Enrique Peña Nieto con una frase transparente: —No se encariñen con la silla. Es un encargo, no un cargo.

José Ureña / primercirculo@hotmail.com



Primero, se les dijo también, deben demostrar su visión como generadores de proyectos atractivos y sustentables para aspirar a su incorporación en el futuro gobierno. De lo contrario, se quedarán en el camino.
Como aquí adelantamos, en la semana comenzará ese examen.
Desde esta semana serán llamados, en grupo o individualmente, para saber si tienen una gran visión de Estado y merecen ser llevados al gabinete a partir del 1 de diciembre.
Es decir, empieza el encarte y el descarte. Y luego, entre el 15 y el 20 de noviembre, comenzarán a salir los nombres de quienes estarán al frente de la recepción de documentos, los llamados libros blancos de cada secretaría, paraestatal o dirección general.
Porque hasta ahora han acudido en equipo a las dependencias para escuchar una versión general, recoger algunos datos e irse como llegaron sin dejar indicios de quién será el futuro titular.
Cuando acude el secretario o director general, el equipo de transición va encabezado por Luis Videgaray.
Las reuniones sucedáneas se dan con colaboradores de uno y otro lado.

ZANCADILLAS DE AMBICIOSOS
Como son los primeros encuentros, quedan muchas dudas en unos y otros.
En quienes se van y en quienes llegan.
Los primeros, integrantes de gobierno de Felipe Calderón, ya quieren verse liberados y comenzar la entrega-recepción cuanto antes y solventar dudas y aclaraciones.
Así evitarán ser llamados por la próxima administración después en caso necesario.
Sin embargo, no dan luces y eso crea incertidumbres.
En algunos casos ni siquiera han regresado.
Simple presentación de protocolo y adiós.
Si en quienes salen hay indefinición, no se diga en quienes aspiran a llegar a posiciones de primer nivel con Enrique Peña Nieto.
Por ejemplo, Enrique de la Madrid es coordinador para el campo y no sabe si va a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
La tiene peor porque la siempre ambiciosa Beatriz Paredes se promueve para unos mil cargos: aceptó ser candidata a jefa de Gobierno del Distrito Federal (GDF) con el sueño de ser canciller, luego manifestó deseos de llegar a Gobernación y ahora aparece como la mujer ideal para reordenar la producción agropecuaria y garantizar la alimentación nacional.
Por ello se ha convertido en una sombra para De la Madrid.
Con esa grilla, acaso estén en mejores condiciones otros de cargo efímero.
Uno de ellos es Sebastián Lerdo de Tejada, designado coordinador del Plan Nacional de Desarrollo (PND), el cual se presentará… ¡hasta mayo de 2013!

Y ENCARGOS DE PACOTILLA
No debieran comer ansias.
Hoy puede darse un dato: ni Enrique Peña Nieto sabe cómo integrará su gabinete.
Hay personas altamente confiables para él, en cuya circunstancia destacan Luis Videgaray y Miguel Angel Osorio Chong, el primero coordinador general para la transición gubernamental y el segundo para política y seguridad.
Otros tienen destino incierto, pero han generado preocupaciones.
Un caso: Roberto Campa Cifrián fue despedido a principios del gobierno de Felipe Calderón del Consejo Nacional de Seguridad Pública (CNSP) y hoy regresa como coordinador de seguridad de Peña Nieto.
¿Se imagina usted qué piensa el todavía todopoderoso Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública?
Y no faltan los responsables de resultados difíciles.
A manera de ejemplo: ¿qué puede hacer Mercedes del Carmen Guillén Vicente, la hermana de Rafael Sebastián Guillén Vicente, el autodenominado subcomandante Marcos, como coordinadora de agenda legislativa?
¿Acaso Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa se van a hacer a un lado para dejar brillar a la tamaulipeca?
Si no pueden ponerse de acuerdo ni entre ellos, como ejemplifica la mal traída y peor llevada reforma laboral.
Estas diferencias y aun incongruencias internas no dejan de lado algo más trascendente:
¿Cómo van a hacer un plan sectorial con visión rápida y efectista, si no conocen todavía qué van a recibir ni los grandes retos de sus respectivas dependencias?
Resta un mes para el relevo y es muy poco tiempo para reorientar y sorprender a un país, ¿no cree usted? 

EL PRI ENTREGA LA LAZA A LARGO PLAZO DONDE PIERDE
El PRI, parece intencional su escrituración de gobiernos estatales a la oposición.
Lo vive Oaxaca.
En ese estado ya inició el proceso electoral y, ¿sabe usted cuál ha sido la actitud del PRI nacional?
Asegurar desde ahora la derrota.
Lo imprevisto fue cambiar de dirigentes partidistas el Día de Muertos para dejar el partido igual, en manos sin ascendencia, sin acuerdo con los grupos, sin la incorporación de los principales cuadros, sin la unidad necesaria.
Llegó el nayarita Salvador Sánchez en funciones de presidente y Alejandro Avilés Alvarez, un hombre con muchos intereses cacicquiles, títere de los de siempre y ninguna aceptación, como secretario general.
En manos de ellos, o de quienes los mandan, estará la designación de candidatos diputados locales y presidentes municipales, cargos a menudo disputados a balazos y defendidos con la muerte.
Las reacciones virulentas aparecieron de inmediato.
Una, no la más importante pero sí expresada en conferencia de prensa, es del ex diputado federal Jorge González Ilescas y colaborador cercano de José Murat y Ulises Ruiz:
—Con este albazo se confirma que el CEN del PRI se encuentra por completo despreocupado de los resultados que puedan darse en el proceso electoral del año próximo en Oaxaca.

PEÑA QUITO 239 MIL VOTOS LA PEJE EN EL DF
Si en Oaxaca persiste en el partido tricolor “el viejo régimen autoritario”, como denunció Jorge González Ilescas, en el Distrito Federal la cosa está peor.
Ha sido un espacio de la izquierda.
En 1988 se salvó del Frente Democrática Nacional porque la alianza en torno a Cuauhtémoc Cárdenas incluyó la capital.
Con ella sólo habría retenido una diputación, la del actor Ignacio López Tarso.
El PRI lo salvaron en 1991 los programas clientelares de Carlos Salinas, Manuel Camacho y Marcelo Ebrard y en 1994 la incertidumbre por el crimen de Luis Donaldo Colosio.
Pero en 1997 cedió el Distrito Federal a Cárdenas y desde entonces el PRI no existe en el Distrito Federal.
¿En qué ha derivado?
En derrota tras derrota.
La imagen fresca de Enrique Peña Nieto lo perfilaba para una gran votación en 2012, pero tuvo a Beatriz Paredes como fardo para seguir facturado al PRD.
Aun así, no le fue tan mal: Roberto Madrazo tuvo 412 mil votos en 2006 y Peña Nieto más de un millón y cuarto.
Caben muchos análisis:
En la capital el PRI tuvo su tercer crecimiento porcentual en estados y significó para Andrés López una de sus mayores pérdidas: 239 mil votos menos a los obtenidos en 2006.
En el estado de México perdió 112 mil.
Con estos datos, cabe la pregunta:
¿Seguirá el abandono de las estructuras del PRI donde no es gobierno?
La respuesta no la dará el partido, sino Peña Nieto.  

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