jueves, 3 de noviembre de 2011

¿A qué le tiras cuando engañas a los mexicanos?


Una vez más quedó demostrado que el PRI y el PAN actúan en contra de los intereses de la población. Los diputados de estos dos grupos políticos levantaron la mano, sin remordimiento alguno, para aprobar que el gasolinazo se prolongue hasta el último día de 2014. De tal forma que el bolsillo de los mexicanos sufrirá un incremento de los combustibles cada mes durante los próximos dos años.

En la sesión del jueves 20 de octubre las bancadas priista y panista autorizaron un artículo transitorio en la Ley de Ingresos 2012 para que se siga aplicando el impuesto a las gasolinas y al diesel, con la finalidad de que las entidades federativas reciban recursos extraordinarios. El hecho de que los estados y el Distrito Federal cuenten con presupuestos más amplios es favorable, el problema es que ese dinero sale de las carteras y los monederos de los trabajadores y de las amas de casa, no de un programa recaudatorio eficaz y transparente implementado por el gobierno.
En un uso irresponsable de su mayoría legislativa, el PRI y el PAN acallaron las advertencias de los grupos progresistas (PRD, PT y Movimiento Ciudadano) de que esta medida sería una carga directa a la economía familiar porque reproduce un efecto inflacionario y una cascada de aumento en los precios de los productos básicos.
Un ejemplo claro es el caso del más básico de todos los productos: la tortilla. En 2008, cuando se aprobó el gasolinazo, el precio de este alimento se incrementó de 5.50 pesos a 9 pesos y en algunas regiones del país subió hasta 15 pesos. Conforme se han dado los incrementos a los combustibles, la tortilla ha seguido aumentando en su costo hasta superar los 10 pesos, según datos de un seguimiento realizado por la UNAM.
Aunque panistas y priistas alegan que el incremento de los precios se debe a otros factores, es una realidad que el gasolinazo encarece los procesos productivos. Los agricultores requieren de diesel para los tractores y gasolina para los vehículos que trasladan sus productos; por su parte, el transporte público también ajusta sus precios, lo que afecta a la población con menos recursos.
Apenas terminó la sesión, el PRI y el PAN mandaron a sus mejores oradores a decir ante los medios de comunicación que no habían aprobado un aumento a los combustibles y que sólo buscaban impulsar el desarrollo de los estados. Con estos argumentos demostraron que no sólo traicionan a la población, sino que además pretenden engañarla y confundirla.
Los partidos tradicionales no se han dado cuenta de que los tiempos han cambiado, que actualmente las personas tienen más medios para informarse, mejores herramientas de análisis, y que cada vez emplean con mayor certeza el poder de su voto.
Hoy, los ciudadanos conocen el sentido en que votaron cada uno de los partidos políticos, saben que el PRI y el PAN sufragaron en contra de la calidad de vida de los mexicanos. Por ello, esos grupos políticos deben enfrentar su responsabilidad y hacerse cargo de las consecuencias por las decisiones que tomaron.
Los priistas y los panistas no pueden soñar que pueden seguir engañando a los mexicanos.

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