Los procesos de selección de candidatos en los partidos políticos son cada vez más complicados. No garantizan que surjan candidatos con perfil ganador, ni que sean los mejores para los cargos públicos. Lo que sí es seguro, es que serán más los insatisfechos, los que estén en desacuerdo con el resultado, los desencantados, que los favorecidos.
Fernando Hernández Gómez / fdohernandezg@hotmail.com
Mucho se ponderó que el PRD consumó un proceso aterciopelado para designar a su candidato a gobernador, pero el que Adán Augusto López y Óscar Cantón Zetina hayan accedido alzarle la mano a Arturo Núñez Jiménez no significó que quienes fueron sus adversarios en la contienda interna hayan quedado complacidos con la decisión que —se dijo— se derivó de mediciones de posicionamiento electoral realizadas por dos encuestadoras.
Lo bueno para el PRD fue que su dirigencia nacional procesó con mayor inteligencia que la mostrada hasta ahora por la priista, el juego de intereses personales de quienes se anotaron como aspirantes a la candidatura al gobierno estatal.
El proceso interno del tricolor no ha tenido su desenlace. Será el jueves en una convención de delegados cuyo veredicto ya muchos han anticipado. Y si bien, desde que inició esta competencia por la candidatura a fines del año pasado —cuando el Comité Ejecutivo Nacional convocó a diez pretendientes a la nominación—, hasta ahora no ha ocurrido ninguna ruptura, hay cuatro aspirantes que manifestaron no estar de acuerdo con el manejo de este juego sucesorio.
Dos de ellos, Georgina Trujillo Zentella y Luis Felipe Graham, se alinearon a la decisión anunciada por el CEN el 19 de enero. La ex alcaldesa capitalina fue incorporada al equipo de campaña del candidato presidencial Enrique Peña Nieto, y el ex secretario de Salud irá como precandidato por la presidencia municipal de Centro, con grandes posibilidades de quedarse con la nominación.
Los otros dos, Evaristo Hernández Cruz y Jaime Mier y Terán, llevaron su descontento a los tribunales, aunque el primero sigue en la pelea, pues fue aceptado como uno de los dos precandidatos que se disputarán la nominación en la convención de delegados de mañana jueves.
¿Qué ocurrirá con el perdedor de esta votación en que participarán más de tres mil delegados? Difícil predecirlo, por más que a Hernández Cruz ya le han augurado que irá a cobijarse a los brazos del perredista Núñez Jiménez, con quien tiene lazos de amistad.
Se vaya o no del PRI el ex alcalde de Centro, no será el único caso de defección a las filas del tricolor que arroje esta etapa en que dicho partido está seleccionando sus candidatos a la gubernatura, al Congreso de la Unión, a los ayuntamientos y al Congreso local.
El primero en abandonar el barco fue Fernando Valenzuela Pernas, sin duda un cuadro valioso que dejó constancia de su capacidad como legislador en múltiples ocasiones, algo de lo que no pueden presumir la mayoría de los diputados que se quedaron al cierre del ejercicio, ni los que —tras recibir la bendición— se fueron en busca de candidaturas.
Aunque expresa múltiples factores para justificar la renuncia a su militancia priista, la principal causa por la que Valenzuela Pernas se irá al PRD —no se sabe todavía si como candidato externo a la alcaldía cardenense o como miembro del equipo de campaña de Núñez Jiménez— es por la pretensión de imponer como candidato a la presidencia municipal de Cárdenas a quien fuera su compañero de bancada, Armando Beltrán Tenorio.
Y lo que son las cosas, hace 21 años cuando el entonces alcalde de Cárdenas Rodolfo Sánchez de la Cruz impuso como candidato a sucederlo a Fernando Valenzuela, el PRI se dividió y aunque este partido pudo imponerse en las urnas en aquellos controvertidos comicios de 1991, la presión política ejercida por Andrés Manuel López Obrador ante la Secretaría de Gobernación orilló a que se diera en Tabasco la primera de aquellas famosas concertacesiones.
El desencanto que significó entre el priismo cardenense aquella imposición y la fragilidad del triunfo electoral de Valenzuela Pernas, hicieron posible que Cárdenas tuviera al primer gobierno municipal surgido de la oposición, bajo la figura de un Concejo presidido por Carlos Alberto Wilson Gómez.
Hoy es el diputado con licencia Fernando Valenzuela quien manifiesta su desencanto por las decisiones que se toman en el PRI y se va al partido contra el que contendió hace 21 años y que lo despojó de la presidencia municipal que iba a asumir el 1 de enero de 1992.
Puede darse por seguro que Beltrán Tenorio será nominado candidato a la alcaldía del segundo municipio en importancia de Tabasco, y también que, si el arribo de Valenzuela Pernas al PRD no genera desencantos allá, el municipio será recuperado por el partido del sol azteca.
