Se gesta en el seno del IEPCT un ambiente preelectoral convulso por la anulación de las alianzas partidistas; arrecian inconformidades contra los consejeros y el secretario técnico
Luis Enrique Martínez / luisenriquemarh@hotmail.com
Mientras el PRI resanaba sus heridas, al PRD el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPCT) le anulaba el Movimiento Progresista de Tabasco, con lo que el proceso electoral de julio entró a una temprana judicialización a cinco meses de los comicios concurrentes de julio.
Aún sin disfrutar el recalentado de su cumpleaños 64, Arturo Núñez Jiménez presenció, el martes 24, el debate de los consejeros electorales y de los representantes del PRI, PRD, PAN, PT, PVEM y Panal en torno a los dictámenes relacionados con las alianzas partidistas.
Un día después, la mayoría de votos de los consejeros ciudadanos aprobó la coalición Compromiso con Tabasco pero de igual manera invalidó la solicitada por el PRD, PT y Movimiento Ciudadano.
Ese mismo miércoles, Luis Felipe Graham Zapata y Evaristo Hernández Cruz salieron a remover las turbias aguas del Partido Revolucionario Institucional después de que, en la madrugada del jueves 19, el Comité Ejecutivo Nacional anunciara el “acuerdo de unidad en torno a Jesús Alí de la Torre para ser postulado próximamente” como su candidato a gobernador.
Como acostumbra la clase política local, la mañana del 25, el ex secretario de Salud confesó al noticiero radiofónico Telerreportaje que al día siguiente daría a conocer su posicionamiento acerca del comunicado 025 del CEN. Sin embargo, dejó entrever que sí aceptaría la postulación a la presidencia municipal de Centro.
No transcurrió mucho tiempo a esa entrevista telefónica, cuando en la cabina de la XEVT apareció el ex alcalde de ese ayuntamiento y uno de los cinco finalistas —hasta el miércoles 11— en la contienda interna por el abanderamiento priista a la elección de gobernador.
Ahí, Hernández Cruz leyó un comunicado de prensa de dos cuartillas, a las que anexó una copia del boletín 025 del CEN, en el que anunció la impugnación del resolutivo favorable a Alí de la Torre, inconformidad que, más tarde, presentaría por escrito en la oficina de la presidencia de la sede estatal de su partido.
Pero la conmoción política de enero no concluiría ahí. Prosiguió con declaraciones del dirigente estatal del Partido Acción Nacional, Jorge Luis Ávalos Ramón, en las cuales arremetió contra los consejeros ciudadanos y empezó a perfilar una alianza de facto con el PRD.
Así llegó el jueves de la decepción: Graham Zapata no rescató la palabra empeñada de dar a conocer el posicionamiento que, hasta la mañana del viernes, hiciera público en un “comunicado al pueblo de Tabasco”.
Y la aparente culminación de las primeras semanas del año que han conmocionado al PRI se registró la mañana del sábado, antes de que Miguel Alberto Romero Pérez rindiera su informe de labores 2011 ante 395 de 650 integrantes del Consejo Político Estatal: Alí de la Torre empezó la operación cicatriz con Graham Zapata.
El desaire
No siempre se cumple el clásico según el cual una fotografía dice más que mil palabras. Indudablemente que no se puede registrar el ambiente o el entorno en el que se toma la placa. O quienes la provocan, como ocurrió en la que la prensa escrita, televisión y las redes sociales exhibieron el mismo sábado 28.
La del desayunadero del hotel Hyatt no refiere, por ejemplo, el desaire que Graham Zapata hizo al precandidato al Senado Humberto Mayans Canabal cuando éste lo invitó a sentarse a su lado.
—¡Siéntate acá! —sugirió, jalando una silla, un efusivo y sonriente convidado.
Sin perder la forma, el ex secretario de Salud hizo como que no escuchó. Empezó por saludar al senador Francisco Herrera León, Florizel Medina Péreznieto, Candita Victoria Gil Jiménez y José Carlos Ocaña Becerra, de modo tal que, después de hacer lo propio con Mayans Canabal y Alí de la Torre, jaló una silla para quedar al lado de éste y no del ex secretario de Gobierno.
