Roberto Barboza Sosa / rbarbozasosa@hotmail.com
El ex candidato priísta a presidente municipal, Luis Felipe Graham, recuerda que si de algo presumía el PRI siempre era que tenía seccionales en todos lados, delegados, comités, representantes, pero nunca se había visto que se quedara sin representantes de casillas.
“Alguien tiene que decir por qué faltaron los representantes de casillas; supongo que quienes están al frente de las secretarías de Organización, de Asuntos Electorales y la dirigencia estatal”, comenta.
Otra situación que observó en esta elección es que no vio en el PRI la misma pasión que en los procesos anteriores. “No vi esa fiesta que había antes en los procesos de partido, esa euforia. He participado en forma directa e indirecta en varios procesos, y sentí que faltó esa euforia, no sentía esa emoción”, expresa.
“Hay que ver también por qué pasó. En qué fallamos con la militancia, que es la que finalmente nos da el voto. Se decía que el PRI tenía un voto duro y cautivo”, expone.
Al mencionar que fue el 71.3 por ciento de la ciudadanía que salió a votar, pregunta por qué hubo mucha participación. “Estaban esperando el momento para ir a votar y decirnos te repruebo, no estoy de acuerdo contigo y te lo demuestro en la boleta”, dice.
“Yo sé que esto va a causar molestia en algunas gentes, pero si no aceptamos las cosas están mal”, indica el también pediatra alergólogo.
ESTABA EN ‘TERAPIA INTENSIVA’
Graham Zapata rememora que hace seis meses dijo que el PRI estaba en terapia intensiva, y más de uno dijo: ‘oye exagerado, es porque es protagónico’. Allí está.
“Hoy les digo que no veo cómo lo vamos a sacar de terapia intermedia y mucho menos dar de alta”, señala.
Receta que se necesita una reconstrucción total. De actitud, de sensibilidad, de humildad.
En el PRI se tienen que buscar perfiles que tengan relaciones, que tengan presencia, que sean voces que puedan ser interlocutores con los diferentes partidos políticos, que sean los enlaces entre la militancia y las próximas autoridades estatales y municipales, plantea.
“No tengo nada personal con Francisco Herrera, pero tenemos que entender. Son ciclos. ¿Qué hicieron los presidentes del PRI y del PAN en Morelos? Renunciaron al día siguiente de perder”, resalta.
“Tenemos que hacer en serio un alto, y sentarnos quienes queremos que el PRI retome el rumbo, pero con actitudes diferentes. Ya no tanto discursos, hay que bajar a ras de suelo”, indica.
—¿Qué nos dice la elección del 1 de julio del 2012? —cuestiona y se responde: “Que la militancia y la ciudadanía nos dijo: Oyes, no me estás volteando a ver, no mes estás tomando en cuenta”.
LAS ENCUESTAS DICEN OTRA COSA
El político nacido en el centro de esta capital considera que más allá de lo material que se les pueda dar, la gente nos demostró que no todo se gana con apoyo material, sino con diálogo, ver a la gente de frente y escucharla, oír a la militancia.
“Si la militancia dice que hace falta tal cosa o tal servicio, hay que hacerle caso. Allí está, ellos fueron los que decidieron en las urnas. Una cosa es lo que te digan en una encuesta por teléfono o en la calle, pero en el momento que tú estás en la urna decides tu futuro. Y así fue”, señala.
La gente dijo en la urna: ‘no estamos de acuerdo’ y no nos favoreció. Fue una suma de todo, repite el entrevistado.
Propone al PRI realizar un balance completo: “sentémonos para evaluar los resultados. Por ejemplo esta casilla y sección electoral era históricamente priista, por qué se perdió, por qué falta esto, por qué fallamos en esto. Esta se recuperó en caso de que así haya ocurrido. Todo tiene un por qué”.
También ver con los candidatos a diputados locales y analizar por qué perdió y “qué pasó en esta sección que tú me decías que la llevabas bien”.
Antes se decía que había casillas de la oposición y otras se tenían cautivas. Ya no existe eso. Ya se registró alternancia en todos los municipios.
TODO SUMÓ EN LA DERROTA
El ex candidato del PRI a presidente municipal de Centro expone que todo sumó en la derrota del PRI, hasta los priistas que decidieron irse con Arturo Núñez.
“A veces por minimizar a la gente se cae en errores. Todo suma, hoy cada liderazgo representa algo. Pero no decir: ‘ah, déjalo que se vaya porque no representa gran cosa’. No, todo suma. Todos tienen un capital político, todos tienen presencia, se fueron sumando y vino el tsunami”.
Luis Felipe Graham Zapata se remonta a la desaseada postulación de candidato del PRI a gobernador, efectuada el 18 de enero en el CEN del PRI, donde se decidió la candidatura, y que posiblemente fue el inicio de la derrota.
“Siempre en los procesos internos quedan escozores y lesiones, que aquí no dio tiempo de que sanaran al 100 por ciento”, menciona y comenta que platicó en varias ocasiones con Jesús Alí “para que ambos entendiéramos que si no íbamos juntos y unidos sería difícil ganar. Y lo dije en muchos discursos, que nadie iba a llegar solo a una meta”.
“Pues no se dio al cien por ciento esa cicatrización y por eso allí están los resultados”, sostiene.
“Yo con Jesús Alí no tuve ningún problema, pero faltó ese click entre los equipos de ambos, desde abajo hasta la cúpula. No hubo ese enclochamiento que nos hubiera permitido sacar mejor resultado; y lo digo sin ningún resentimiento, pues la vida tiene que continuar, pero el ‘hubiera’ no existe”, afirma el ex precandidato a gobernador.
IR POR LA ALCALDÍA, “UN RIESGO”
Luis Felipe desconoce los motivos por el cual el CEN del PRI se decidió por Jesús Alí y a él le propusieron para la alcaldía de Centro, pues nunca le mostraron las dos encuestas que pactaron realizar para definir la candidatura a gobernador.
“Yo tomé un riesgo cuando asumí la candidatura para alcalde. Yo soy una gente de trabajo. Pero definitivamente mucha gente me decía que estaba molesta porque decían que no debí haber aceptado esa postulación”.
“Pero soy una gente que suma, no que divide y lo iba a demostrar. Pero no me voy a autoengañar, cuando hice los recorridos vi las carencias y necesidades, y lo que decía la gente”, expresa.
Insiste que entre los factores que se conjugaron para la derrota histórica del PRI en Tabasco, primero fue el proceso interno para la nominación del candidato a gobernador, que dejó muchos lastimados; y segundo que durante el proceso faltó comunicación, contacto entre la dirigencia y los actores.
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