martes, 27 de noviembre de 2012

Bajo salario y malos empleos, iniquidades que sufren las tabasqueñas


La desigualdad hacia las mujeres se manifiesta en discriminación laboral, inequidad de ingresos, violencia y falta de acceso a servicios de salud, educación y financieros, revela el Banco Mundial 


Alejandro Esquivel C. / alesquivelc@hotmail.com



Pese a los indudables avances que en materia laboral han alcanzado las mujeres y a que éstas ocupan el 40 por ciento de los puestos de trabajo en México, aún persiste una gran desigualdad, de acuerdo con datos del Banco Mundial en su Informe sobre el Desarrollo Mundial 2012 ‘Igualdad de Género y Desarrollo’.
El documento publicado recientemente señala que esta desigualdad se manifiesta principalmente en discriminación laboral, inequidad de ingresos, violencia y falta de acceso a servicios de salud, educación y financieros.
Dicho informe hace énfasis en que el mejoramiento de las oportunidades de trabajo para las mujeres no sólo significa un avance, sino una mayor oportunidad de desarrollo económico a nivel global, y apunta que deben replantearse las perspectivas del mercado laboral con políticas públicas de género a mediano plazo.
Una igualdad de género representaría un aumento en la productividad de hasta un 11 por ciento en América Latina, y a nivel global de hasta un cuatro por ciento, lo que se vería reflejado en un mayor bienestar para la población en general, señala el estudio.
Indica que en el caso de México, las mujeres son responsables de realizar el 60 por ciento del trabajo no remunerado y son las principales encargadas del trabajo en el hogar, y a pesar de que han mejorado sus posibilidades de acceso a la educación, persiste todavía la discriminación en este sentido, principalmente en las niñas indígenas, quienes completan apenas la mitad de años en la escuela que la media nacional.
El mencionado informe señala asimismo que el acceso al mercado laboral y las oportunidades de educación para las mujeres han mejorado durante los últimos 20 años en nuestro país, donde 51 por ciento de la matrícula universitaria son mujeres.
No obstante este incremento, en cuanto a ingresos la brecha salarial entre hombres y mujeres aún persiste, ya que por cada dólar que percibe un hombre, la mujer recibe 80 centavos por el mismo trabajo.
Por ello, es indispensable que las mujeres tengan un mayor acceso a puestos de decisión tanto en la esfera pública como privada, que incida en una mayor equidad de género e iguales oportunidades para las mujeres, se asienta.

FALTA DE CULTURA
Para la socióloga Eugenia Cerino, uno de los principales obstáculos para alcanzar una mayor igualdad en Tabasco, es la cultura, pues “todavía queda un largo camino por recorrer para lograr la aceptación de la capacidad de las mujeres y la responsabilidad de los hombres para compartir el trabajo en el hogar y la educación de los hijos, tareas que recaen principalmente en las mujeres”.
Destaca que el porcentaje de mujeres que realiza estas labores alcanza el 75 por ciento, mientras que en países como Francia es de 50 por ciento.
Por tanto, expone que la reducción de la brecha salarial, así como el aumento en oportunidades para las mujeres, es un tema prioritario que se verá reflejado no sólo en una mayor producción sino en un mayor desarrollo económico; de allí la importancia de continuar trabajando por alcanzar la equidad de género.
Para cualquier gobierno y política pública, el tema de igualdad debe ser prioritario, pues puede significar un salto en la frontera de producción de un país para generar desarrollo económico, apunta Eugenia Cerino.

TRABAJAN IGUAL, GANAN MENOS
Por otro lado, dos estudios de género publicados recientemente muestran que si bien las mujeres latinoamericanas han alcanzado avances importantes para lograr la igualdad con respecto a los hombres en el acceso a derechos básicos como la salud y la educación, todavía están relegadas cuando se trata de sus ingresos.
Según el estudio ‘Nuevo Siglo, Viejas Disparidades’, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las mujeres latinoamericanas ganan en promedio un 17 por ciento menos que los varones, aunque en algunos países como México y los que pertenecen a Centroamérica esa diferencia es más pronunciada.
De 135 países evaluados por la participación y oportunidades económicas que brindan a las mujeres, México ha reducido la disparidad de género en materias de salud y educación; sin embargo, se encuentra estancado en oportunidades y participación económica de la mujer, según el reporte 2012 ‘Brecha de Género Global’, elaborado por el Foro Económico Mundial.

