Florizel Medina se apunta para la grande,
sin premios de consolación ni ‘Plan B’
“Ante las condiciones políticas que imperan, ¿tiene Florizel Medina un Plan B?”.
“No; en estos momentos mi participación obedece sólo a un ‘Plan A’, y ése es ser candidato de mi partido y gobernador de Tabasco”, sostiene.
Es su segundo intento por conquistar la candidatura del PRI a gobernador; en 2006 lo intentó y quedó en segunda posición en una elección abierta. Desde entonces no ocupa cargo público alguno.
Actualmente dirige una empresa que vende equipos de alumbrado público a municipios del país y brinda consultorías a alcaldes y gobernadores.
Mucho se habla de su participación en este juego por definir al candidato priista que buscará suceder a Andrés Granier. Ataja esas versiones.
“Sé —expresa—, porque algunas personas me lo han venido preguntando, si es cierto que me sumé con un determinado aspirante y si voy a ser diputado, si voy a ser senador, y nada de eso es cierto, pero además no sólo no es cierto, sino hasta carece de sentido común”.
Y lo explica con preguntas:
“¿Con quién vamos a acordar este tipo de cosas si ni siquiera hay candidato a Presidente de la República, mucho menos a gobernador? ¿Con quién vamos a pactar estas cosas (las diputaciones federales), si quien las decide es precisamente el Comité Ejecutivo Nacional, y en el caso del Senado, el futuro candidato a Presidente de la República?”.
DEBE TERMINAR LA ‘GUERRA SUCIA’
En la entrevista con Clip / Reporte Semanal, a Pechel se le ve relajado. Y da impresión de no incomodarse por esos rumores. Lo confirman sus palabras.
“Todo esto —dice— forma parte de esa descomposición que hay afuera, que lejos de sentar confianza, lo que sentamos es incertidumbre; por eso tenemos que trabajar con muchas reglas y compromisos muy definidos con el partido y con Tabasco”.
Y ubica el origen de estas versiones —que en el argot político se denomina ‘guerra sucia’— en los colaboradores de algunos aspirantes al mismo cargo, que lo hacen “para tratar de ganar terreno y eso es válido porque es parte de la estrategia política”.
Empero, insiste: “eso debe determinar, para ir dejando claro el perfil de quién debe ser el candidato que abandere la candidatura al gobierno para el próximo año”.
“No; en estos momentos mi participación obedece sólo a un ‘Plan A’, y ése es ser candidato de mi partido y gobernador de Tabasco”, sostiene.
Es su segundo intento por conquistar la candidatura del PRI a gobernador; en 2006 lo intentó y quedó en segunda posición en una elección abierta. Desde entonces no ocupa cargo público alguno.
Actualmente dirige una empresa que vende equipos de alumbrado público a municipios del país y brinda consultorías a alcaldes y gobernadores.
Mucho se habla de su participación en este juego por definir al candidato priista que buscará suceder a Andrés Granier. Ataja esas versiones.
“Sé —expresa—, porque algunas personas me lo han venido preguntando, si es cierto que me sumé con un determinado aspirante y si voy a ser diputado, si voy a ser senador, y nada de eso es cierto, pero además no sólo no es cierto, sino hasta carece de sentido común”.
Y lo explica con preguntas:
“¿Con quién vamos a acordar este tipo de cosas si ni siquiera hay candidato a Presidente de la República, mucho menos a gobernador? ¿Con quién vamos a pactar estas cosas (las diputaciones federales), si quien las decide es precisamente el Comité Ejecutivo Nacional, y en el caso del Senado, el futuro candidato a Presidente de la República?”.
DEBE TERMINAR LA ‘GUERRA SUCIA’
En la entrevista con Clip / Reporte Semanal, a Pechel se le ve relajado. Y da impresión de no incomodarse por esos rumores. Lo confirman sus palabras.
“Todo esto —dice— forma parte de esa descomposición que hay afuera, que lejos de sentar confianza, lo que sentamos es incertidumbre; por eso tenemos que trabajar con muchas reglas y compromisos muy definidos con el partido y con Tabasco”.
Y ubica el origen de estas versiones —que en el argot político se denomina ‘guerra sucia’— en los colaboradores de algunos aspirantes al mismo cargo, que lo hacen “para tratar de ganar terreno y eso es válido porque es parte de la estrategia política”.
Empero, insiste: “eso debe determinar, para ir dejando claro el perfil de quién debe ser el candidato que abandere la candidatura al gobierno para el próximo año”.
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