Aunque los comensales no dijeron nada, el ambiente se tensó. Hubo bromas; se escucharon risas; hasta carcajadas…
El desaire, sin embargo, quedó registrado cuando salieron a posar para la fotografía de la “unidad”: de izquierda a derecha, aparecen Ocaña Becerra, Herrera León, Gil Jiménez, Graham Zapata, Alí de la Torre, Mayans Canabal y Medina Péreznieto.
Nunca, como quizá era su deseo, Mayans Canabal quedó en medio de los finalistas de la contienda interna del PRI para elegir a su candidato a gobernador.
La inconformidad
A la inconformidad de los dirigentes locales del PRD, PT y Movimiento Ciudadano y del PAN contra el secretario técnico y los siete integrantes del órgano electoral, se suma la inocultable disidencia que, a pesar de la foto de la unidad, se gesta al interior del PRI.
Entre los innumerables detalles que aparecen a diario en la batalla priista destaca, por ejemplo, el hecho de que a la conferencia de prensa de Graham Zapata, no sólo hayan acudido personajes vinculados a los grupos políticos hegemónicos, sino Álvaro Fojaco Manrique.
La inclinación política de Tomás Yánez Burelo y Ángel Augusto Buendía Tirado con el ex gobernador Leandro Rovirosa Wade —y con el nemismo el primero— no está en duda; tampoco la de Javier Hernández Díaz y Salvador Cerna Gil o la de Ariel Córdova Wilson con los ex mandatarios Manuel Andrade Díaz y Roberto Madrazo Pintado.
Lo que nunca se esperaba es que el cuñado de Alí de la Torre apareciera apoyando al ex secretario de Salud el día en que éste hizo oficial su aspiración de disputar el abanderamiento priista para la elección de presidente municipal de Centro bajo la siguiente condición:
“Pongo por delante mi disciplina y mi voluntad para contribuir con capital político a la decisión del Partido (Revolucionario Institucional).
“Respeto pero demando lo mismo. Respeto y reconocimiento para mí, mis seguidores y los actores políticos en los municipios que simpatizaron conmigo y que tienen legítimas aspiraciones.
“Acepto pero demando lo mismo. Aceptación y trato digno.
“Hago mía ese decisión, pero reclamo lo mismo. Que el Partido haga suya la mía.”
La judicialización
Por separado pero con un mismo objetivo, la hasta el momento frustrada alianza Movimiento Progresista por Tabasco y el PAN impugnarán ante las instancias electorales correspondiente la presunta imparcialidad del órgano electoral.
La batalla en los tribunales empezará en los próximos días cuando el PRD, PT y el Movimiento Ciudadano interpongan no en el tribunal electoral estatal sino en el federal, el recurso de inconformidad contra la anulación de su coalición electoral.
Al mismo tiempo, Acción Nacional intensifica la campaña de descrédito contra los consejeros electorales y explora la posibilidad de oficializar la renovación total del IEPCT, tal como ocurría semanas previas a la elección de gobernador en el Estado de México.
“Para que haya imparcialidad se requiere la renovación de todos los consejeros electorales”, propone Jorge Luis Ávalos Ramón, en tanto que la dirigencia en pleno y el precandidato del PRD a la elección de gobernador enfilan sus baterías contra el secretario técnico Armando Xavier Maldonado Acosta.
A tal inconformidad contribuyó la revelación del diputado Juan José Peralta Fócil que ubicó a un hermano del funcionario electoral, Jorge Noé Maldonado Acosta, como parte del área jurídica del equipo de precampaña de Jesús Alí.
Desde el 25 de noviembre a la fecha, han pasado dos meses de iniciado el proceso electoral estatal, y conforme transcurren los días, tanto actores como partidos políticos y los consejeros ciudadanos, parecen empeñados en reeditar la contienda de 2000 que terminó por anular el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Ahora con mayor razón porque al frente de la impugnación de la presunta izquierda tabasqueña está un reconocido por propios y extraños, conocedor del Derecho electoral como es Arturo Núñez Jiménez.
