Vuelta al origen
¿Se reagrupa el PRD? ¿Ya no dio para más la suma de ex priistas? ¿Acaso se estaba alejando u olvidando demasiado su candidato a gobernador, Arturo Núñez Jiménez, de los liderazgos históricos, de viejos cuadros, de los fundadores, del voto duro del partido del sol azteca?
Fernando Hernández Gómez / fdohernandezg@hotmail.com
Pues parece que —cuando su campaña inicia la recta final— el ex subsecretario de Gobernación ha volteado a ver hacia el partido que lo hizo senador hace seis años y ahora lo abandera en la disputa por la gubernatura.
Aunque su área de comunicación social exageró cuando afirmó en su despacho del lunes 28 de mayo que el aspirante a residir en la Quinta Grijalva recibió “respaldo de fundadores del PRD”, pues únicamente se reporta la presencia del ex dirigente estatal y ex senador de ese partido, Auldárico Hernández Gerónimo, y del ex diputado local cardenense Lázaro Méndez López, es un hecho que Núñez Jiménez ya está tomando en cuenta a perredistas de viejo cuño, como el poeta chontal, como la aguerrida Nidia Naranjo Cobián, el ex dirigente estatal Darvin González Ballina, y el ex presidente del Consejo Estatal, el ex diputado federal jonuteco Rafael Elías Sánchez Cabrales, a quien enquistaron en la campaña del aspirante a la alcaldía de Centro, Humberto de los Santos Bertruy.
Lo curioso es que Hernández Gerónimo, quien ha vivido glorias y fracasos en el PRD —desde ganar la mayoría de alcaldías y diputaciones locales en las elecciones de 2003, y hasta ser encarcelado—, y también ha sido satanizado por correligionarios que lo han acusado de vínculos con el gobierno estatal, ahora luchará codo con codo con ex priistas que, en su momento, lo combatieron por ser opositor al régimen al que pertenecieron.
Y uno de estos neoperredistas es Víctor Manuel López Cruz, quien fue presidente del PRI estatal de 1989 a 1991.
Ahora, Auldárico y su grupo de seguidores se comprometieron a “meter fuerte el hombro” para hacer ganar a Núñez Jiménez el Ejecutivo estatal. Sólo puso una condición: pidió que el trato con él sea siempre “cercano”. A ver si todo esto no fue sólo para la foto.
En esta mirada retrospectiva, en el PRD están convencidos que ninguna de sus propuestas cuajará tanto en el ánimo de los electores, como la que ha sido su bandera de lucha las últimas dos décadas: el movimiento de resistencia civil contra la CFE.
De ahí que han determinado que irán con todo por lo que más votos de militantes y simpatizantes puede darles en las urnas: la huelga de pagos de consumo eléctrico que inició su fundador en la entidad y hoy candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, quien prácticamente vendrá a cerrar su campaña presidencial en Tabasco, el 27 de junio.
Y es que desde la primera visita a Tabasco (25 de abril) del candidato presidencial priista, Enrique Peña Nieto, los perredistas sintieron pasos en la azotea cuando el mexiquense suscribió ante los tabasqueños el compromiso de establecer tarifas eléctricas justas.
Desde hace un mes, la propuesta de bajarle a los cobros de luz de la CFE ya era bandera priista en todos los municipios, y en el partido del sol azteca no hallaban cómo recuperarla.
El encuentro de Arturo Núñez con los fundadores fue oportunidad para retomar el discurso de la defensa de los intereses de los deudores de la CFE. Y fue Hernández Gerónimo quien dio la oportunidad para hacerlo, cuando le pidió al candidato a gobernador que retome la lucha de resistencia civil.
Núñez no tuvo más que reconocer que “la resistencia civil es parte del patrimonio de las familias tabasqueñas que no están en condiciones de pagar las altísimas tarifas eléctricas que se le han impuesto al estado”, y admitió también que “la demanda original de tarifa preferencial tiene una enorme capacidad de convocatoria en el estado”.
Eso dio pauta para que lanzara su propuesta en torno al tema. El abanderado perredista prometió que pugnará ante la Federación por el otorgamiento de una tarifa preferencial justa para los tabasqueños, por el borrón y cuenta nueva en materia de facturación, y el mantenimiento de la red eléctrica estatal, que la CFE ha dejado de realizar con el pretexto de que por el no pago del servicio no dispone de recursos para llevar a cabo esa tarea.
Y hasta se dio el lujo de soñar con la república amorosa —eso fue antes de que se conociera la última encuesta de Reforma, en que el Peje casi le pisa los talones al mexiquense—, y dijo a sus seguidores: “Si tenemos como presidente de México al primer tabasqueño, al primer perredista, Andrés Manuel López Obrador, este problema lo resuelve en el primer mes” que asuma el cargo.
El grueso de familias tabasqueñas que tienen adeudos prácticamente impagables en las condiciones de cobro que quiere imponer la CFE, se estima en más de 100 mil. Estamos hablando de que uno de cada cuatro hogares tabasqueños —el señor y señora de la casa, y uno que otro hijo adulto, que sumarían por lo menos 300 mil personas con credencial para votar— le deben a dicha paraestatal.
Y la suma del pasivo podría rondar este año a cuatro mil millones de pesos, si la paraestatal no establece políticas de cobro flexibles, convenios que no asfixien a los usuarios morosos y, sobre todo, tarifas accesibles a los ingresos de sus clientes.
Por lo pronto, el candidato panista a la gubernatura, Gerardo Priego Tapia, se opone tajantemente al borrón y cuenta nueva. Sus posibilidades de llegar al cargo son más remotas incluso que la posibilidad que su abanderada presidencial Josefina Vázquez Mota, se ubique como puntera. Y es que el aspirante panista considera injusto que se premie a los morosos, cuando una mayoría sí paga puntual sus recibos a la CFE. Esto, a los electores, los tiene sin cuidado; el interés de muchos es quién da más.
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