martes, 20 de marzo de 2012

Ciprián Cabrera Jasso: una identidad, un poeta con voz propia


Su deceso cataliza el interés por la cultura en Tabasco; esparcen sus cenizas en el Usumacinta
Luis Enrique Martínez /
luisenriquemarh@hotmail.com

Antes que nadie, la telefonía celular dio a conocer el domingo 11 de marzo la noticia fatal que conmocionó a la comunidad cultural de Tabasco: Ciprián Cabrera Jasso había fallecido a los 61 años de edad.
Ocho días después de su deceso, las cenizas del poeta fueron esparcidas, el domingo 18, en las aguas del majestuoso río Usumacinta, a su paso por su natal Montecristo.
Después de una misa católica en el templo de la virgen de Guadalupe de la cabecera municipal de Emiliano Zapata, familias y amigos volvieron a llorar la muerte del prolífico escritor tabasqueño.
Cuando era reconocido como el continuador de la obra de Carlos Pellicer Cámara, José Gorostiza y José Carlos Becerra, Pano se convirtió en noticia fatal.
Casi un mes antes de su partida, el gobierno estatal le otorgó un reconocimiento especial por su elección como miembro correspondiente, en Villahermosa, de la Academia Mexicana de la Lengua. Atestiguaron el acto los participantes del VIII Encuentro Iberoamericano de Poesía “Carlos Pellicer Cámara”, que se llevó a cabo del 13 al 18 de febrero pasado.
La muerte del poeta tomó por sorpresa a familiares y amigos. A los 61 años de edad, reflejaba un estado de salud envidiable, según quienes convivieron con él sus últimos días de vida, entre ellos sus vecinos del fraccionamiento Real del Ángel.
Un día después de la elección federal y estatal de este año, cumpliría 62 años de edad. Nació el 2 de julio de 1950, en Emiliano Zapata. El pueblo donde abandonó la tradición familiar por la música para entregarse a la literatura.
En la casa familiar cambiaron el Ciprián por el Pano con el cual tejió la red de amigos que lo conocieron antes y después de su formación académica. Primero, en la escuela de Sicología de la Universidad Autónoma Nacional de México (UNAM); luego hizo estudios de literatura en Michigan, Estados Unidos.

ESCUCHEN A LOS POETAS
“La poesía es el centro, es el núcleo” de la vida, declaró en una de las múltiples entrevistas que concedió como dramaturgo, ensayista, narrador y poeta ganador del Premio Nacional de Poesía “Carlos Pellicer Cámara” 2006.
Representante en el trópico de la lengua española, su poesía tiene presencia en más de 10 antologías. En ese género literario fue autor de más de 15 títulos, entre ellos destacan “Historia de sombra” (1985); Kasandra (1988); “La Ventisca” (1990); “Diez poemas para encontrar un poco de luz” (1991); “Devastaciones del barbasco” (1993); y “Los Enebros” (1998).
Sin abandonar otros géneros literarios, Pano era un apasionado de la poesía. De ahí la invitación que ordinariamente hacía a familiares, amigos y a sus innumerables alumnos:
“Acérquense a la poesía, hablen con los poetas”, decía. E insistía: “Tienen que saber que los poetas estamos vivos y dispuesto a intercambiar (opinión)…” Y luego fustigaba a sus interlocutores: “Si no los conocen (a los poetas), después van a decir: “¡ay se murió y no lo conocí…!”
Así era Pano. Es decir Ciprián Cabrera Jasso.
“La poesía —decía— es el centro, es el núcleo. Es el lenguaje más esencial. Es como un bisturí con el cual se llega a la médula de las cosas más importantes de la vida.
“La poesía es la más penetrante de todas las creaciones y, además, reúne a todas las artes: tiene musicalidad, rito e imágenes…”.
—¿Y cómo construye poesía…?— alguna vez le preguntaron.
La respuesta se adelantó a su epitafio: “Yo no construyó la poesía; ella me construye a mí…”.

LA VELACIÓN
El lunes 12, un día más del invierno fatal para las letras tabasqueñas, Heberto y Javier le dieron el último beso en la frente al hermano Pano. Después, después Ciprián Cabrera Jasso pasó a ser “el delirio de la noche (que) desbordó un río de lágrimas…”.
Confundidas entre familiares y amigos que llenaron la sala 2 del Recinto Memorial, las hermanas Shenia, Sándara y Milena eran inconsolables ante la inesperada desaparición del padre.
A las 12:00 horas, el sacerdote católico Avelino Cortés Téllez ofreció una misa en medio del adorno floral enviado por un sinnúmero de familias e instituciones públicas en reconocimiento a la obra del poeta fallecido el domingo 11 de marzo.
“A Pano le debemos nosotros todos la posibilidad de saber qué es la amistad; en qué tiempo y espacio están los amigos…”, dijo Lácides García Detjen, rector de la Universidad Olmeca.
En la espera de que el cuerpo del tabasqueño fuera trasladado al crematorio, Miguel Ángel Magdonal anunció que la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) creará una colección literaria que llevará el nombre de “Ciprián Cabrera Jasso”.
Mientras tanto, afuera del panteón privado la directora del Instituto de Cultura de Tabasco, Norma Cárdenas, confirmó que el gobierno estatal le rendirá homenaje oficial el próximo 11 de abril.
Fueron testigos del compromiso la secretaria de Turismo, Yolanda Osuna Huerta, y el rector de la Universidad del Valle de México, campus Villahermosa, Emilio de Ygartúa y Monteverde.
“El día que se conozca la obra pública inédita de Pano”, dice el responsable de la difusión cultural de la UJAT, “se le reconocerá no sólo como el autor tabasqueño más prolífico sino como el escritor más completo…”.
Al panteón privado llegaron múltiples ofrendas florales así como personajes de la cultura como el poeta y editor Francisco Magaña, y un sinnúmero de personajes que manifestaron su solidaridad a los hermanos Heberto, Armando, Javier, Enma Virginia y Maritza Isabel. Pano era el segundo de la familia.
“Pano proyectaba la profundidad de la humanidad”, sostiene Lácides García. Y afirma: “Trasmitía la necesidad de preocuparse por el dolor y sufrimiento de los otros. Pano es una voz; una paradigma, una identidad; un poeta con voz propia…”.

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