martes, 18 de septiembre de 2012

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Negocio redondo 



La ‘compra perfecta’ del edificio que sería sede del IEPCT —como la describió su ex presidente, Alfonso Castillo Suárez, y lo ha de ser pues fue avalada por el titular del Órgano Superior de Fiscalización, Francisco Rullán Silva— conlleva no sólo el presunto desfalco al erario por la adquisición a precios inflados de un inmueble defectuoso e inadecuado, sino también por las carísimas rentas que se siguen desembolsando por las actuales oficinas del órgano electoral que, se supone, dejarían de pagarse desde abril del año pasado cuando se finiquitó la tramposa operación de compra-venta.

Fernando Hernández Gómez / fdohernandezg@hotmail.com



El escandaloso tema que ha llenado páginas y páginas de los periódicos, y ocupados horas y horas de debate en los noticieros de radio y televisión, parece una madeja sin principio ni fin que tiene entrampados a los consejeros electorales, al fiscal superior del estado, a la contralora interna del IPECT y a los diputados locales, pues unos no saben cómo ocultar su impune acción y otros no hallan la forma de encubrirlos, mientras la sociedad tabasqueña ve indignada cómo están tratando de tomarle el pelo.
El representante perredista ante el IEPCT, Renato Arias, acaba de añadir un nuevo elemento al bochornoso asunto. Desde su punto de vista, se está cometiendo un desfalco al erario al seguir presupuestando el órgano electoral tabasqueño el pago de la renta de su sede ubicada en la calle Eusebio Castillo, cuando ya se tiene un edificio propio que debería estar utilizando.
Esto fue lo que dijo: “Se están desfalcando propiamente los recursos públicos, porque hay una inversión de 36 millones de pesos, más o menos, en la que se han hecho unas cosillas ahí dentro del edificio e incluir nuevamente recursos para el próximo año dentro del presupuesto del Instituto (por concepto de arrendamiento); definitivamente, eso prácticamente sería un derroche de recursos”.
No puede dejar de concedérsele la razón al representante del partido del sol azteca, cuando el IEPCT está pagando 85 mil pesos mensuales por el alquiler del inmueble donde tiene aún instaladas sus oficinas; ello representa un gasto de un millón 20 mil pesos al año.
Una bicoca tal vez para quienes están acostumbrados a dilapidar el dinero del pueblo y quienes acostumbran, cuales gatos, a cubrir con tierra sus inmundicias.
Tal vez estos señores no han entendido el verdadero sentido del sufragio emitido el 1 de julio. Se votó por la alternancia no sólo para que llegara al poder alguien de un partido diferente al PRI, sino sobre todo para dejar atrás todos esos resabios, pero también para castigar a quienes sean los responsables. Y por lo visto, tendremos que esperar al 2013 para ver si llega esa señora llamada justicia.

¿QUIÉN ES QUIÉN EN LAS RENTAS?
A propósito de las rentas para oficinas de organismos públicos como el IEPCT y otros entes presuntamente autónomos, representan una sangría para el erario pero más que nada un negocio redondo que podría involucrar a arrendadores y arrendatarios.
Le cuento que desde hace 15 años, el Órgano Superior de Fiscalización del estado paga una renta mensual de 140 mil pesos —esto es, un millón 680 mil pesos al año— por su sede en la colonia Del Bosque y el monto crecerá pues Francisco Rullán acaba de alquilar otro inmueble para reubicar allí una de las áreas del OSF.
“Precisamente alquilé una casa muy, muy cerca que es donde tengo la Dirección  Jurídica y nos dio un poquito más de amplitud; entonces, ahorita estamos más o menos cómodos”, le presumió el polémico fiscal a reporteros.
Llevan tres lustros ocupando el inmueble y hasta ahora no han planeado edificar una sede propia que se habría pagado con el ahorro de las rentas. Pero a como se las gastan estos funcionarios, es mejor que sigan así, porque si llegasen a comprar un edificio muy seguramente les sale defectuoso y van a seguir pagando alquiler.
Lo mismo pasa con la Comisión Estatal de Derechos Humanos, con el Instituto Tabasqueño de Transparencia y Acceso a la Información Pública, y le paro ahí.

SE  CUECEN HABAS EN EL COBATAB
¿A cuenta de qué el Colegio de Bachilleres de Tabasco le paga al Sicobatab el servicio de seguridad y vigilancia de sus instalaciones?
Según el OSF, entre las observaciones pendientes de solventar están el que resultó improcedente de pago por concepto de servicio de seguridad y vigilancia, proporcionado a las instalaciones del gremio que dirige el nocivo José Ramón Díaz Uribe.
Pero no sólo eso, un reporte del OSF apunta que no se obtuvo evidencia documental de la justificación por el otorgamiento de pagos anticipados al Sicobatab por concepto de cuotas sindicales, y es que el recibo donde se efectúa el pago del anticipo carece de firmas del director general y del director de recursos financieros.
No se sabe si esos recursos —cuyo monto no se ha hecho público— serán rembolsados al erario, ni quiénes fueron los funcionarios señalados de estas conductas indebidas; tampoco, que se les haya aplicado sanción.
Esto tal vez fuese motivo de encomio para el OSF —por haber detectado estas irregularidades—; sin embargo, conociendo la historia del desempeño de este organismo, mejor ahí la dejamos, porque Francisco Rullán se ha especializado en la pesca de topén.

OTRA MÁS DE PACO RULLÁN
Leía hace poco que el fiscal superior Francisco Rullán señalaba que es necesaria la creación de una fiscalía especial para que se dé seguimiento a las denuncias contra ex alcaldes que tienen reprobadas sus cuentas públicas.
Qué magnífica idea. Aprovechando el viaje debería crearse otra fiscalía especialísima para que le dé seguimiento a todos los casos que se pasó por alto el OSF. Digo.  

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