Roberto Barboza Sosa / rbarbozasosa@hotmail.com
La doctora Clara Magdalena Martínez asegura que es la diabetes mellitus la principal causa de muerte en Tabasco; “es nuestra enemiga”, subraya, y menciona que ésta degenera en complicaciones graves como retinopatía diabética, donde se pierde la vista y no hay manera de recuperarla; en problemas de microcirculación en todas las extremidades, que si se corta no se regenera el tejido y termina amputado, y la macro-circulación donde afecta la retina y al riñón.
A un enfermo que tiene insuficiencia renal se necesita darle tres sesiones semanales de hemodiálisis, y cada una tiene un costo 900 pesos; a la semana sale dos mil 700 pesos, al mes 10 mil 800 y al año son 129 mil pesos, “y así se queda de por vida”, manifiesta la jefa del Departamento de Salud Familiar del ISSET.
Lo ideal es el trasplante de riñón; sin embargo, prosigue, no todos los enfermos son candidatos, pues el paciente diabético con microcirculación afectada nunca le cicatrizará o pegará el órgano.
El problema es que los diabéticos en su mayoría son adultos que se resisten a tomar los medicamentos como un hábito de manera permanente, y normalmente abandonan el tratamiento y el control de alimentos que les causan daño.
Quieren estos pacientes que los sistemas de salud con una medicina curen a las personas. No hay seguridad social que aguante en el mundo; se tiene que disminuir los riesgos, plantea.
Por ejemplo, ya en otras partes del mundo se ha detectado que los anaqueles con dulces que ponen en las cajas de los supermercados deben prohibirse, pues invitan a la gente a comprarlos. Son nocivos para la salud. Es un factor de riesgo de obesidad y puede ser mitigado.
EL CÁNCER, UN MAL MUY CARO
La doctora Martínez Hernández cita que otra de las enfermedades costosas es el cáncer, pues requiere tratamientos, no sólo varias sesiones de quimio y radioterapia, sino que se utilizan medicamentos de alto costo.
Por ejemplo, en cáncer de mama hay un medicamento para las mujeres que tienen un costo “muy agresivo”, el Her2 positivo, con valor de 20 mil 600 pesos que se les receta mensualmente.
Comenta que una persona que a veces requiere de uno a cinco coronarios —con costo de 50 mil pesos cada uno—, más toda la atención médica, eleva los costos hospitalarios. Antes, rememora, era común que la gente se muriera de infartos a los 50 años, aún joven.
En diabetes e hipertensión, en control normal no es costoso por paciente, pero sí en volumen. Entonces, al multiplicar a tantos enfermos por toda la atención requerida, el costo que absorbe es alto.
Es la diabetes una de las principales causante de otras complicaciones del organismo de las personas, que al resistirse a llevar un control de ese mal incurable le generan otros malestares colaterales graves que se deben atender e incrementan los costos hospitalarios.
Poe ejemplo, el ISSET tiene que enviar a la Ciudad de México a un enfermo con cáncer difícil. Aquí en Tabasco se les trata con radio y quimioterapia. Pero realizarles rastreos óseos, son tratamientos costosos.
A pacientes con VIH en promedio las recetas tienen un costo de siete mil pesos mensuales; otros requieren medicamentos más costos o a veces menores, pero el promedio es de siete mil pesos.
La investigación ha permitido que estos pacientes vivan más tiempo. Incluso, un paciente diabético corre más riesgo que uno con VIH. Con los medicamentos tienen una larga vida y normal si lleva los cuidados y no le faltan los medicamentos.
Por eso, cuando hay una ‘clave’ —medicina— que está de faltante, pues ellos la exigen. Ahorita, por ejemplo, pasa con un medicamento cuarentenado por el laboratorio, pues por ingresar del extranjero la Secretaría de Salud los pone en cuarentena.
PACIENTES IRRESPONSABLES
En el caso de las enfermedades crónico-degenerativas dejan, además, secuelas graves y altamente costosas. Por ejemplo, hipertensión arterial, aunada con hipercolecterolemia e hipertrigleciridemia. Es triglicéridos y colesterol elevado, asociados a hipertensión o a diabetes mellitus, menciona.
Y a nivel nacional ya se realiza un trabajo social de concientización para evitar la obesidad y la diabetes, pero aun es insuficiente.
Lo más grave actualmente es el perímetro abdominal —la cintura— que es donde se acumulan los triglicéridos, indica.
“Pero, ¿cómo se le haces si no hay medicina que pueda controlar ese problema? Es común que gente la diga: ‘como las carnitas y me tomo el trabaticina y desafibrato’. No. Debe existir corresponsabilidad del sistema de salud y el paciente.
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