Y el mazo cayó
Histórico lo vivido el pasado 1 de julio; el pueblo mexicano se expresó en las urnas según su leal saber y entender, pero en tierras tabasqueñas, el mazo de la justa justicia cayó.
Rosa Elvia Bracamontes / rosaelviab@hotmail.com
Si alguien dudaba sobre la influencia que López Obrador tendría sobre el ánimo de la sociedad tabasqueña, con los resultados aplastantes obtenidos a favor de los candidatos de la coalición de las izquierdas, se despejó.
Hoy pululan las necropsias de tales resultados. En cada transición electoral algunos asumen su equivocación, otros se regodean con sus pronósticos; lo que importa es que estas tierras tengan la oportunidad de ser trabajadas correctamente y el tabasqueño viva por fin en paz, armonía y bienestar.
El compromiso de Arturo Núñez Jiménez se compartirá con la mayoría que sumará en el Congreso del Estado, y las presidencias municipales para que, por fin, el escepticismo que impera hacia las fuerzas políticas otroras de oposición quede atrás, al vivir el histórico momento de poder dar resultados positivos a la sociedad tabasqueña.
Las condiciones están dadas para ver brillar tierras chocas; la sociedad está presta a cooperar como así lo dejo ver en un pasaje democrático de oro en la historia política al abatir el abstencionismo que prevalecía cada periodo electoral; más del 70% de ciudadanos expresándose en las urnas lo avalan.
Los ojos están puestos en la decisión que asuma el titular del Poder Ejecutivo en la designación de un gabinete, crucial para afinar detalle a detalle los engranajes funcionales del Estado. Su experiencia política será determinante en ello.
Tabasco cuenta con ciudadanos con probada capacidad para que la actuación que brinde al Estado sea el corolario político de la vida de Arturo Núñez Jiménez, pero deben estar exentos de esos aires del pasado que los tabasqueños se sacudieron de modo tajante.
Sirva el juicio de valor social de ejemplo a futuro. Los partidos políticos ya no pueden ni deben soslayar la responsabilidad que tienen sobre las actuaciones institucionales a las que acceden. Están obligados a rendir resultados positivos y mejores propuestas en su clase política para sostenerse dentro del gusto del electorado.
Tenemos por delante las candidaturas independientes que crearán una sana competencia con las fuerzas políticas y la necesidad de transformar la normatividad electoral en una más funcional y efectiva de cara a la sociedad. Todo esto, acompañado de la presencia ciudadana que a partir de este proceso democrático ya salió de la comodidad de sus casas y eso merece un largo aplauso.
En contraste, el posicionamiento de Enrique Peña Nieto como virtual ganador de la Presidencia de la República tiene rugiendo a un sector poblacional; el drama acá será si es mayor a los millones de mexicanos que hay de diferencias con los votos reconocidos a López Obrador y si será posible probar todo de lo que acusan al priismo federal.
Viene un pasaje interesante en el ámbito judicial, sobre el cual se debe tener ojos atentos; el tiemble de manos del IFE, en cada etapa procesal, pese a las quejas promovidas en contra de los políticos favoritos del país, será determinante en el fallo final y ahora el TEPJF tendrá que desamarrar los nudos ciegos. La apuesta es doble contra sencillo que lo hecho, hecho está.
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