RETROCESO EN PARTICIPACIÓN
México ocupa el lugar 113 de los 135 países contemplados en el estudio y “aunque ha hecho muy buen trabajo en equidad de género en temas de salud y educación en donde se tiene ya una brecha pequeña, en oportunidades y participación económica de la mujer se encuentra a rezagado”.
El análisis indica que aunque la tarea pendiente es reducir la brecha en participación económica y política de la mujer en nuestro país en un diez por ciento en tres años, los datos indican que ha habido retroceso, pues en 2006 estaba en lugar 75, para 2007 en el 93, y 2008 llegó al lugar 97 del tablero mundial.
En 2009 y 2010 el estudio contempló a 130 países y México ocupó los lugares 98 y 91 respectivamente. En 2011 México se situó en el lugar 89 y el reporte incluyó a 135 países al igual que en este 2012.

ESTÁN MÁS PREPARADAS
Ello no es privativo de Tabasco, pues para poder ocuparse de sus familias, muchas madres están obligadas a trabajar menos horas y la mayoría de éstas debe crear su propio empleo, lo cual genera menos ingresos, explica la socióloga Eugenia Cerino.
Por estas restricciones, las mujeres que trabajan en relación de dependencia también tienen menos margen a la hora de negociar sus sueldos, y a la vez los años dedicados a la crianza de los niños hacen que tengan menos experiencia laboral, lo cual impacta en sus salarios.
Lo raro —dice— es que las investigaciones de género muestran una aparente contradicción en los avances que han logrado las mujeres mexicanas en la última década, ya que en términos educativos, ellas ahora están más preparadas que sus pares masculinos.
Y añade que, en promedio, la mujer tiene más estudios realizados que el hombre, pero eso no se refleja en sus ingresos.

ELIGEN LO QUE PAGA MENOS
“Es una cuestión cultural: las mujeres eligen carreras y trabajos que pagan menos”, responde a su vez la economista, también tabasqueña, María Dolores Domínguez, quien señala que muchas mujeres se “autolimitan” al elegir su profesión, ya sea porque algunas carreras son consideradas más masculinas o porque optan por priorizar su vida familiar.
“Cuando mi hermana estudiaba ingeniería civil en la universidad me platica que eran diez mujeres de un total de 150 alumnos”, ejemplificó al considerar que la mayoría de las mujeres optan por estudiar carreras menos rentables, como las humanidades, psicología o educación.
El sesgo hacia este tipo de carreras se advierte desde la secundaria, toda vez que según la prueba PISA, que mide la aptitud para la ciencia, las matemáticas y la lectura, muestra que los varones tienen un mejor desempeño en las primeras dos y las mujeres en la última materia, revela la economista.
Por eso, la experta consideró que para cerrar la brecha salarial se debe trabajar primero para cambiar los paradigmas actuales educativos y culturales.

MÁS MUJERES AL PODER
Para el economista Alberto Méndez, el anuncio de que en el gobierno que tomará las riendas de Tabasco habrá equidad de género en las posiciones, propiciará la llegada de más mujeres al poder y ayudará a revertir lentamente algo que está muy imbuido en la tradición cultural del país.
Marisol Hernández Gutiérrez está de acuerdo. Esta ingeniera industrial tabasqueña expresa que desde que salió de la universidad, sus pares masculinos siempre han ganado un tercio más que ella.
“Es algo que se da por hecho y se acepta, pero las mujeres tenemos que empezar a pelear por lo que nos corresponde”, afirma la subgerente de una compañía de seguros.
Hernández Gutiérrez, quien actualmente se encuentra en incapacidad maternal tras el nacimiento de su primer hijo, considera que las mujeres se castigan por la maternidad y ceden en términos salariales, “y aunque eso no es justo, en tanto esa licencia laboral no beneficie por igual a madres y padres, siempre habrá un sesgo a la hora de contratar a mujeres, en especial en edad fértil”.  

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