El Dragón y el elefante blanco
Ni tan ‘perfecta’ fue la compra-venta del edificio que sería sede del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco (IEPCT), como asegura su ex presidente Alfonso Castillo Suárez, principal responsable de dicha operación, pues lo que resalta son presuntas irregularidades en su adquisición a un precio demasiado caro o inflado a por lo menos el doble —esa es la sospecha generalizada— de su valor real.
Fernando Hernández Gómez / fdohernandezg@hotmail.com
A los cuestionamientos por el excesivo desembolso de 32 millones de pesos en ese inadecuado inmueble ubicado en Periférico, por Tamulté, y a la ingenuidad de los consejeros electores de que el dinero puede ser devuelto por los vendedores, se suman dos aspectos que no pueden pasar desapercibidos: uno, el edificio está convertido desde hace año y medio —la compra-venta se finiquitó el 11 de abril de 2011— en elefante blanco, y dos, el IEPCT sigue pagando cuantiosa renta por sus oficinas de la calle Eusebio Castillo, en el primer cuadro de esta capital.
Como papa caliente, el tema está ahora en manos del Congreso local, que está por entrar a la revisión de los informes elaborados por el Órgano Superior de Fiscalización (OSF) sobre las cuentas públicas 2011 de poderes estatales, órganos desconcentrados —el IEPCT lo es—, y los 17 ayuntamientos.
Una comisión de legisladores se dispone a realizar una inspección ocular al edificio, para corroborar su estado. Sin embargo, el asunto debe ir más allá de esa visita turística en la que el grueso de los diputados —excepto uno, el perredista Juan José Martínez, que es empresario de la construcción— desconocen cuestiones relativas al uso del suelo, valores comerciales de inmuebles y condiciones estructurales de edificaciones.
La falta de transparencia con la que se realizan las cosas impide que en este tema —y en otras múltiples cuestiones— no se llegue al fondo y se conozca si realmente el edificio vale lo que se pagó por él, o si tiene deficiencias.
El hecho que el OSF asegure que ya se solventaron las observaciones que le hizo al IEPCT por la adquisición del edificio —¿le habrá observado el sobreprecio?— no es garantía de que las cosas se hayan hecho correctamente. La fama del organismo fiscalizador y su titular, Francisco Rullán Silva, es más de encubridor que de garante de legalidad en el ejercicio de recursos públicos.
Si la compra-venta se hizo conforme a la normatividad y si el edificio está “en perfectas condiciones”, como dice Alfonso Castillo, ¿por qué no se han trasladado allí las oficinas del IEPCT? ¿Por qué el órgano electoral sigue pagando más de un millón de pesos de renta anual —a razón de 85 mil pesos mensuales— por el inmueble que ocupa en la calle Castillo? ¿De qué sirve allí la Contraloría interna? Creo que a los tabasqueños nos deben muchas explicaciones.
Ojalá dejen las cosas como están —IEPCT, OSF, etcétera—, así en el nuevo régimen estatal tendrán razones de sobra para enjuiciarlos por su gris y turbio desempeño o, en el mejor de los casos para ellos, invitarlos a renunciar.
¿Y DÓNDE ESTÁ EL DRAGÓN?
A principios de mes se desató polémica porque el equipo reciclador y asfaltador adquirido por el ayuntamiento de Centro durante la gestión de Evaristo Hernández Cruz no aparecía. Nadie sabía dónde se encontraba la máquina que costó 43.7 millones de pesos —por cierto observada mañosamente por el OSF que pretendió hacer creer que su valor era de 16.5 millones y que había un daño a la hacienda municipal de 30.2 millones—, ni si la estaban empleando en la rehabilitación de las maltrechas vialidades de todo el municipio.
Buscamos por esos días noticias del Dragón, y nos encontramos con que 55 mil metros cuadrados de vialidades han sido rehabilitadas gracias al trabajo de reciclado en sitio caliente que realiza la máquina conocida como Dragón. Pero la información —fechada 2 de agosto— aludía a un Dragón propiedad del ayuntamiento de Ensenada.
Seguimos buscando rastros del Dragón, y nos encontramos con que las autoridades municipales decidieron que dicha máquina operara únicamente de noche para evitar problemas viales. Sólo que la noticia fue generada por el ayuntamiento de Morelia, el 7 de agosto.
Por lo que sabemos, el alcalde villahermosino con licencia Jesús Alí de la Torre empleó muy poco este equipo, que lo tuvo arrumbado en el estacionamiento del parque La Choca. Él presumía que lo suyo era la pavimentación con concreto; hablaba de cifra récord de vialidades modernizadas con este material, aunque a la fecha muchas comienzan a mostrar la pésima calidad del trabajo. Bastaría echarle un ojo a las calles ‘pavimentadas’ de la colonia Asunción Castellanos, por citar un botón.
Esta maquinaria —que se compone de precalentador y recicladora— genera ahorros de hasta 50 por ciento en la rehabilitación de vialidades; pese a estas ventajas, el actual ayuntamiento decidió tenerla escondida.
Una semana después el Dragón reapareció. Pero no estaba trabajando, sino fue hallado en un taller mecánico de la compañía CM del Golfo, ubicado en Ciudad Industrial. Según la versión del alcalde interino Cuauhtémoc Muñoz, éste se encontraba en mantenimiento a cargo de la empresa a la que se le tiene dado en comodato, la cual es propiedad de José Rubén Ferrer, un asesor de Jesús Alí en su infructuosa campaña por la gubernatura.
Difícilmente el Dragón volverá a ser visto rehabilitando vialidades lo que resta de 2012, pues el ayuntamiento esgrime la falta de materia prima —emulsión asfáltica que les dona Pemex— como la causa para tenerlo echado.
El ex regidor Melvin Izquierdo criticó que no haya empleado el equipo a todo lo que da. “Un buen administrador tiene que optimizar lo que tiene y el Dragón es una máquina revolucionaria en Tabasco y en cualquier parte del país por su efectividad, por su costo”, reprochó quien repetirá como miembro del Cabildo de Centro a partir de 2013.
Hasta el alcalde electo, Humberto de los Santos Bertruy, lamentó que no se le haya dado uso, y criticó que la excusa sea que Pemex no hizo la donación de asfalto. A un equipo como ese “hay lo que meterle es dinero, y si no lo han puesto a trabajar, o es porque no han querido meterle dinero o no han tenido dinero, o porque son verdaderamente irresponsables al no usar esa máquina y no tener las calles en condiciones como deberían de hacerlo”.
El Dragón está en óptimas condiciones, y si no ha trabajado al ciento por ciento es por falta de visión o egoísmo de quienes prefieren tenerlo guardado a que lo que haga este equipo pueda empañar toda su obra de relumbrón.
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