lunes, 3 de septiembre de 2012

Selección de Kung Fu Wushu ubica a Tabasco en tercer lugar del rating nacional


Sin embargo, en este logro individual no tuvo injerencia el Injudet ni mucho menos su titular, quien ha mostrado desinterés por promover y apoyar los nuevos talentos en esta disciplina

Luis Enrique Martínez / luisenriquemarh@hotmail.com



En silencio, cabizbaja, Marisol Lavín de la Cruz escucha la emoción con la cual sus padres relatan las peripecias de su primer éxito deportivo. Sólo habla cuando se le pregunta cómo llegó a la práctica del Kung Fu Wushu: “Lo vi y me gustó…”
De piel morena, la pequeña de 10 años, mide 1.40 metros y pesa 38.8 kilogramos. Con ese físico, recién ganó medalla de oro en los V Juegos Nacionales Populares que, convocados por la Comisión Nacional del Deporte (Conade), se realizaron del 18 al 25 de agosto en Oaxtepec, Morelos.
En dicho certamen, Tabasco fue representado por la selección del municipio de Cárdenas que se adjudicó la eliminatoria regional del mes de junio al vencer a competidores de 16 municipios, incluyendo a la delegación de Pichucalco, Chiapas, por disposición de la Academia Mexicana de Wushu. 
La eliminatoria regional se realizó en las instalaciones del Deportivo “La Ceiba”, ubicado en la cabecera municipal de Cárdenas. A esa escuela de artes marciales llegó Marisol apenas hace seis meses. A pesar de la breve preparación, combatió y ganó un lugar en el combinado estatal. 
Alumna de sexto grado en la Escuela Primaria “Benito Juárez García”, la pequeña viajó a la sede del evento nacional con la delegación estatal integrada por 20 niños y adolescentes que al cabo de los días, dieron el campanazo del año o, quizá del sexenio, al adjudicarse 15 medallas: 10 de oro, tres de plata y dos de bronce.
Además de las preseas —orgullosos, en la entrevista, los padres de Marisol enseñan la medalla de oro que ganó su hija—, la actuación de los deportistas ubicó a Tabasco en el tercer lugar del rating nacional, quedando en dicha disciplina tan sólo por debajo de los colectivos del Distrito Federal y Estado de México, cuyas delegaciones superaron en número a la tabasqueña.
El equipo estatal fue acompañado por la entrenadora y propietaria del, Anabella López Martínez, quien además es delegada estatal de la Academia Mexicana de Wushu, y por los padres de familia del seleccionado estatal.
Según éstos últimos, la directora del Instituto de la Juventud y el Deporte de Tabasco (Injudet), Melchi Franco Ruiz, estuvo en la ceremonia de inauguración del evento; presenció un encuentro de futbol y, después, tal como llegó, desapareció.
No sólo abandonó las instalaciones del centro deportivo de Oaxtepec sino a la delegación en general. Entre ellos, al seleccionado de Kung Fu Wushu quienes, previamente, recibieron como apoyo de la dependencia, uniformes semejantes a los utilizados por jugadores de futbol y con tallas superiores a las de sus presuntos beneficiarios. 
En su momento, al igual que las gestiones para conseguir en el ayuntamiento de Cárdenas el autobús —incluso el frustrado intento con los candidatos de la campaña electoral previa a la elección de julio— para el traslado a la sede del certamen nacional así como avituallamientos deportivos, la corrección fue subsanada por los padres de familia: mandaron a confeccionar, a la medida de los pequeños, los uniformes a un costo de 650 pesos por pieza.

