Ambientalistas mantienen una lucha legal y promueven un amparo en contra de la perforación del pozo petrolero Kanemi I, ubicado en el corazón de la Reserva de la Biósfera
Alejandro Esquivel C. / alesquivelc@hotmail.com
Comparado con los miles de millones de dólares que anualmente ‘extrae’ Petróleos Mexicanos (Pemex) del subsuelo de municipios de Tabasco, los ‘beneficios’ que ha dejado la paraestatal en la entidad son una burla y denota la voracidad de la empresa más grande de México.
Así lo denuncia el coordinador de enlace institucional de la Asociación Ecológica Santo Tomás AC, Hugo Ireta Guzmán, quien hace unos años vaticinó que el interés económico se antepondría al ambiental en el caso de la Reserva de la Biósfera Pantanos de Centla, y por lo tanto era casi un hecho que Pemex no detendría sus planes de realizar exploraciones en esa Área Natural Protegida. Y así fue.
Hoy, esa agrupación, junto con otros ambientalistas, mantiene una lucha legal y promueve un amparo en contra de la perforación del pozo petrolero Kanemi I, ubicado en el corazón de dicha reserva.
El hecho es que tras dos años de insistir con al menos cinco proyectos de exploración que fueron rechazados, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) autorizó a Pemex perforar el pozo Kanemi I en la ‘zona de amortiguamiento’ de dicha Área Natural Protegida.
Y es que la paraestatal presentó su Manifiesto de Impacto Ambiental el 29 de marzo del presente año, y tan sólo dos meses y medio después, el 14 de junio, le fue aprobado el proyecto, que según los ambientalistas, pone en riesgo flora y fauna del lugar, debido a lo “sucia” que es la industria petrolera.
Encabezados por la organización Santo Tomás y la defensora de derechos humanos ‘Litiga”, que promueven un amparo contra esas acciones, los ambientalistas acusan que Semarnat negó la petición de realizar una reunión pública para someter a consulta el proyecto.
Además, denuncian que la dependencia federal no observó la reforma de 2005 a la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, que establece que en áreas de amortiguamiento sólo los lugareños pueden realizar nuevas obras.
“Quisiéramos suponer que es ignorancia, pero no; es perversidad de la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental de la Semarnat, al validar un Plan de Manejo de Pantanos de Centla no actualizado que le formula Pemex”, critica Hugo Ireta.
El interés económico se antepone siempre a los ambientales; están de por medio los compromisos de Pemex con Estados Unidos y con la parte económica de tener más recursos. Lo que viene es rehabilitar todos los pozos probables con gas y con hidrocarburo, vaticina.
Ireta Guzmán recuerda que desde 1998 Petróleos Mexicanos tenía planes de explorar el pozo Choco, a pesar de que se ubica dentro del área núcleo de la zona protegida, pero en ese entonces la organización ecologista presentó las denuncias correspondientes a las autoridades ambientales y eso detuvo el proyecto.
“La denuncia se hizo, pero la actividad nunca se detuvo; el trabajo se realizó”, afirma al asegurar que Pemex engaña a las autoridades al decir en sus estudios de impacto ambiental que no afectan la zona protegida de los Pantanos de Centla.
“Dicen que tienen un permiso y una autorización, pero el artículo 48 de la Ley General de Equilibrio al Medio Ambiente señala que no debe haber permiso y Semarnat no debió haber autorizado los trabajos”, denuncia.
SORBER CON‘POPOTE DOBLADO’
Para el proyecto Kanemi I, Pemex prevé destinar una inversión total de 492 millones 600 mil de pesos en obras que van desde rehabilitar un camino en dos tramos, al margen del río Grijalva, y abrir otro para que su personal tenga acceso al rancho La Joya, donde se perforaría en un plazo de 18 meses.
Es un pozo tipo direccional, una tecnología con la que Pemex, a manera de sorbido de un popote doblado, podrá ubicar crudo y gas en la zona núcleo de la Reserva de la Biosfera de Pantanos de Centla, que es la más sensible por su biodiversidad.
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