martes, 16 de octubre de 2012

POLICRONÍA SEMANAL



Derechos humanos para todos



Dentro de los mejores aciertos legislativos de la modernidad política del país, están la transformación paulatina de las instituciones que norman nuestra vida legal y social, que se han ido adecuando a las necesidades y escenarios del entorno social.

Rosa Elvia Bracamontes / rosaelviab@hotmail.com


Por cuestión de prelación jurídica, el primer paso que se ha dado es la incorporación de los derechos humanos a la Constitución Federal, que contemplan los conceptos de los Tratados Internacionales que ha suscrito MÉXICO.
Por ello, tenemos grandes avances que normarán criterios, hasta ahora severamente cuestionados y que nos tuvieron en sendos debates y en donde, a falta de disposiciones especificas, los criterios fueron resueltos por la SUPREMA CORTE DE LA JUSTICIA.
Ejemplos; el respeto que nuestra Constitución otorga al Pacto de San José, mediante el cual se reconoce que la vida debe protegerse desde la concepción; que la libertad religiosa es un derecho inalienable y que la libertad de los padres para educar a los hijos es fundamental.
Mucho se ha discutido un aspecto que ha desatado argumentos enardecidos por parte de diversas organizaciones de la sociedad civil, que dicen atentar contra conceptos fundamentales intrínsecos de la vida, la familia y las libertades religiosas mencionadas, al incorporarse el término “preferencias sexuales” dentro del artículo 1o de la Constitución, relativo a la “No discriminación”.
Las discusiones centrales versan en que dicho término originará desórdenes graves; conductas incluso delictivas que no necesariamente deben legalizarse, llegando al extremo de comparar el caso de MÉXICO como el de países como BOLIVIA donde la pedofilia es hoy una conducta sexual legal y como el de Inglaterra, en donde muchas instituciones que se encargaban de dar niños en adopción cerraron sus puertas, para no tener que enfrentarse a la posibilidad de ser sancionados por negar a las parejas homosexuales menores en adopción.
La supra-interpretación dada al término “preferencia sexual” para ejercer preferencias sexuales NO ACEPTADAS POR LA COMUNA DONDE INCIDE LA NORMA de quienes alegan tales argumentos, soslaya que hasta la presente fecha el quehacer jurídico parte de tres fuentes: las leyes, la jurisprudencia y las costumbres, que se hacen leyes.
Ninguna autoridad o institución mexicana debe o puede resolver situaciones que vayan en contra del sentir generalizado de nuestra sociedad; es impensable que aquellos que íntimamente gustan de prácticas sexuales no aceptadas por la comuna y si por una minoría, como podría ser el caso de pedofilia, zoofilia, necrofilia, etc. existentes en la psiquis del ser humano, simple y llanamente no operarán como legales o permitidas en esta sociedad.
No existe base sólida para no aceptar ese paso de respeto por el derecho que se ha ganado un gremio universal: el homosexual, que por los siglos de los siglos ha luchado de modo enérgico para ser comprendido de modo particular, especial y con respeto, en todas las sociedades conformantes del mundo actual, a diferencia de los otros grupos minoritarios con otras preferencias sexuales, que operan en lo intimo, en lo clandestino, porque el común denominador no lo acepta.
Por ende, las ambigüedades que puedan alegarse en este aspecto parten de la conciencia de cada quien, del modo homofóbico o no que tenemos hacia las personas que gustan de su mismo sexo, pero de ninguna manera trascienden en el ámbito jurídico, por lo ya expreso.
Siempre existirán tales voces reacias a cruzar el umbral del respeto al derecho que tenemos todos a amar y a hacer valer garantías de seguridad jurídica; los valores o la falta de éstos ya no son monopolio de nadie por ser heterosexual u homosexual; simple y llanamente va en función de quién es quién, en la sociedad y las costumbres que se estilan, con independencia de nuestras preferencias sexuales.
Es hora de caminar hacia el futuro y hacernos responsables de nuestras costumbres, de nuestros valores familiares, de tener hombres y mujeres con convicciones claras, de provecho para sí mismas y para la sociedad, pero que parta de la educación que generamos en casa; homosexual o heterosexual, no importa, es cuestión de intimidad, y como tal se debe respetar. Bienvenidos los derechos humanos para todos.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario