El efecto Peña Nieto ¿en Tabasco?
Impotencia ante un crimen brutal.
Y ahora ¿qué sigue?
La más reciente gira por Tabasco del candidato presidencial Enrique Peña Nieto, de la coalición Compromiso por México, generó un efecto interesante en relación a lo que podría esperarse en la intención electoral en la próxima elección constitucional.
Javier Marín Hernández / clip.marin@gmail.com
Tienen que destacarse los dos compromisos firmados ante un notario público local, la realización de un Plan Hidrológico para que no se presenten más inundaciones en Tabasco y la disminución de las tarifas por el uso de energía eléctrica.
Aunque podría discutirse legal y financieramente la viabilidad de ambos compromisos, la realidad es que la sociedad tabasqueña, ignorando los detalles para concretarlos, aprobó los anuncios y con eso el candidato presidencial se anotó un éxito político a favor de su campaña, en la tierra natal de su contendiente, Andrés Manuel López Obrador.
Además de eso, la empatía que obtuvo el mexiquense en el acto masivo con los militantes y simpatizantes de su partido es como para llamar la atención de sus adversarios.
El manejo de su imagen, mostrando fuerza, sonrisas, carisma, cercanía con la gente, cual artista del espectáculo, sin duda que le han arrojado resultados.
Al subir hacia el templete lo hace con los brazos encogidos a la altura de la cintura, como se colocan al correr un maratón. Arriba del escenario, corre hacia su lado izquierdo empuja sus brazos al cielo con fuerza dirigiéndose a la audiencia, como hacen los toreros al brindar una faena o los artistas al iniciar un concierto, después corre hacia el lado derecho y repite la escena en el otro extremo. En ese momento, la euforia ya es total.
Viene después el saludo del maestro de ceremonias a la esposa del candidato presidencial, la reconocida actriz de telenovelas, Angélica Rivera de Peña.
A la salida de la concurrida explanada hay rostros de aprobación en el equipo de campaña local, pese a no haber rebasado la asistencia de aquel registro histórico que obtuvo el entonces candidato presidencial Luis Donaldo Colosio Murrieta en febrero de 1994.
Incluso hasta la broma ocurrente de una de las integrantes de un contingente de mujeres petroleras: “está más guapo en vivo, sí lo dejo que me haga un chiquito, aunque no me lo mantenga…”.
Las sonrisas y la buena vibra son evidentes. Los arreglos musicales de canciones de moda modificadas en la letra a Peña Nieto mantienen bailando a muchos de los asistentes, pese a que el evento culmina alrededor de las nueve de la noche.
La estrategia no les falló. Es más, el problema de la intención electoral reside en las campañas locales, porque en la federal parece un poco más claro el panorama.
CONSTERNACIÓN POR EL ASESINATO DE CUATRO NIÑOS
El cruel y abominable asesinato de cuatro niños en la Sierra de Tacotalpa, Tabasco, ha desatado una condena unánime ante la recurrencia de hechos como este, que pese a todo se siguen cometiendo.
Hay una profunda crisis de valores entre la sociedad tabasqueña, en donde todos tenemos algo que ver, dijo alguna vez en el año 2009 el entonces Procurador de Justicia de Tabasco, Rafael González Lastra cuando se supo del artero crimen de la familia Fuentes Arguelles y daba los pormenores del hecho; en esta inolvidable tragedia también fueron asesinados los dos menores hijos producto de este matrimonio.
Un año antes, el 14 de febrero de 2008 (el día del amor y la amistad) ocurrió un multihomicidio en Monte Largo, Macuspana, en total murieron los doce integrantes de la familia de un policía que había intervenido en un operativo en contra de la delincuencia organizada, seis niños entre ellos.
Así falleció ejecutado el comentarista de radio Alejandro “El Padrino” Fonseca, también en 2008 después de colgar una manta en contra de los que se dedicaban a extorsionar y al secuestro.
O la familia del marino Melquisedet Angulo Córdova, quien participó en el operativo donde murió el capo Arturo Beltrán Leyva en Cuernavaca, Morelos. La madre del militar y su familia fueron ejecutadas el 22 de diciembre de 2009 (dos días antes de la Nochebuena) justo un día después de que se habían llevado a cabo los funerales de su hijo el tercer maestre de la Marina Armada de México y que también cayó abatido en la ofensiva contra el narcotraficante.
Lo que no deja de sorprender a los criminalistas y expertos en el tema es la saña con la que se cometen estos asesinatos en la entidad.
Hay que “destacar” que esta fue la primera entidad en donde se registró la muerte de familias completas y de menores de edad por parte de miembros de la delincuencia organizada, muchos de estos asesinos de origen tabasqueños, asociados con centroamericanos y de otros estados, pero la mayoría tabasqueños.
Ahora, el crimen artero de cuatro pequeños en vísperas de la celebración del Día del Niño. Quienes hayan sido los responsables es lo de menos, se supone que les espera lo peor, de acuerdo a las reglas —no escritas— que aplican en los reclusorios los propios internos.
Pero el problema va más allá de eso. ¿Qué está pasando con esta sociedad tabasqueña? La crisis es total.
Y por supuesto que también hay otros responsables que han propiciado el abuso, la violencia, la deshonestidad, la saña, la brutalidad, aunque bajo otras circunstancias.
Esta es la herencia a las nuevas generaciones. Por eso, todos tenemos algo que hacer para evitar más tragedias…
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