“¡Acúsalo a la Fepade!”, se escucha en el spot de televisión la voz de un tipo al que quisieron coaccionar para que votara por determinado partido y que, según narra, se armó de valor y acudió a presentar su denuncia a la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales. Por eso ahora él aconseja a un amigo, en situación similar, a que haga lo mismo.
Fernando Hernández Gómez / fdohernandezg@hotmail.com
El anuncio forma parte de la campaña emprendida por las autoridades electorales para decirles a los ciudadanos que existen instancias para evitar que puedan ser presionados, sobornados o engatusados para que voten por tal o cual partido o candidato, pero sobre todo, para vendernos la idea de que el 1 de julio tendremos elecciones dotadas de legalidad, equidad y limpieza.
En Tabasco se registró la semana pasada una situación escandalosa, digna de llevarse a la Fepade —y es ineludible que esa autoridad indague y deslinde responsabilidades—, que involucra a dirigentes del PAN, a un legislador de ese partido y presuntamente a funcionarios del gobierno federal.
Recién empezaba la semana, se exhibió una grabación de voz en que el presidente del Comité Estatal panista, Jorge Ávalos Ramón, asegura que él y el diputado panista Juan F. Cáceres de la Fuente ejercen control en las delegaciones federales.
Ávalos Ramón quiso minimizar lo que se estaba evidenciando; incluso le restó valor por tratarse de una denuncia anónima. Pero no pudo negar que es su voz la que se escuchaba exigiendo apoyo para candidatos de su partido a cambio de favores y beneficios en dependencias federales.
En defensa del dirigente salió el candidato panista a la alcaldía de Centro, Gonzalo Fócil Pérez, quien aseguró que es ridículo asumirse dueño de las delegaciones federales.
Juan Cáceres —citado en la grabación— corrió a deslindarse y, desde la tribuna del Congreso local, pidió que la Fepade investigue a fondo el asunto.
Si bien otros actores del blanquiazul que pudieran estar relacionados en el escándalo, por desempeñarse de delegados federales —como Carlos Gutiérrez Cortés, de Sagarpa—, se deslindaron e, incluso, le pidieron a Ávalos se separe del cargo, el único panista que marcó su raya fue el candidato a la gubernatura, Gerardo Priego Tapia, quien se pronunció por que su dirigente estatal vaya a la cárcel si se confirma su responsabilidad en las grabaciones.
Ávalos fue llamado al Comité Nacional el jueves para que diera una explicación. Y sin importarle el alud de críticas y a que en el mismo Consejo Estatal de su partido —reunido el sábado— se le exigió que dimitiera, él sigue en su macho: “¡No me voy!”. Hasta ordenó a su área de prensa que emitiera un boletín asegurando que no ha renunciado.
El meollo en este vergonzoso teatro blanquiazul no es que Ávalos Ramón se separe de la dirigencia panista, sino que la autoridad competente realice las indagatorias y haga el deslinde de responsabilidades.
Si en la Fepade se hacen de la vista gorda —por más críticas y hasta la condena de algunos prominentes personajes del PAN— empezará a germinar la sospecha de que el gobierno federal que preside Felipe Calderón Hinojosa le está dando una ayudita a los candidatos de su partido, en especial a la alicaída Josefina Vázquez Mota.
Al cuestionado dirigente panista le escuchamos decir que él y Juan Cáceres ejercen control en las representaciones de dependencias del gobierno federal en la entidad, y que los apoyos se otorgan a quienes atienden sus dictados “sin medias tintas”.
Hasta cierto punto es válido, en términos políticos, que el partido ganador de una elección controle la asignación de cargos en la nueva administración pública. Así lo hizo el PRI durante siete décadas. Y hoy el PAN es el partido en el gobierno.
Lo que no se vale es que se utilicen los recursos, programas y acciones de dependencias e instancias de gobierno para inclinar el apoyo o el voto hacia algún aspirante a cargo público, o para que un partido gane una elección.
Y no se cerraba la semana cuando de Comalcalco para el mundo apareció en el canal de internet Youtube una grabación con la voz del edil Alejandro Medina Custodio hablando ante elementos de la policía municipal y exhortándolos a apoyar a los candidatos del PRI.
Tres programas de radio dieron cuenta de la reunión en que Medina Custodio se asumía como responsable político del tricolor y sus candidatos el 1 de julio en Comalcalco.
La respuesta de Medina fue inmediata, pero no convincente. El alcalde tiene mucho que aclarar. Y si —como asegura— no hubo transgresión a ley alguna en la reunión que tuvo con elementos policiacos en una propiedad privada y que él sólo hizo uso de sus derechos ciudadanos, no tiene por qué intranquilizarse ni incurrir en descortesías.
Más allá de que se pueda judicializar el actual proceso electoral —de hecho lo está—, --es sano que se ventilen este tipo de situaciones por los medios que sean. Así, funcionarios públicos, dirigentes partidistas y candidatos se cuidarán de andar muy derechitos. Al que no lo haga: ¡Acúsalo a la Fepade!
EL CRISTAL DE PEÑA
Este miércoles 25 hará su tercera visita al estado en lo que va del año —aunque ahora ya en gira oficial— el candidato presidencial priista Enrique Peña Nieto. Viene a medirle el agua a los camotes en la tierra de uno de sus adversarios, Andrés M. López Obrador. Pulsará el ánimo del priismo tabasqueño, conocerá el grado de aceptación de quienes abanderan al tricolor a los diversos cargos, especialmente Jesús Alí de la Torre, y también constará cuál es la fuerza aquí de un perredismo que hace tanta alharaca con el discurso de la alternancia. Y es que se dice mucho; que si esto, que lo otro. Nada es verdad, ni es mentira…
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