La Sagarpa reconoce que hay problemas en el campo, pero no está abandonado; compara la productividad de Tabasco con las entidades del norte del país
Samuel L. Soto Giles / gi_les@hotmail.com
Miguel Hernández Hernández, responsable del Programa de Reconversión Productiva de la delegación estatal de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), considera que los productores del campo en Tabasco han ido cambiando de actitud y tomando con seriedad los proyectos que esa dependencia pone a su disposición.
Informa que dentro de los programas del gobierno federal también hay de fomento al cultivo de coco para la renovación de plantaciones o reforestación, porque es la misma reconversión; se les da materiales híbridos a los que hay que cuidar más.
“Algunos dicen que los híbridos en relación al coco criollo son como señoritas a las que hay que estar cuidando. El criollo está metido en el montazal y aun así produce. Al híbrido hay que estarlo fertilizando, hay que estarlo cultivando”, expresa.
En cuanto a la copra hay un programa que se llama Trópico Húmedo. Se ha trabajado con las organizaciones copreras pero no entra dentro de la reconversión productiva, entra como renovación de plantaciones; como un programa específicamente que atiende al sector con recursos netamente federales y no tiene mezcla de recursos.
Además, en la zona costera, la Comisión Nacional Forestal (Conafor) tiene programas de reforestación. Ejemplifica que el año pasado entregaron cien árboles de uva de mar, que además tiene la función de proteger del embate del oleaje a la zona costera para amainar la salinidad y erosión.
—Hay una apreciación de que el campo está abandonado, ya sea por las inundaciones, por la baja rentabilidad o por actitudes negativas, ¿qué tanto lo tienen reflejado en las estadísticas?
“Sí hay problemas en el campo, tenemos que reconocerlo, pero abandonado no está. Es nuestro quehacer como institución trabajar con los productores”, dice Hernández Hernández.
Señala que en el caso del cultivo de granos básicos, el productor tiene una dinámica tradicional, sin embargo ya hay quienes han cambiado de actitud, ven que es negocio.
“El productor que diga que va a sembrar nada más para perder que ni se meta. El que va a sembrar en zonas de alta siniestralidad que no se meta, pero si tiene un terreno de alto potencial va a ganar, sea de maíz o de otros cultivos básicos”, acota.
Dice que es cierto que hay productores que siguen con su metodología tradicional y a esos no los van a cambiar, por ejemplo Tabasco tiene un alto porcentaje de cultivo de maíz que es de autoconsumo.
“Pero del cultivo de maíz es difícil decir que esté en el abandono, sobre todo cuando a raíz de las condiciones del cambio climático en este año tenemos el programa de maíz de alto potencial.
“Hay problemática en Tabasco por las condiciones que tenemos por las inundaciones, sin embargo el productor sigue sembrando. Hay algunas áreas donde la problemática es un poco más sensible. Pero Tabasco tiene la cultura del agua.
“Es cierto, se inunda el que siembra al lado del río o zonas bajas y no siempre respetando las fechas que se tienen autorizadas, por supuesto que va a tener mayores problemas”.
Informa que en 2011 se aplicó un programa de apoyo con el paquete tecnológico a productores de maíz, a quienes estuvieran en zonas de alta marginalidad, por casi 14 mil hectáreas, “quizá no sea suficiente pero ha llegado el apoyo”, acota.
Ahora, para el programa de otoño-invierno hay un programa de alto potencial que apoya a los productores con asistencia técnica.
Para el próximo ciclo de primavera-verano se diseña y analiza los programas y las reglas de operación para que con certeza se financien cultivos en concurrencia con el gobierno estatal y directamente de la federación.
“Se está trabajando, hemos tenido problemas, pero abandonado el campo no lo está. Hay problemas como en todos los lugares”, insiste.
Destaca que el productor que se desanima abandona la actividad, pero el que tiene a sus tierras como única fuente de ingresos “con la Sagarpa o sin la Sagarpa sigue sembrando”.
Informa que dentro de los programas del gobierno federal también hay de fomento al cultivo de coco para la renovación de plantaciones o reforestación, porque es la misma reconversión; se les da materiales híbridos a los que hay que cuidar más.
“Algunos dicen que los híbridos en relación al coco criollo son como señoritas a las que hay que estar cuidando. El criollo está metido en el montazal y aun así produce. Al híbrido hay que estarlo fertilizando, hay que estarlo cultivando”, expresa.
En cuanto a la copra hay un programa que se llama Trópico Húmedo. Se ha trabajado con las organizaciones copreras pero no entra dentro de la reconversión productiva, entra como renovación de plantaciones; como un programa específicamente que atiende al sector con recursos netamente federales y no tiene mezcla de recursos.
Además, en la zona costera, la Comisión Nacional Forestal (Conafor) tiene programas de reforestación. Ejemplifica que el año pasado entregaron cien árboles de uva de mar, que además tiene la función de proteger del embate del oleaje a la zona costera para amainar la salinidad y erosión.
