lunes, 9 de julio de 2012

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Vaya blindaje



Si los estrategas del PRI le querían ganar a la malagueña a Arturo Núñez Jiménez, en caso de que no pudieran hacerlo en las urnas —como irremediablemente ocurrió—, el candidato a gobernador de la coalición Movimiento Progresista de Tabasco demostró tener un colmillo más largo y retorcido que sus adversarios del tricolor y que acrisoló en 37 años de militancia priista. 

Fernando Hernández Gómez / fdohernandezg@hotmail.com



Los dueños de ese PRI —del que ahora quedan harapos— se sentían más grandes que la mamá de Tawa; incluso, menospreciaron e hicieron a un lado, burlona e indignantemente, a priistas de mucha experiencia, a los viejos operadores.

Ellos tenían el control y hasta la varita mágica: el manejo de recursos económicos que parecían inagotables y suficientes para comprar todo, aplastar a los opositores y todo lo que se les pusiera enfrente.

Desoían las advertencias del efecto López Obrador sobre sus paisanos como hace seis años; de los riesgos de las emigración en masa de priistas hacia filas opositoras, del voto cruzado y, sobre todo, del voto de castigo de miles de burócratas despedidos y empleados gubernamentales a los que fueron disminuidas sus percepciones, y de tantos y tantos priistas a los que les fueron pisoteados sus derechos políticos.

Argüían que esta vez el efecto AMLO no surtiría efecto aquí; que el aspirante presidencial de las izquierdas había perdido fuerza política, aunque todos sabían que el paisanaje iba a influir más que un tibio efecto Peña Nieto que llevó incluso a homologar elecciones.