Y aunque las candidaturas priistas a las alcaldías y diputaciones locales aún no se han definido, el tricolor está a tiempo de evitar deserciones masivas de sus filas con decisiones desacertadas en los municipios, y que la suma de todos los males pueda poner en riesgo el bien mayor: la gubernatura.
Lo bueno para el PRD fue que su dirigencia nacional procesó con mayor inteligencia que la mostrada hasta ahora por la priista, el juego de intereses personales de quienes se anotaron como aspirantes a la candidatura al gobierno estatal.
El proceso interno del tricolor no ha tenido su desenlace. Será el jueves en una convención de delegados cuyo veredicto ya muchos han anticipado. Y si bien, desde que inició esta competencia por la candidatura a fines del año pasado —cuando el Comité Ejecutivo Nacional convocó a diez pretendientes a la nominación—, hasta ahora no ha ocurrido ninguna ruptura, hay cuatro aspirantes que manifestaron no estar de acuerdo con el manejo de este juego sucesorio.
Dos de ellos, Georgina Trujillo Zentella y Luis Felipe Graham, se alinearon a la decisión anunciada por el CEN el 19 de enero. La ex alcaldesa capitalina fue incorporada al equipo de campaña del candidato presidencial Enrique Peña Nieto, y el ex secretario de Salud irá como precandidato por la presidencia municipal de Centro, con grandes posibilidades de quedarse con la nominación.
Los otros dos, Evaristo Hernández Cruz y Jaime Mier y Terán, llevaron su descontento a los tribunales, aunque el primero sigue en la pelea, pues fue aceptado como uno de los dos precandidatos que se disputarán la nominación en la convención de delegados de mañana jueves.
¿Qué ocurrirá con el perdedor de esta votación en que participarán más de tres mil delegados? Difícil predecirlo, por más que a Hernández Cruz ya le han augurado que irá a cobijarse a los brazos del perredista Núñez Jiménez, con quien tiene lazos de amistad.
Se vaya o no del PRI el ex alcalde de Centro, no será el único caso de defección a las filas del tricolor que arroje esta etapa en que dicho partido está seleccionando sus candidatos a la gubernatura, al Congreso de la Unión, a los ayuntamientos y al Congreso local.
El primero en abandonar el barco fue Fernando Valenzuela Pernas, sin duda un cuadro valioso que dejó constancia de su capacidad como legislador en múltiples ocasiones, algo de lo que no pueden presumir la mayoría de los diputados que se quedaron al cierre del ejercicio, ni los que —tras recibir la bendición— se fueron en busca de candidaturas.
Aunque expresa múltiples factores para justificar la renuncia a su militancia priista, la principal causa por la que Valenzuela Pernas se irá al PRD —no se sabe todavía si como candidato externo a la alcaldía cardenense o como miembro del equipo de campaña de Núñez Jiménez— es por la pretensión de imponer como candidato a la presidencia municipal de Cárdenas a quien fuera su compañero de bancada, Armando Beltrán Tenorio.
Y lo que son las cosas, hace 21 años cuando el entonces alcalde de Cárdenas Rodolfo Sánchez de la Cruz impuso como candidato a sucederlo a Fernando Valenzuela, el PRI se dividió y aunque este partido pudo imponerse en las urnas en aquellos controvertidos comicios de 1991, la presión política ejercida por Andrés Manuel López Obrador ante la Secretaría de Gobernación orilló a que se diera en Tabasco la primera de aquellas famosas concertacesiones.
El desencanto que significó entre el priismo cardenense aquella imposición y la fragilidad del triunfo electoral de Valenzuela Pernas, hicieron posible que Cárdenas tuviera al primer gobierno municipal surgido de la oposición, bajo la figura de un Concejo presidido por Carlos Alberto Wilson Gómez.
Hoy es el diputado con licencia Fernando Valenzuela quien manifiesta su desencanto por las decisiones que se toman en el PRI y se va al partido contra el que contendió hace 21 años y que lo despojó de la presidencia municipal que iba a asumir el 1 de enero de 1992.
Puede darse por seguro que Beltrán Tenorio será nominado candidato a la alcaldía del segundo municipio en importancia de Tabasco, y también que, si el arribo de Valenzuela Pernas al PRD no genera desencantos allá, el municipio será recuperado por el partido del sol azteca.
Y aunque las candidaturas priistas a las alcaldías y diputaciones locales aún no se han definido, el tricolor está a tiempo de evitar deserciones masivas de sus filas con decisiones desacertadas en los municipios, y que la suma de todos los males pueda poner en riesgo el bien mayor: la gubernatura.
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