martes, 6 de diciembre de 2011

DOSSIER


PRI: Cuenta regresiva
Candidatos: ni cuates, ni compadres

Y se fue Humberto… La renuncia de Humberto Moreira Valdés a la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRI sin duda que tendrá implicaciones en la elección del candidato al gobierno de Tabasco, a partir de un hecho elemental: la apertura del diálogo con algunos aspirantes por parte de la dirigencia nacional del PRI, que por consecuencia de actos y renuncias no tiene ya la menor influencia.

A la distancia de lo acontecido resulta por demás increíble la insistencia que mantuvieron ciertos actores políticos locales por forzar un diálogo con la dirigencia nacional del PRI en busca de respaldo político y sobre todo de legitimidad ante impedimentos estatutarios y problemas de elegibilidad.
Quienes lograron reunirse y establecer un “diálogo” con Moreira Valdés, como fue el caso de Humberto Mayans Canabal (apenas una semana antes de su renuncia) y que incluso presumieron en las redes sociales y fueron replicando hasta el último rincón de Tabasco de que sí hubo tal encuentro y el consecuente apoyo de Moreira, pues ahora tienen un problema mayor, porque a pesar de que insistan en los acuerdos institucionales lo cierto es que la nueva dirigencia comenzará de cero las negociaciones con los distintos actores políticos del país y todavía más en aquellos donde habrá elecciones al gobierno.
Y lo peor de quienes presumieron cercanía, amistad y coincidencia política con éste, la renuncia de Moreira generó también los primeros ajustes al CEN del PRI, mismos que se intensificarán con el arribo del nuevo dirigente nacional, por lo que los diálogos tendrán que reiniciarse con otro tipo de dirigente, en apariencia, sin un pasado escandaloso como el del ex gobernador de Coahuila que pudo incluso ser usado en su contra para conseguir respaldo político, a partir de un pasado de corrupción, simulación, engaño, complicidad, lo que ahora —aparentemente— no existirá.
La premisa fundamental del PRI es la de cuidar los equilibrios de manera que se reduzcan al máximo las posibilidades de ruptura y con ello las amenazas a todos los procesos que enfrentará en el país.

Ni cuates, ni compadres
En vísperas del método de selección para la elección del candidato del PRI al gobierno, Jaime Mier y Terán, presidente de la Fundación Isabel de la Parra, se pronunció por una selección de candidatos a puestos de elección popular en el PRI al margen de los compadrazgos y de cuates, mucho menos cargar los dados hacia un aspirante en especial.
El aspirante a la candidatura del tricolor a la gubernatura ha venido insistiendo en la necesidad de construir un proyecto integral que de verdad sirva a Tabasco, dejando a un lado la improvisación y la ocurrencia.
De manera que para provocar el desarrollo y el crecimiento sostenido en los próximos años, la tarea se tiene que hacer con una visión de futuro y con los mejores hombres, los más calificados por su formación profesional y académica, por sus resultados en distintos ámbitos, incluido por supuesto la administración pública.
Por eso se ha hecho énfasis en que primero es el proyecto y después el candidato, no obstante en el caso de Tabasco y en particular del PRI, el planteamiento parece al revés.

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