A pesar de que en el primer escarceo la liebre se le escapó.
Aún sin disfrutar el recalentado de su cumpleaños 64, Arturo Núñez Jiménez presenció, el martes 24, el debate de los consejeros electorales y de los representantes del PRI, PRD, PAN, PT, PVEM y Panal en torno a los dictámenes relacionados con las alianzas partidistas.
Un día después, la mayoría de votos de los consejeros ciudadanos aprobó la coalición Compromiso con Tabasco pero de igual manera invalidó la solicitada por el PRD, PT y Movimiento Ciudadano.
Ese mismo miércoles, Luis Felipe Graham Zapata y Evaristo Hernández Cruz salieron a remover las turbias aguas del Partido Revolucionario Institucional después de que, en la madrugada del jueves 19, el Comité Ejecutivo Nacional anunciara el “acuerdo de unidad en torno a Jesús Alí de la Torre para ser postulado próximamente” como su candidato a gobernador.
Como acostumbra la clase política local, la mañana del 25, el ex secretario de Salud confesó al noticiero radiofónico Telerreportaje que al día siguiente daría a conocer su posicionamiento acerca del comunicado 025 del CEN. Sin embargo, dejó entrever que sí aceptaría la postulación a la presidencia municipal de Centro.
No transcurrió mucho tiempo a esa entrevista telefónica, cuando en la cabina de la XEVT apareció el ex alcalde de ese ayuntamiento y uno de los cinco finalistas —hasta el miércoles 11— en la contienda interna por el abanderamiento priista a la elección de gobernador.
Ahí, Hernández Cruz leyó un comunicado de prensa de dos cuartillas, a las que anexó una copia del boletín 025 del CEN, en el que anunció la impugnación del resolutivo favorable a Alí de la Torre, inconformidad que, más tarde, presentaría por escrito en la oficina de la presidencia de la sede estatal de su partido.
Pero la conmoción política de enero no concluiría ahí. Prosiguió con declaraciones del dirigente estatal del Partido Acción Nacional, Jorge Luis Ávalos Ramón, en las cuales arremetió contra los consejeros ciudadanos y empezó a perfilar una alianza de facto con el PRD.
Así llegó el jueves de la decepción: Graham Zapata no rescató la palabra empeñada de dar a conocer el posicionamiento que, hasta la mañana del viernes, hiciera público en un “comunicado al pueblo de Tabasco”.
Y la aparente culminación de las primeras semanas del año que han conmocionado al PRI se registró la mañana del sábado, antes de que Miguel Alberto Romero Pérez rindiera su informe de labores 2011 ante 395 de 650 integrantes del Consejo Político Estatal: Alí de la Torre empezó la operación cicatriz con Graham Zapata.
El desaire
No siempre se cumple el clásico según el cual una fotografía dice más que mil palabras. Indudablemente que no se puede registrar el ambiente o el entorno en el que se toma la placa. O quienes la provocan, como ocurrió en la que la prensa escrita, televisión y las redes sociales exhibieron el mismo sábado 28.
La del desayunadero del hotel Hyatt no refiere, por ejemplo, el desaire que Graham Zapata hizo al precandidato al Senado Humberto Mayans Canabal cuando éste lo invitó a sentarse a su lado.
—¡Siéntate acá! —sugirió, jalando una silla, un efusivo y sonriente convidado.
Sin perder la forma, el ex secretario de Salud hizo como que no escuchó. Empezó por saludar al senador Francisco Herrera León, Florizel Medina Péreznieto, Candita Victoria Gil Jiménez y José Carlos Ocaña Becerra, de modo tal que, después de hacer lo propio con Mayans Canabal y Alí de la Torre, jaló una silla para quedar al lado de éste y no del ex secretario de Gobierno.
