El Partido Revolucionario Institucional es una entidad política que se nutre de la fuerza de sus sectores y organizaciones, todas con características muy particulares que unidas dan solidez al priismo y en su interior se desarrolla el potencial y la capacidad de su militancia.
Sectores y organizaciones son el centro de convergencia de proyectos e ideas, la muestra de la diversidad interna pero también de la necesidad de encauzar aportaciones y propuestas en torno a un proyecto con rumbo, que en este caso representa la propuesta de nuestro partido.
Dentro del sistema de partidos a nivel nacional y en Tabasco, el PRI es la única estructura que cuenta con la organización y la representación más completa de todos y cada uno de los sectores sociales: campesinos, obreros, profesionistas, clase media popular, mujeres y jóvenes. De allí el surgimiento de la entonces Juventud Revolucionaria del PRI, convertida actualmente en el Frente Juvenil Revolucionario.
Los estatutos priistas conceptúan al FJR como la máxima organización de jóvenes, cuyo objetivo es el de vincular a éstos dentro de la acción política de nuestro partido; en la práctica los jóvenes representamos la renovación permanente de una corriente histórica, como lo es el priismo que por más de 80 años ha marcado transformaciones y cambios de fondo a nivel nacional, construyendo la identidad y el rostro de nuestro país.
Para el PRI, la juventud adquiere un valor especial. Hoy por hoy las mayorías fluctúan entre los 18 y 37 años de edad, es por ello que se hace necesario vincular a este sector social con el ideal priista: diálogo y apertura a una generación que sin duda ve las cosas de manera distinta, que trae aparejada la modernidad y la revolución de las ideas que nutren y refrescan los esquemas de acción política.
Los jóvenes estamos hoy por hoy más preparados, vivimos en una sociedad en la que la capacitación y el aprendizaje están al alcance en diversas opciones; la capacidad y el conocimiento son imprescindibles para ascender, por ello el priismo reconoce en la juventud el semillero del liderazgo moderno, de la vigencia de nuestro partido en el concierto de la transformación social.
El PRI le apuesta hoy por hoy a la juventud, no únicamente como el cumplimiento de una cuota o por la imperiosa necesidad de incluirnos; al contrario, al paso de los años la juventud ha roto esquemas e impuesto moda, ha revolucionado la acción política y ha dado frescura a la vida partidaria, la cual se ha combinado con la experiencia de muchos cuadros, con lo cual se da cuenta de excelentes resultados en el surgimiento de prometedoras carreras públicas.
La juventud priista ante los desafíos que trae el proceso electoral de 2012 está preparada. Somos una generación que le promete mucho al PRI porque hemos aprendido a descifrar y comprender el mensaje ciudadano de sensibilidad y cercanía con los problemas sociales.
Los jóvenes somos capaces de fijar posturas objetivas y responsables con alternativas de solución; hemos comprendido que participar activamente es la mejor forma de posicionarnos y aportar nuestra energía a la transformación social. Estamos listos para asumir roles y desempeñarlos con alta responsabilidad y visión, respetuosos y abiertos a las orientaciones y a la conducción de los experimentados, pero garantes de nuestra autonomía y formas propias de hacer las cosas en la búsqueda de transmitir a la gente que la política y los políticos somos capaces de cambiar y mejorar, por el bien de Tabasco y el futuro de México.
Dentro del sistema de partidos a nivel nacional y en Tabasco, el PRI es la única estructura que cuenta con la organización y la representación más completa de todos y cada uno de los sectores sociales: campesinos, obreros, profesionistas, clase media popular, mujeres y jóvenes. De allí el surgimiento de la entonces Juventud Revolucionaria del PRI, convertida actualmente en el Frente Juvenil Revolucionario.
Los estatutos priistas conceptúan al FJR como la máxima organización de jóvenes, cuyo objetivo es el de vincular a éstos dentro de la acción política de nuestro partido; en la práctica los jóvenes representamos la renovación permanente de una corriente histórica, como lo es el priismo que por más de 80 años ha marcado transformaciones y cambios de fondo a nivel nacional, construyendo la identidad y el rostro de nuestro país.
Para el PRI, la juventud adquiere un valor especial. Hoy por hoy las mayorías fluctúan entre los 18 y 37 años de edad, es por ello que se hace necesario vincular a este sector social con el ideal priista: diálogo y apertura a una generación que sin duda ve las cosas de manera distinta, que trae aparejada la modernidad y la revolución de las ideas que nutren y refrescan los esquemas de acción política.
Los jóvenes estamos hoy por hoy más preparados, vivimos en una sociedad en la que la capacitación y el aprendizaje están al alcance en diversas opciones; la capacidad y el conocimiento son imprescindibles para ascender, por ello el priismo reconoce en la juventud el semillero del liderazgo moderno, de la vigencia de nuestro partido en el concierto de la transformación social.
El PRI le apuesta hoy por hoy a la juventud, no únicamente como el cumplimiento de una cuota o por la imperiosa necesidad de incluirnos; al contrario, al paso de los años la juventud ha roto esquemas e impuesto moda, ha revolucionado la acción política y ha dado frescura a la vida partidaria, la cual se ha combinado con la experiencia de muchos cuadros, con lo cual se da cuenta de excelentes resultados en el surgimiento de prometedoras carreras públicas.
La juventud priista ante los desafíos que trae el proceso electoral de 2012 está preparada. Somos una generación que le promete mucho al PRI porque hemos aprendido a descifrar y comprender el mensaje ciudadano de sensibilidad y cercanía con los problemas sociales.
Los jóvenes somos capaces de fijar posturas objetivas y responsables con alternativas de solución; hemos comprendido que participar activamente es la mejor forma de posicionarnos y aportar nuestra energía a la transformación social. Estamos listos para asumir roles y desempeñarlos con alta responsabilidad y visión, respetuosos y abiertos a las orientaciones y a la conducción de los experimentados, pero garantes de nuestra autonomía y formas propias de hacer las cosas en la búsqueda de transmitir a la gente que la política y los políticos somos capaces de cambiar y mejorar, por el bien de Tabasco y el futuro de México.
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