México tiene 58 millones de personas con ingresos por debajo de la línea de bienestar, 52% de la población. En Tabasco 57% de la población vive en condiciones de pobreza, lo que supera la media nacional. La desigualdad en México es persistente y profunda.
A nivel nacional, el 10% de la población con mayor ingreso recibe casi el 40% de la riqueza. La distancia en la escolaridad entre los municipios más pobres y los más ricos es de 11 años. Tabasco es el estado con mayor desempleo del sureste del país. Los precarios resultados sociales en México y en nuestro estado son peligrosos.
México es líder en tener el mayor número de personas insatisfechas con la democracia. Sólo 4 de cada 10 mexicanos opinan que la democracia es el sistema de gobierno preferido sobre cualquier otro. Difícil imaginar que esto fuera diferente cuando 28 millones de mexicanos no tienen cubiertos los mínimos de alimentación diaria o 70 millones de personas no tienen seguridad social. La lista de los problemas nacionales es larga. Los diagnósticos son muchos, pero son muy pocas las voces sensatas que reconocen lo anterior.
En Tabasco lo hemos hecho y lo seguiremos haciendo. Lo ha hecho el PRI y el Gobierno del Estado. En el PRI estamos conscientes de que el sector primario, primordialmente agricultura, representa únicamente el 2% del PIB, mientras el 53% de los tabasqueños viven en el campo. Resulta fácil imaginar cómo viven esas personas y los problemas diarios que enfrentan. Por ello, el Gobierno del Estado ha emprendido diferentes políticas y programas buscando solucionar el grave problema de pobreza y marginación que existe. Así debemos seguir actuando. Aunque buena parte de los problemas sociales son nacionales e incluso mundiales, no podemos ignorar parte de nuestra responsabilidad.
De acuerdo con las encuestas, si hoy fueran las elecciones en Tabasco el PRI ganaría. El reto del PRI es demostrar su compromiso con las causas que le dieron origen: las de los que menos oportunidades tienen. En primer lugar, debemos continuar reconociendo la precaria realidad social que existe y aceptar que las cosas no pueden seguir igual. En segundo lugar, el PRI está obligado a proponer salidas concretas a nuestros problemas. En tercer lugar, el reto del PRI es doble, pues tiene que establecer un mayor diálogo con la sociedad que lleve a las mejores propuestas para Tabasco, pero al mismo tiempo, debe ser capaz de garantizar la unidad interna.
¿Cómo hacerlo? El PRI debe establecer una amplia alianza con la sociedad. Una alianza que sea capaz de ver más allá de la militancia del partido. Una alianza que vea que sí es posible pasar del partido formado únicamente por militantes, al partido formado por militantes y ciudadanos. ¿Cuál debe ser la meta que guíe al PRI en Tabasco? Son muchas que se resumen en una: acabar con la exclusión social que se manifiesta en todos aquellos que se encuentran subempleados, con empleo precario, sin oportunidades de incrementar su ingreso, sin a la salud o a la vivienda, o sin protección social. La exclusión social se refleja, de forma triste y dramática, en la pérdida de significaciones y sentido de la vida. Para muchos hay pocas expectativas sobre el futuro que parece incierto.
Ante ello, el mayor reto del PRI debe ser recuperar la esperanza que muchos han perdido sobre el futuro. Habrá esperanza sólo si el PRI no abandona su compromiso irrenunciable con alcanzar una sociedad justa, incluyente, equitativa y con oportunidades para su desarrollo.
México es líder en tener el mayor número de personas insatisfechas con la democracia. Sólo 4 de cada 10 mexicanos opinan que la democracia es el sistema de gobierno preferido sobre cualquier otro. Difícil imaginar que esto fuera diferente cuando 28 millones de mexicanos no tienen cubiertos los mínimos de alimentación diaria o 70 millones de personas no tienen seguridad social. La lista de los problemas nacionales es larga. Los diagnósticos son muchos, pero son muy pocas las voces sensatas que reconocen lo anterior.
En Tabasco lo hemos hecho y lo seguiremos haciendo. Lo ha hecho el PRI y el Gobierno del Estado. En el PRI estamos conscientes de que el sector primario, primordialmente agricultura, representa únicamente el 2% del PIB, mientras el 53% de los tabasqueños viven en el campo. Resulta fácil imaginar cómo viven esas personas y los problemas diarios que enfrentan. Por ello, el Gobierno del Estado ha emprendido diferentes políticas y programas buscando solucionar el grave problema de pobreza y marginación que existe. Así debemos seguir actuando. Aunque buena parte de los problemas sociales son nacionales e incluso mundiales, no podemos ignorar parte de nuestra responsabilidad.
De acuerdo con las encuestas, si hoy fueran las elecciones en Tabasco el PRI ganaría. El reto del PRI es demostrar su compromiso con las causas que le dieron origen: las de los que menos oportunidades tienen. En primer lugar, debemos continuar reconociendo la precaria realidad social que existe y aceptar que las cosas no pueden seguir igual. En segundo lugar, el PRI está obligado a proponer salidas concretas a nuestros problemas. En tercer lugar, el reto del PRI es doble, pues tiene que establecer un mayor diálogo con la sociedad que lleve a las mejores propuestas para Tabasco, pero al mismo tiempo, debe ser capaz de garantizar la unidad interna.
¿Cómo hacerlo? El PRI debe establecer una amplia alianza con la sociedad. Una alianza que sea capaz de ver más allá de la militancia del partido. Una alianza que vea que sí es posible pasar del partido formado únicamente por militantes, al partido formado por militantes y ciudadanos. ¿Cuál debe ser la meta que guíe al PRI en Tabasco? Son muchas que se resumen en una: acabar con la exclusión social que se manifiesta en todos aquellos que se encuentran subempleados, con empleo precario, sin oportunidades de incrementar su ingreso, sin a la salud o a la vivienda, o sin protección social. La exclusión social se refleja, de forma triste y dramática, en la pérdida de significaciones y sentido de la vida. Para muchos hay pocas expectativas sobre el futuro que parece incierto.
Ante ello, el mayor reto del PRI debe ser recuperar la esperanza que muchos han perdido sobre el futuro. Habrá esperanza sólo si el PRI no abandona su compromiso irrenunciable con alcanzar una sociedad justa, incluyente, equitativa y con oportunidades para su desarrollo.
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