Aunque los comensales no dijeron nada, el ambiente se tensó. Hubo bromas; se escucharon risas; hasta carcajadas…
El desaire, sin embargo, quedó registrado cuando salieron a posar para la fotografía de la “unidad”: de izquierda a derecha, aparecen Ocaña Becerra, Herrera León, Gil Jiménez, Graham Zapata, Alí de la Torre, Mayans Canabal y Medina Péreznieto.
Nunca, como quizá era su deseo, Mayans Canabal quedó en medio de los finalistas de la contienda interna del PRI para elegir a su candidato a gobernador.
La inconformidad
A la inconformidad de los dirigentes locales del PRD, PT y Movimiento Ciudadano y del PAN contra el secretario técnico y los siete integrantes del órgano electoral, se suma la inocultable disidencia que, a pesar de la foto de la unidad, se gesta al interior del PRI.
Entre los innumerables detalles que aparecen a diario en la batalla priista destaca, por ejemplo, el hecho de que a la conferencia de prensa de Graham Zapata, no sólo hayan acudido personajes vinculados a los grupos políticos hegemónicos, sino Álvaro Fojaco Manrique.
La inclinación política de Tomás Yánez Burelo y Ángel Augusto Buendía Tirado con el ex gobernador Leandro Rovirosa Wade —y con el nemismo el primero— no está en duda; tampoco la de Javier Hernández Díaz y Salvador Cerna Gil o la de Ariel Córdova Wilson con los ex mandatarios Manuel Andrade Díaz y Roberto Madrazo Pintado.
Lo que nunca se esperaba es que el cuñado de Alí de la Torre apareciera apoyando al ex secretario de Salud el día en que éste hizo oficial su aspiración de disputar el abanderamiento priista para la elección de presidente municipal de Centro bajo la siguiente condición:
“Pongo por delante mi disciplina y mi voluntad para contribuir con capital político a la decisión del Partido (Revolucionario Institucional).
“Respeto pero demando lo mismo. Respeto y reconocimiento para mí, mis seguidores y los actores políticos en los municipios que simpatizaron conmigo y que tienen legítimas aspiraciones.
“Acepto pero demando lo mismo. Aceptación y trato digno.
“Hago mía ese decisión, pero reclamo lo mismo. Que el Partido haga suya la mía.”
La judicialización
Por separado pero con un mismo objetivo, la hasta el momento frustrada alianza Movimiento Progresista por Tabasco y el PAN impugnarán ante las instancias electorales correspondiente la presunta imparcialidad del órgano electoral.
La batalla en los tribunales empezará en los próximos días cuando el PRD, PT y el Movimiento Ciudadano interpongan no en el tribunal electoral estatal sino en el federal, el recurso de inconformidad contra la anulación de su coalición electoral.
Al mismo tiempo, Acción Nacional intensifica la campaña de descrédito contra los consejeros electorales y explora la posibilidad de oficializar la renovación total del IEPCT, tal como ocurría semanas previas a la elección de gobernador en el Estado de México.
“Para que haya imparcialidad se requiere la renovación de todos los consejeros electorales”, propone Jorge Luis Ávalos Ramón, en tanto que la dirigencia en pleno y el precandidato del PRD a la elección de gobernador enfilan sus baterías contra el secretario técnico Armando Xavier Maldonado Acosta.
A tal inconformidad contribuyó la revelación del diputado Juan José Peralta Fócil que ubicó a un hermano del funcionario electoral, Jorge Noé Maldonado Acosta, como parte del área jurídica del equipo de precampaña de Jesús Alí.
Desde el 25 de noviembre a la fecha, han pasado dos meses de iniciado el proceso electoral estatal, y conforme transcurren los días, tanto actores como partidos políticos y los consejeros ciudadanos, parecen empeñados en reeditar la contienda de 2000 que terminó por anular el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Ahora con mayor razón porque al frente de la impugnación de la presunta izquierda tabasqueña está un reconocido por propios y extraños, conocedor del Derecho electoral como es Arturo Núñez Jiménez.
A pesar de que en el primer escarceo la liebre se le escapó.
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