Estaban sobradísimos en estrategias, en capacidad. Todo lo tenían cubierto y lo que no, ya lo habían previsto.
Se vanagloriaban de los resultados de sus encuestas que midieron todo, menos la veracidad de las respuestas que recogían encuestadores de tabasqueños acostumbrados a no compartir con nadie la orientación de sus sufragios. 
Hasta pagaron supuestos sondeos de opinión para manipular al electorado, pero fueron ellos mismos quienes se los acabaron creyendo. ¿Dónde están los 17 puntos —“en el peor escenario”, decían—, que sacaría de ventaja el candidato del PRI, Jesús Alí de la Torre?
Los dueños de ese PRI —del que ahora quedan harapos— se sentían más grandes que la mamá de Tawa; incluso, menospreciaron e hicieron a un lado, burlona e indignantemente, a priistas de mucha experiencia, a los viejos operadores. Ellos tenían el control y hasta la varita mágica: el manejo de recursos económicos que parecían inagotables y suficientes para comprar todo, aplastar a los opositores y todo lo que se les pusiera enfrente. Desoían las advertencias del efecto López Obrador sobre sus paisanos como hace seis años; de los riesgos de las emigración en masa de priistas hacia filas opositoras, del voto cruzado y, sobre todo, del voto de castigo de miles de burócratas despedidos y empleados gubernamentales a los que fueron disminuidas sus percepciones, y de tantos y tantos priistas a los que les fueron pisoteados sus derechos políticos. Argüían que esta vez el efecto AMLO no surtiría efecto aquí; que el aspirante presidencial de las izquierdas había perdido fuerza política, aunque todos sabían que el paisanaje iba a influir más que un tibio efecto Peña Nieto que llevó incluso a homologar elecciones. Estaban sobradísimos en estrategias, en capacidad. Todo lo tenían cubierto y lo que no, ya lo habían previsto. Se vanagloriaban de los resultados de sus encuestas que midieron todo, menos la veracidad de las respuestas que recogían encuestadores de tabasqueños acostumbrados a no compartir con nadie la orientación de sus sufragios. Hasta pagaron supuestos sondeos de opinión para manipular al electorado, pero fueron ellos mismos quienes se los acabaron creyendo. ¿Dónde están los 17 puntos —“en el peor escenario”, decían—, que sacaría de ventaja el candidato del PRI, Jesús Alí de la Torre? Pensaron que Núñez Jiménez no tenía estructura, que carecía de estrategia para el día de la elección y para las horas posteriores al fin de la jornada. ¿Pues dónde creen que se formó el abanderado del perredismo? ¿Y qué hizo Núñez para blindar su triunfo en las urnas? Un par de días antes de la jornada electoral, el abanderado de las izquierdas acudió a una audiencia con el secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, a quien les expresó su preocupación por incidentes de violencia que amenazaban enrarecer los comicios, y le solicitó formalmente que las fuerzas armadas y la policía federal se encargaran de vigilar que los ciudadanos votaran con toda tranquilidad. Reforzó la estrategia con reuniones —por separado— con los comandantes de las zonas militares acantonadas en la entidad, Luis Crescencio Sandoval González (XXX) y Luis Alberto Brito Vásquez (XXXVIII) Ello impidió disturbios en las casillas para reventar la elección, que era su gran preocupación. La otra estrategia hasta parecía ingenua: que mujeres trasladaran las copias de las actas de escrutinio a las sedes perredistas en cada municipio y distrito. El operativo estuvo a cargo de la esposa del candidato, Martha Lilia López de Núñez, quien armó toda una estructura ex profeso en el estado. ¿Quién iba a sospechar que dentro de ese bolso donde llevan tantas cosas las mujeres tabasqueñas iban escondidas las copias de las actas que avalaban el triunfo del candidato perredista? Así, Núñez Jiménez se vacunó y con gran efectividad de aquel viejo dicho que dice: ‘Si el PRI no gana, arrebata’. ¿SABÍA USTED…? Los trabajadores petroleros han conformado, desde los tiempos del boom de hidrocarburos en el estado, los contingentes más notorios y que más algarabía hacen en las campañas priistas. Así ocurrió en cuanto evento de Chucho Alí acudieron. Su entusiasmo y las manifestaciones de apoyo en cada mitin parecían sinceros, pero da la casualidad que los petroleros —de confianza, sindicalizados y los eventuales que es a los que más utilizan como carne de cañón— votaron mayoritariamente por Arturo Núñez. Vamos, ni a su ‘líder’ José Zamudio le dieron sufragios suficientes para que ganara la diputación del VI distrito federal. ¡Viva la alianza PRI-STPRM! ¡Viva el acarreo! ¡Viva la simulación! MENSAJES CRUZADOS —Con Arturo Núñez, ¿piensas hablar? ¿Te vas a comunicar con él o ya le hablaste? —le preguntaron a Jesús Alí, cuatro días después de su derrota en las urnas. “No, no he tenido comunicación con él… lo conozco y sé que es una gente capaz. Espero que haga todo lo que está de su parte para que a Tabasco le vaya bien, que pueda rodearse de un buen equipo y finalmente yo también estaré desde el PRI actuando a favor de Tabasco”, expresó el ex candidato priista. (noticiero Panorama sin Reservas, 05/Jul/12) Al día siguiente, el ganador oficial de la elección de gobernador agradeció el gesto. “Él (Alí) había dicho que estaría atento a los cómputos oficiales que fueron ayer. Aprecio sus declaraciones, tengo referencias que se ha referido a mí en buenos términos; lo valoro. Ayer lo busqué, no tuve suerte de conseguirlo por teléfono. Lo voy a hacer hoy, y bueno, creo que le damos la vuelta a la página”, señaló el gobernador electo. (En Corto, 06/Jul./12) ¿QUIÉN DIJO QUE VENDRÍA? Zacatecas se consolidó como el estado más priista; ahí, el candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto le sacó 27 puntos de diferencia al segundo lugar, Andrés Manuel López Obrador. Y Tabasco fue lo contrario: la mayoría de los tabasqueños refrendaron su amor al Peje. Aquí, el candidato de las izquierdas logró 27 puntos de diferencia sobre el segundo lugar; ni más ni menos que Peña. ¿Cuál de las dos entidades estará en el corazón del futuro Presidente de México? ¿Vendrá pronto Enrique Peña Nieto a la entidad?
Pensaron que Núñez Jiménez no tenía estructura, que carecía de estrategia para el día de la elección y para las horas posteriores al fin de la jornada. ¿Pues dónde creen que se formó el abanderado del perredismo?
¿Y qué hizo Núñez para blindar su triunfo en las urnas?
Un par de días antes de la jornada electoral, el abanderado de las izquierdas acudió a una audiencia con el secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, a quien les expresó su preocupación por incidentes de violencia que amenazaban enrarecer los comicios, y le solicitó formalmente que las fuerzas armadas y la policía federal se encargaran de vigilar que los ciudadanos votaran con toda tranquilidad.
Reforzó la estrategia con reuniones —por separado— con los comandantes de las zonas militares acantonadas en la entidad, Luis Crescencio Sandoval González (XXX) y Luis Alberto Brito Vásquez (XXXVIII) Ello impidió disturbios en las casillas para reventar la elección, que era su gran preocupación.
La otra estrategia hasta parecía ingenua: que mujeres trasladaran las copias de las actas de escrutinio a las sedes perredistas en cada municipio y distrito. El operativo estuvo a cargo de la esposa del candidato, Martha Lilia López de Núñez, quien armó toda una estructura ex profeso en el estado.
¿Quién iba a sospechar que dentro de ese bolso donde llevan tantas cosas las mujeres tabasqueñas iban escondidas las copias de las actas que avalaban el triunfo del candidato perredista? Así, Núñez Jiménez se vacunó y con gran efectividad de aquel viejo dicho que dice: ‘Si el PRI no gana, arrebata’.

