Lo hemos comentado y dicho: no existe una verdadera banca de servicios, de apoyo a la producción, al comercio, al pequeño y mediano industrial.
La banca extranjera en territorio mexicano actualmente se ha concretado sólo a ser depositaria y cobrar comisiones por miles de millones de pesos que se genera por cada una de las transacciones que diariamente se realizan a nivel nacional.
Se concreta a promover financiamientos y seguros de autos, seguros de vida, fianzas, pagos de nómina vía tarjetas, pero sobre todo a depender de los depósitos que realiza la Federación a los Estados y Municipios a través de sus diversas sucursales del país.
Cuando existía hace 40 años, la banca mexicana, con dueños connacionales, tenía como principio fundamental fomentar el ahorro, otorgar créditos de acuerdo a las necesidades de sus clientes; desde empresarios grandes hasta el más humilde de los comerciantes, profesionistas, mediano y pequeños productores, pero todos tenían acceso a los diversos programas y servicios que daba la banca, generándose de esta manera un circulo económico en el que todos ganaban.
Hoy los bancos vendidos a extranjeros, perdieron el sentido social y humanista ante los mexicanos; al capital internacional sólo le interesa el negocio fácil, sin escatimar esfuerzo; sin arriesgar, y mucho menos impulsar el desarrollo de este país.
Por eso, HSBC, banca de capital inglés, abandona Jonuta, ante lo incosteable que le resulta mantener dicha sucursal, en virtud de que la máxima generadora de fondo que es el ayuntamiento no está trabajando con ellos sino con la competencia BBVA Bancomer, en el municipio de Palizada Campeche.
De esta manera, el banco HSBC deja botado y en la indefensión al municipio de Jonuta tras casi 40 años en que estuvo lucrando, primero, como BITAL (Banco Internacional), de origen español, y, ahora como representante del capital inglés.
A diferencia de los banqueros mexicanos, estos extranjeros son hombres fríos y despreciativos. Sin corazón. Educados bajo la política económica neoliberal, que exige resultados cueste lo que cueste sin importar el daño que pudieran causar a la humanidad.
Se concreta a promover financiamientos y seguros de autos, seguros de vida, fianzas, pagos de nómina vía tarjetas, pero sobre todo a depender de los depósitos que realiza la Federación a los Estados y Municipios a través de sus diversas sucursales del país.
Cuando existía hace 40 años, la banca mexicana, con dueños connacionales, tenía como principio fundamental fomentar el ahorro, otorgar créditos de acuerdo a las necesidades de sus clientes; desde empresarios grandes hasta el más humilde de los comerciantes, profesionistas, mediano y pequeños productores, pero todos tenían acceso a los diversos programas y servicios que daba la banca, generándose de esta manera un circulo económico en el que todos ganaban.
Hoy los bancos vendidos a extranjeros, perdieron el sentido social y humanista ante los mexicanos; al capital internacional sólo le interesa el negocio fácil, sin escatimar esfuerzo; sin arriesgar, y mucho menos impulsar el desarrollo de este país.
Por eso, HSBC, banca de capital inglés, abandona Jonuta, ante lo incosteable que le resulta mantener dicha sucursal, en virtud de que la máxima generadora de fondo que es el ayuntamiento no está trabajando con ellos sino con la competencia BBVA Bancomer, en el municipio de Palizada Campeche.
De esta manera, el banco HSBC deja botado y en la indefensión al municipio de Jonuta tras casi 40 años en que estuvo lucrando, primero, como BITAL (Banco Internacional), de origen español, y, ahora como representante del capital inglés.
A diferencia de los banqueros mexicanos, estos extranjeros son hombres fríos y despreciativos. Sin corazón. Educados bajo la política económica neoliberal, que exige resultados cueste lo que cueste sin importar el daño que pudieran causar a la humanidad.
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