EL TALENTO
Aunque a su lado está el señor Lavin, la señora Anselma de la Cruz Sigeros, radiante de felicidad, es quien predomina en la conversación. Con vehemencia, gestos y ademanes ilustra el triunfal periplo del seleccionado estatal en el que su hija tiene un especial lugar.
Inconformes, y tal vez preocupados, por el inexplicable silencio del Injudet y de los espacios deportivos de la radio, televisión y prensa escrita, de difusión y publicación diaria, ante el éxito deportivo de Tabasco en un certamen nacional, la familia Lavín de la Cruz pidió la entrevista con Clip / Reporte Semanal.
Radicados en Cárdenas, tuvieron que viajar a Villahermosa, donde el reportero escuchó la narración del éxito del seleccionado estatal, pero sobre todo la formación deportiva de la pequeña Marisol que empieza su carrera con una medalla de oro obtenida tras derrotar a las representantes de Chiapas, Puebla y Morelos.
Doble reconocimiento podría acuñarse a la presea porque la infante no sólo derrotó en la final a la anfitriona sino que participó en una categoría intermedia de 10 a 14 años cuando ella está en el rango de principiante.
“¿Te atreves?”, consultó la madre a la hija. La respuesta fue determinante: “¡Sí!”.  —¡Entonces, al ring! —impulsó la esposa del señor Lavín.
Si por los fracasos consecutivos que el deporte local registra en los últimos años alguien dudara de la sobresaliente participación de Tabasco en los V Juegos Nacionales Populares, sólo tiene que consultar la página electrónica oficial de la Conade para confirmar el resultado de dicha competencia. El triunfo es real, inobjetable.
De la Cruz Sigeros es una joven emprendedora. En Cárdenas tiene el consultorio de mesoterapeuta “Corpo Perfeito”. “Cuerpo perfecto”, traduce su esposo. Por eso, tanto en el gimnasio, y como lo hizo en el torneo nacional, auxilia y, en su oportunidad, funge como entrenadora de su hija y demás integrantes del seleccionado.
Un mes antes de la cita nacional, la señora de Lavín estuvo al frente del entrenamiento de Marisol: de las cinco y hasta las siete de la mañana, la niña salía a darle diez vueltas a la pista de la unidad deportiva municipal. Al regreso de la escuela, y después de adelantar tarea tras almorzar, iba a la sesión de box en el gimnasio La Ceiba y, posteriormente, de las seis a las siete de la tarde, concluía la sesión diaria subiendo y bajando las escaleras del estadio de beisbol. No hubo sábados ni domingos de tregua.
“Me tocó ver cómo mi hija se preparaba a fondo, sin descanso”, dice en la biblioteca de la Cámara de Diputados hasta donde llegan para celebrar la entrevista. Con ese ánimo, reitera su reconocimiento a la profesora López Martínez y a la disposición de los mentores de la escuela primaria para no interrumpir la preparación física de su alumna. 
La alimentación de ésta es sana: frutas, pollo, carnes blancas, proteínas… no acostumbra a cenar.
—¿Hasta dónde la familia está dispuesta a apoyar la carrera deportiva de Marisol?
—Llevarla hasta donde ella desee llegar, a pesar de los pesares… —responden los padres advirtiendo la ausencia de apoyo del Injudet y de los comités municipales al fomento y desarrollo de las actividades deportivas. “Tendrá apoyo moral y económico hasta donde se pueda”. 
La ilusión de la medallista es estudiar en el Tecnológico de Monterrey. A juicio de su madre, tiene potencial para el boxeo aunque será necesario que con el tiempo aprenda “otras formas de combate” y maneje sable, espadas, vara, lanzas… en total, las 12 armas del Wushu, disciplina no contemplada en el programa olímpico aunque podría aparecer en Brasil 2016.
Educación y deporte, dicen los entrevistados, es la combinación ideal para luchar contra la obesidad infantil, la vagancia, el pandillerismo y evitar que la juventud caiga en las tentaciones de la delincuencia organizada. “Un éxito deportivo como el obtenido por la selección de Kung Fu, aumenta participantes pero nadie lo difunde…”.
Antes de ser cautivada por el Wushu, Marisol era aficionada al futbol y al baile; luego dejó las muñecas y ahora, desde hace seis meses, acude al gimnasio de lunes a jueves. Los viernes es de pelea. “Ver los videos de esos duelos, conmueve”, dice la señora enseñando uno de ellos grabado en su teléfono celular.
Con la medalla de oro, la niña fue invitada para un torneo que se llevará a cabo en Toluca, Edomex, a partir del 29 de septiembre. Si mantiene su responsabilidad con las tareas de la escuela y con las reglas familiares, el próximo año acudirá a la edición 2013 de los juegos populares para competir ya en la categoría intermedia.
No obstante sus años, sus padres la definen como una “mujer de arranque”. Aficionada asimismo a deportes como el rapel y la tirolesa. Por el momento, no tiene cicatriz o rasguño alguno en su físico. Cuando la mamá no encuentra la palabra para definir la aspiración deportiva de su hija, Marisol desliza con suavidad:
—Alto rendimiento…
Fue la segunda y última vez que habló la medallista de oro. Su hermana de siete años, Abril Lavín De la Cruz, es diferente.  

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