—Hay una apreciación de que el campo está abandonado, ya sea por las inundaciones, por la baja rentabilidad o por actitudes negativas, ¿qué tanto lo tienen reflejado en las estadísticas?
“Sí hay problemas en el campo, tenemos que reconocerlo, pero abandonado no está. Es nuestro quehacer como institución trabajar con los productores”, dice Hernández Hernández.
Señala que en el caso del cultivo de granos básicos, el productor tiene una dinámica tradicional, sin embargo ya hay quienes han cambiado de actitud, ven que es negocio.
“El productor que diga que va a sembrar nada más para perder que ni se meta. El que va a sembrar en zonas de alta siniestralidad que no se meta, pero si tiene un terreno de alto potencial va a ganar, sea de maíz o de otros cultivos básicos”, acota.
Dice que es cierto que hay productores que siguen con su metodología tradicional y a esos no los van a cambiar, por ejemplo Tabasco tiene un alto porcentaje de cultivo de maíz que es de autoconsumo.
“Pero del cultivo de maíz es difícil decir que esté en el abandono, sobre todo cuando a raíz de las condiciones del cambio climático en este año tenemos el programa de maíz de alto potencial.
“Hay problemática en Tabasco por las condiciones que tenemos por las inundaciones, sin embargo el productor sigue sembrando. Hay algunas áreas donde la problemática es un poco más sensible. Pero Tabasco tiene la cultura del agua.
“Es cierto, se inunda el que siembra al lado del río o zonas bajas y no siempre respetando las fechas que se tienen autorizadas, por supuesto que va a tener mayores problemas”.
Informa que en 2011 se aplicó un programa de apoyo con el paquete tecnológico a productores de maíz, a quienes estuvieran en zonas de alta marginalidad, por casi 14 mil hectáreas, “quizá no sea suficiente pero ha llegado el apoyo”, acota.
Ahora, para el programa de otoño-invierno hay un programa de alto potencial que apoya a los productores con asistencia técnica.
Para el próximo ciclo de primavera-verano se diseña y analiza los programas y las reglas de operación para que con certeza se financien cultivos en concurrencia con el gobierno estatal y directamente de la federación.
“Se está trabajando, hemos tenido problemas, pero abandonado el campo no lo está. Hay problemas como en todos los lugares”, insiste.
Destaca que el productor que se desanima abandona la actividad, pero el que tiene a sus tierras como única fuente de ingresos “con la Sagarpa o sin la Sagarpa sigue sembrando”.
BAJA PRODUCTIVIDAD
El funcionario federal compara estadísticas:
“Específicamente en el programa para la siembra de tres hectáreas, de autoconsumo, se tiene un rendimiento en el estado de 1.5 a 1.8 toneladas por hectárea, cuando en el norte la productividad promedio es de 20 toneladas.
“Pero las condiciones del trópico son diferentes y estamos acostumbrados a ellas y se pueden sacar de tres a cuatro toneladas, siempre que sea con un paquete tecnológico, con variedades o híbridos recomendados en la entidad”.
Insiste en que el campo es negocio porque actualmente, por lo que sucede en el centro y norte del país, “lo que coseches las harineras te lo van a arrebatar de las manos”.
Así, con los costos que se tienen diseñados de 9 a 11 mil pesos por hectárea, si se obtienen cuatro toneladas, con las dos primeras toneladas se cubre el costo de producción y queda una tonelada y media o dos de ganancia.
Si se vende alrededor de cinco mil pesos la tonelada, al productor le quedarían, en un ciclo corto, diez mil pesos “que son buenísimos” cuando en la ganadería anualmente se reciben por hectárea seis mil 500 pesos.
“Pero el productor tiene que cambiar su forma, su diseño de sembrar. A todos nos corresponde poner un granito de arena para que esto funcione”, concluye, Miguel Hernández Hernández.
El funcionario federal compara estadísticas:
“Específicamente en el programa para la siembra de tres hectáreas, de autoconsumo, se tiene un rendimiento en el estado de 1.5 a 1.8 toneladas por hectárea, cuando en el norte la productividad promedio es de 20 toneladas.
“Pero las condiciones del trópico son diferentes y estamos acostumbrados a ellas y se pueden sacar de tres a cuatro toneladas, siempre que sea con un paquete tecnológico, con variedades o híbridos recomendados en la entidad”.
Insiste en que el campo es negocio porque actualmente, por lo que sucede en el centro y norte del país, “lo que coseches las harineras te lo van a arrebatar de las manos”.
Así, con los costos que se tienen diseñados de 9 a 11 mil pesos por hectárea, si se obtienen cuatro toneladas, con las dos primeras toneladas se cubre el costo de producción y queda una tonelada y media o dos de ganancia.
Si se vende alrededor de cinco mil pesos la tonelada, al productor le quedarían, en un ciclo corto, diez mil pesos “que son buenísimos” cuando en la ganadería anualmente se reciben por hectárea seis mil 500 pesos.
“Pero el productor tiene que cambiar su forma, su diseño de sembrar. A todos nos corresponde poner un granito de arena para que esto funcione”, concluye, Miguel Hernández Hernández.
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