“¿Hay un riesgo latente aquí de que puedan perder la gubernatura si no pueden acordar y acotar, cerrando el círculo, porque sólo hay siete aspirantes, partiendo de lo que permea en el ambiente político de que el resto solamente parecen estar llamados a legitimar a uno de los candidatos?”.
“Por supuesto que hay serios riesgos”, puntualiza Pancho Herrera. Y abunda:
“Menciono algunos; el desaseado proceso de selección del candidato del PRI a gobernador, el convenio de coalición suscrito por la anterior dirigencia, que agravia a las regiones y donde Tabasco no es la excepción; hay dos distritos del estado que se señalan negociados y eso genera escozor, preocupación e indignación de los priistas del tercer y cuarto distrito”.
Y continúa: “El hecho de que haya una elección homologada, como hace cuarenta años no se daba, nos pone también en una posición preocupante, sobre todo porque el otro ingrediente, que no podemos dejar de señalar es que hay otro candidato tabasqueño compitiendo por la candidatura presidencial”.
Andrés Manuel López Obrador, señala, “va a competir por la Presidencia, pero siendo de Tabasco, va a competir por Tabasco. Eso nos pone en una posición complicada, y si el PRI nacional no se mete a recuperar el proceso de selección del candidato al gobierno, a orientarlo, pues evidentemente habrá una seria ruta de riesgo para el país”.
Las preguntas que siguieron, las hizo él. Y él las responde:
“¿Cómo evitarlo? Haciendo política. ¿Cuáles deben ser los caminos? Pues que el comité nacional y el estatal realmente trabajen en función de la elección del candidato del PRI al gobierno”.
El aspirante a la gubernatura propone lo que debe hacerse. Dice: “Me parece que primariamente lo que tienen que hacer es reducir, transparentar el número de aspirantes; hay que ver quiénes tienen carrera, militancia, lealtad, idea y propuesta en función al estado, y esos ‘quienes’, ofrecerán al partido, responsabilidad, lealtad y militancia.
“No se trata de otra cosa —subraya—, sino de la máxima oportunidad que un militante pueda aspirar; siendo el PRI el partido en el gobierno, esa debe ser la prioridad y tener toda la claridad que el caso requiere”.
Y enfatiza: “No puede el PRI darse el lujo de que cada que uno levante la mano y diga: ‘aspiro’, lo considere en automático, sin revisar todas estas condiciones de aspirante para competir, con una posibilidad para ser candidato, digo, esto requiere de seriedad”.
SI NO HAY PROCESO LIMPIO…
–Algunos aspirantes se han pronunciado por la consulta a las bases, ¿cuál es el método más conveniente para seleccionarlo a partir de las condiciones que imperan en el proceso de Tabasco?
Refiere que los documentos básicos del PRI sólo hablan de dos métodos: asamblea de delegados y consulta abierta a la base; son los dos únicos para seleccionarlo.
“¿Cuál es el método que, creo, debe ser para elegir al candidato? Me parece que si no hay proceso, el método sale sobrando, cuando no hay orientación ordenada, limpia, sin equidad y clara para elegirlo, me parece que no habrá método que le sirva al PRI y al priismo”, cuestiona.
“El método es la última parte de todo el proceso; lo que tenemos que hacer primero es tener el proceso, si no hay proceso, cualquiera de los dos métodos, no le servirá al PRI, ni a la militancia, ni a la sociedad, proceso que no hay hasta ahora.
–Algunos aspirantes se han pronunciado por la consulta a las bases, ¿cuál es el método más conveniente para seleccionarlo a partir de las condiciones que imperan en el proceso de Tabasco?
Refiere que los documentos básicos del PRI sólo hablan de dos métodos: asamblea de delegados y consulta abierta a la base; son los dos únicos para seleccionarlo.
“¿Cuál es el método que, creo, debe ser para elegir al candidato? Me parece que si no hay proceso, el método sale sobrando, cuando no hay orientación ordenada, limpia, sin equidad y clara para elegirlo, me parece que no habrá método que le sirva al PRI y al priismo”, cuestiona.
“El método es la última parte de todo el proceso; lo que tenemos que hacer primero es tener el proceso, si no hay proceso, cualquiera de los dos métodos, no le servirá al PRI, ni a la militancia, ni a la sociedad, proceso que no hay hasta ahora.
¿MILITANCIA ININTERRUMPIDA…?
Luego vino la ‘pregunta incómoda’:
—Hay un hombre y un nombre que incomoda al PRI y a sus militantes, y ese es el caso de Humberto Mayans, que se fue, regresó, renunció al PRI y se reafilió, que renunció al proceso y ahora retornó nuevamente. En la parte de los estatutos, ¿reúne los requisitos para ser elegible y por tanto participar en este proceso de priistas y que ahora apele a una coalición o alianza?
“No me toca a mí —expresa— responder a una pregunta de esa naturaleza; en todo caso le compete a las dirigencias nacional y estatal del PRI; lo que a mí me queda claro es que en concordancia con el compromiso, con la militancia histórica a la que apeló el nuevo dirigente, está muy claro, en función del respeto a la carrera del partido; eso a mí me queda bastante claro: decidir si alguien tiene o no tiene los elementos que establecen los estatutos del partido, esa es una decisión que compete a los órganos internos del partido”.
—¿Cuál debe ser el perfil del próximo candidato, militancia ininterrumpida, trayectoria, lealtad al partido, cuáles deben ser en todo caso esas condiciones a reunir?
“Si no es de esa manera como se alienta la participación política, en una organización paradójicamente política, si no es con trabajo, con militancia, con esfuerzo, con estar haciendo las tareas propias de militante o de dirigente, haciendo trabajo en el partido, no hay otra manera de reconocer al militante si no es con la carrera del partido”, concluye.
Luego vino la ‘pregunta incómoda’:
—Hay un hombre y un nombre que incomoda al PRI y a sus militantes, y ese es el caso de Humberto Mayans, que se fue, regresó, renunció al PRI y se reafilió, que renunció al proceso y ahora retornó nuevamente. En la parte de los estatutos, ¿reúne los requisitos para ser elegible y por tanto participar en este proceso de priistas y que ahora apele a una coalición o alianza?
“No me toca a mí —expresa— responder a una pregunta de esa naturaleza; en todo caso le compete a las dirigencias nacional y estatal del PRI; lo que a mí me queda claro es que en concordancia con el compromiso, con la militancia histórica a la que apeló el nuevo dirigente, está muy claro, en función del respeto a la carrera del partido; eso a mí me queda bastante claro: decidir si alguien tiene o no tiene los elementos que establecen los estatutos del partido, esa es una decisión que compete a los órganos internos del partido”.
—¿Cuál debe ser el perfil del próximo candidato, militancia ininterrumpida, trayectoria, lealtad al partido, cuáles deben ser en todo caso esas condiciones a reunir?
“Si no es de esa manera como se alienta la participación política, en una organización paradójicamente política, si no es con trabajo, con militancia, con esfuerzo, con estar haciendo las tareas propias de militante o de dirigente, haciendo trabajo en el partido, no hay otra manera de reconocer al militante si no es con la carrera del partido”, concluye.
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