Roberto Barboza Sosa / rbarbozasosa@hotmail.com
Asiduo usuario de la tecnología médica y telecomunicaciones, el doctor Azuara Focelledo menciona otro fenómeno que congestiona a los hospitales como el ‘Juan Graham’: el de pacientes provenientes de los municipios, quienes deberían ser atendidos en centros de salud de sus demarcaciones de origen.
La solución “relativamente es simple y compleja a la vez”: Uno, es la supervisión y revisión de que los hospitales estén bien integrados, conformados con organización, que los médicos estén capacitados para su función.
Se lograría en primer lugar la contención de atención de primer nivel con el médico general o familiar, asegura.
Dice que lo complejo son los pacientes para segundo nivel, y propone como solución o como política pública tajante, el posicionar especialistas en esos lugares. “Esta es una película que tiene casi el mismo tiempo de unos 20 años en el Hospital”, expone.
Y también cuestiona el por qué no se envían especialistas a los otros 16 municipios, pues existen plazas y recursos para cubrirlos.
El cardiólogo da como una posible solución el que todos los hospitales de Villahermosa generen especialistas, tomarlos y mandarlos a sus municipios de origen. Sin embargo, los profesionistas cuando terminan, les gusta la capital o se van fuera del estado. Ese es el problema actual.
Existe el problema adicional con la Comisión Interinstitucional para la Formación de Recursos Humanos en Salud (CIFRHUS), que es un colegio donde están representadas todas las instituciones del sistema de salud y deciden cómo realizar los exámenes para que los médicos sean especialistas.
“Desde mi particular punto de vista, es un sistema ya anacrónico, pasado de moda y que debe tener un ‘refresh’ porque se está muriendo, y está ocasionando ya más problemas que beneficios”, advierte.
Actualmente se presenta un examen nacional —por allí ha tenido unos picos rojos—, donde los médicos llegan, presentan su examen, califican, les dicen ‘tú pasaste para tal especialidad’ y los distribuyen en el país”, explica.
“Esto —señala— mete a los estados en un grave problema, pues cómo contar con la seguridad de que el médico que se va a formar, se le pueda enviar a Balancán, por ejemplo. Ninguna”.
Y añade: “Simple y sencillamente lo que pasa es que: fulanito ya terminaste tu especialidad, adiós”.
HAY QUE SALIR DE NORMAS OBSOLETAS
“¿Cómo hacer para generar que un profesionista traiga el compromiso de regresar a Balancán? Pues que sea de ese municipio, simple”, expone.
“¿Qué tendríamos que efectuar para que el profesional de la medicina de Balancán fuera especialista? Salirnos de la Norma Oficial Mexicana del Cifrhus. Claro que se puede y hay antecedentes”, acota.
Recuerda que instituciones como el IMSS y Pemex, cuentan con sistema de formación de especialistas ad-hoc para sus necesidades, con un número limitado de alumnos.
Entonces —apunta—, la solución es simple, como ir a la UNAM, hablar con el rector y decirle: ‘danos la autorización’, y luego ir con los médicos de los municipios y convertirlos en especialistas, pero con el compromiso firmado de que tiene que estar en el municipio cuando menos diez años. “Y si no se le demanda”, indica.
Tienen que ser las especialidades básicas, como Pediatría, Medicina Interna, Cirugía, Anestesiología y Gineco-obstetricia, fundamentalmente.
DESCONGESTIONAR AL HOSPITAL
Con ello se descongestionarían los hospitales de la capital en un 40 o 45% de pacientes, resalta.
Con esta solución, de las tres mil personas que se atienden diariamente en el hospital se quedarían en mil 600, lo que los descongestionaría notablemente.
Del total de personas que a diario llegan al nosocomio se dividen en 300 pacientes que se atienden directamente en urgencias, más 300 familiares que solicitan información en urgencias; 200 pacientes hospitalizados en promedio, con casi 400 familiares diarios a los que se les proporciona información, se les ofrece el ‘pase’, la entrada. Y en consulta externa un promedio de 800, con sus respectivos familiares, detalla.
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