lunes, 27 de agosto de 2012

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Y el monstruo sigue ahí...



Una de las muchas cosas que los panistas le quedarán a deber a los mexicanos, al estar dos sexenios en el poder, es el exterminio de parásitos del viejo régimen priista que no sólo siguieron existiendo sino se entendieron, se aliaron y pactaron con quienes protagonizaron la alternancia en el gobierno federal. 

Fernando Hernández Gómez / fdohernandezg@hotmail.com



Hablamos de lo más nefasto del corporativismo mexicano: los sindicatos petrolero y magisterial.
Los ciudadanos echaron al PRI de Los Pinos en 2000, y doce años después, en el predecible retorno del tricolor, ahí están, cual cáncer maligno, los dirigentes del STPRM, Carlos Romero Deschamps, y del SNTE, Elba Esther Gordillo Morales.
Como si nada hubiera pasado en este país, luego de siete décadas de priismo y una de panismo, estos poderosos líderes están dispuestos a negociar nuevas prebendas con el régimen que encabezará Enrique Peña Nieto.
Este tipo de organizaciones y sus nefastos liderazgos seguirán existiendo mientras en México se sigan tolerando y ejerciendo prácticas corruptas desde el poder, de las que ellos son cómplices y beneficiarios.
Y ahora que el PRI y Peña Nieto se instalarán de nuevo en Los Pinos, deberán ir pensando qué hacer con el STPRM y el SNTE, uno que ha sangrado las finanzas de Pemex, y el otro nada menos que a lo que debe ser pilar del desarrollo del país: la educación.
Ni el gremio petrolero, ni el magisterial como monstruos corporativos le representan garantía de votos al PRI para ganar elecciones.
Cuando van como candidatos a cargos de elección popular, los dirigentes petroleros y magisteriales no ganan ni en su casa. Sin embargo, el PRI sigue otorgándoles cuotas de poder como si ellos fuesen los cimientos de sus victorias electorales.
Hasta Jesús Alí, el fracasado candidato priista a la gubernatura, creyó que los petroleros, que llenaban todos sus mítines, estaban con él. Ni eso.
Afortunadamente los tabasqueños, con la fuerza de sus votos y a golpes de legalidad —como la impugnación ante órganos jurisdiccionales que le cerró el paso al ‘maestro’ Pedro Estrada Almeida o la que impedirá que el petrolero Pilar Córdova llegue al Congreso local—, ya dieron un primer gran paso para evitar que líderes charros de la calaña también de José Jesús Zamudio Aguilera, éste derrotado en las urnas, se erijan en sus representantes populares.
¿Entenderían en el PRI este mensaje?

APOYAN AL PRI, SANGRAN AL PAÍS
Tan nefasta para el país, su gobernabilidad y su viabilidad —como lo son el STPRM y el SNTE— es la organización priista denominada Antorcha Campesina. Sus líderes son de armas tomar, y sus militantes, carne de cañón.
El 15 de agosto reciente, El Universal publicó el reportaje: ‘Antorcha Campesina, una radiografía de abuso y control’, en que se señala que el movimiento presume gobernar municipios con ‘alta calidad de vida’, pero se le relaciona con abusos y crímenes.
Activistas y académicos le atribuyen al también llamado Movimiento Antorchista homicidios, secuestros y despojos de propiedad privada. Se relata el caso de Huitzilan de Serdán, una demarcación de la sierra norte de Puebla que han dominado durante 27 años, valiéndose de métodos violentos y de monopolizar recursos gubernamentales.
“Huitzilan —apunta el reportaje— es apenas un botón de muestra del poder de Antorcha Campesina”.
La organización fundada a mediados de los 70 por Aquiles Córdova Morán, es descrita hoy como la organización campesina más poderoso afiliada al PRI, algunos de cuyos gobernantes y políticos destacados figuran como sus protectores, el principal de ellos fue Raúl Salinas de Gortari, según José Enrique González Ruiz, director del Programa de Derechos Humanos de la Universidad de la Ciudad de México.
Omar Carreón Abud, fundador del movimiento, dice que en la actualidad suman más de un millón de militantes. Asegura que nadie hasta hoy les ha documentado un hecho irregular. Pero en el DF, la Secretaría de Seguridad Pública les documentó entre 2010 y 2011, 394 acciones entre marchas, plantones y bloqueos, similares a las que la semana pasada iniciaron en la Delegación de Sedesol en Tabasco.
Desde hace años, los afiliados de Antorcha Campesina aparecen en el padrón de beneficiarios de Sedesol en Tabasco, y ahora le están reclamando a la delegada Gabriela Tello Maglioni la entrega de 280 acciones de vivienda en diversos municipios.
Daniel Osorio, dirigente estatal del movimiento, acusó de cerrazón a la funcionaria federal, cuya cabeza demandan se les entregue en charola de plata. Y para conseguirlo, amenazan con nuevas movilizaciones, incluso con un plantón en las oficinas centrales de Sedesol en la ciudad de México.
En su defensa, Tello Maglioni argumenta que los recursos que reclaman suman dos millones de pesos y no se los ha depositado de la SHCP a Sedesol.
“Ya se les expuso las razones; si no las aceptan o no las quieren apreciar con el sentido administrativo que nosotros estamos viendo esto, pues es realmente su visión. No me asusta ni me acongoja, ni me aflige que vayan a tener esas expresiones con las personas que ellos quieran hacer. Está enterada la Secretaría (Sedesol) de esto en todo momento”, sostiene una envalentonada funcionaria a la que le quedan tres meses en el cargo.
Pero los antorchistas no entienden de razones. No por algo el periodista Ricardo Alemán, autor de Itinerario Político describe a sus dirigentes (El Universal, 11/12/11) como “vividores de la política” que recurren al chantaje y a la presión clientelar como medios para obtener dinero.
Los califica como gángsters del llamado activismo social. Y lo justifica muy puntualmente: es una agrupación represora con tintes fascistas, que obliga a sus agremiados al tributo en especie, en movilización y en presencia en mítines, a cambio de las migajas que consiguen.
En junio de 2009, Antorcha Campesina llenó el Estadio Azteca con militantes de todo el país. Festejó 35 años de existencia. El invitado de honor fue Enrique Peña Nieto, gobernador del Estado de México. El discurso del gobernante —a quien ese año le hicieron un plantón con casi siete mil campesinos— fue referencia al lema antorchista: “Deseo que se destierre el escenario donde muchos tengan poco y pocos tengan mucho”, dijo.
Ahora que el PRI regrese a Los Pinos, muchos lamentarán que Antorcha Campesina siga ahí...  

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