¿SABÍA USTED…?
Los trabajadores petroleros han conformado, desde los tiempos del boom de hidrocarburos en el estado, los contingentes más notorios y que más algarabía hacen en las campañas priistas. Así ocurrió en cuanto evento de Chucho Alí acudieron. Su entusiasmo y las manifestaciones de apoyo en cada mitin parecían sinceros, pero da la casualidad que los petroleros —de confianza, sindicalizados y los eventuales que es a los que más utilizan como carne de cañón— votaron mayoritariamente por Arturo Núñez. Vamos, ni a su ‘líder’ José Zamudio le dieron sufragios suficientes para que ganara la diputación del VI distrito federal. ¡Viva la alianza PRI-STPRM! ¡Viva el acarreo! ¡Viva la simulación!

MENSAJES CRUZADOS
—Con Arturo Núñez, ¿piensas hablar? ¿Te vas a comunicar con él o ya le hablaste? —le preguntaron a Jesús Alí, cuatro días después de su derrota en las urnas.
“No, no he tenido comunicación con él… lo conozco y sé que es una gente capaz. Espero que haga todo lo que está de su parte para que a Tabasco le vaya bien, que pueda rodearse de un buen equipo y finalmente yo también estaré desde el PRI actuando a favor de Tabasco”, expresó el ex candidato priista. (noticiero Panorama sin Reservas, 05/Jul/12)
Al día siguiente, el ganador oficial de la elección de gobernador agradeció el gesto. “Él (Alí) había dicho que estaría atento a los cómputos oficiales que fueron ayer. Aprecio sus declaraciones, tengo referencias que se ha referido a mí en buenos términos; lo valoro. Ayer lo busqué, no tuve suerte de conseguirlo por teléfono. Lo voy a hacer hoy, y bueno, creo que le damos la vuelta a la página”, señaló el gobernador electo. (En Corto, 06/Jul./12)

¿QUIÉN  DIJO QUE VENDRÍA?
Zacatecas se consolidó como el estado más priista; ahí, el candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto le sacó 27 puntos de diferencia al segundo lugar, Andrés Manuel López Obrador.
Y Tabasco fue lo contrario: la mayoría de los tabasqueños refrendaron su amor al Peje. Aquí, el candidato de las izquierdas logró 27 puntos de diferencia sobre el segundo lugar; ni más ni menos que Peña.
¿Cuál de las dos entidades estará en el corazón del futuro Presidente de México? ¿Vendrá pronto Enrique Peña Nieto a la entidad?  

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