martes, 6 de diciembre de 2011

Violencia de género y el acceso de las mujeres a los cargos públicos


El pasado 25 de noviembre celebramos el Día Internacional de la No violencia hacia las Mujeres. Tradicionalmente, cuando nos referimos al derecho de las mujeres a vivir libres de maltrato y discriminación, pensamos en las féminas que son golpeadas y ultrajadas, en las que son engañadas o raptadas para formar parte de las redes internacionales de trata de personas; en fin, evocamos imágenes crudas y desgarradoras, sin vincular la violencia de género con las barreras que obstaculizan nuestro acceso a los cargos públicos y de representación popular.

Al respecto, quiero destacar que en el caso concreto del Partido de la Revolución Democrática, desde 2007 las perredistas logramos un triunfo histórico en la lucha por la equidad en el número de candidaturas para cargos de elección popular, cuando el PRD estableció que los de uno y otro sexo no debían exceder el 50 por ciento del total.
De esa manera, las mujeres del PRD vimos cristalizar un anhelo buscado desde muchos años atrás: ya en 1991, recién nacido nuestro instituto político, las aguerridas luchadoras de esa época habían logrado que en el partido del sol azteca ninguno de los dos sexos excediera el 80 por ciento de los cargos en la estructura partidista y en las candidaturas de representación popular.
Eso convirtió al PRD en el primer instituto político que abordó ese tema, pero también, con el impulso de sus mujeres militantes y feministas, se ha colocado a la vanguardia en materia de equidad de género.
En los momentos actuales, cuando en Tabasco estamos iniciando 2 procesos electorales —el federal y el estatal—, el PRD tiene la oportunidad de refrendar, en los hechos, que continúa siendo el partido de las libertades y de la equidad de género, esa igualdad jurídica consagrada en el artículo 4º de la Constitución Política de los Estado Unidos Mexicanos.
Y es que, más allá de lo que por norma deben hacer los partidos, la situación actual de México y de Tabasco en particular requiere, demanda, necesita de la sensibilidad que las mujeres aportamos a la política, pero también de nuestra fuerza, honestidad, capacidad y liderazgo.
En una sociedad donde más del 50 por ciento de sus votantes somos mujeres, es urgente que esa porción se vea representada en los sitios de toma de decisiones.
Nosotras tenemos la palabra, nadie nos concederá, como dádiva graciosa, lo que nosotras no defendamos con fervor. No olvidemos que somos magnolias de acero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario