A diferencia de lo que se observa en el entorno político estatal en relación a la sucesión gubernamental, desde las entrañas del poder mismo la realidad luce distinta. No son los tiempos todavía, afirman en el PRI y en el Gobierno.
En el PRI, el reelecto presidente de ese instituto, Miguel Alberto Romero Pérez ha dicho que los tiempos que marca la ley electoral dan como plazo para la elección del candidato al gobierno hasta el próximo año, de manera que a esa condición elemental están sujetos.
El principal responsable de la política interna, Rafael González Lastra, considera que lo importante ahora es ofrecer plenas garantías de un proceso ordenado y apegado a la legalidad para evitar exabruptos. Esa es una primera misión.
Pero existen otros factores. A pesar de esa inmovilidad institucional, hay ciertos personajes que tropiezan por sí mismos, es una constante de tropiezos, una y otra vez, sin hacer nada, incluso desde el propio Gobierno y dadas las condiciones; así parece que continuarán: constantemente tropezando.
Cualquiera de los que han manifestado sus aspiraciones para entrar a la competencia tienen problemas distintos unos de otros, pero unos más evidentes que otros; de elegibilidad, inclusión, alto rechazo, estructura, operación electoral.
Con esa dinámica política, la mayoría de ellos serían una especie cómoda para cualquiera que resultara el candidato del Partido de la Revolución Democrática, instituto político que disputa con el PRI palmo a palmo el poder, en el campo de los votos y de la intención electoral en 2012.
Esa mayoría identificable serían candidatos serios a perder la elección constitucional, por todas las circunstancias que envuelven sus probables nominaciones. Por ello hay que librar la mayoría de los obstáculos posibles y eso no depende del aspirante mismo, en algunos casos; habrá que ayudarlos a entender su realidad.
Aprender de las derrotas
Freddy Chablé Torrano al rendir protesta como dirigente del PRI en el municipio de Centro, el más poblado y el de mayor actividad económica, social y política, además de número de potenciales electores, recurrió a la unidad como un principio de lealtad y consistencia a los principios que deben coordinar y orientar las políticas públicas hacia la nueva etapa que la sociedad está demandando.
“En política no hay secretos, lo que hay son consecuencias; si hacemos lo correcto, los resultados serán positivos; si nos equivocamos no habrá lamento o justificación que valga”, precisa.
La etapa de advertencia que Chablé Torrano identifica es la misma que subsiste al interior de los cuadros directivos priistas que huelen la alternancia, pero que no lo dicen. Y concluye con lo que podría constituirse en el hecho, la consecuencia; este proceso —reitera— podría ser el proceso (electoral) más complejo en mucho tiempo.
Y para aquellos que insisten en la estrategia electoral, que fue incluso programa de gobierno y que ha hecho más pobres a los pobres y a hombres productivos en pasivos, políticos, improductivos y dependientes: no más asistencialismo.
persiste inequidad…
En el PRI un grupo de aspirantes inconformes con lo que consideran condiciones de inequidad comenzaron por elevar la voz esta semana ante el delegado regional del CEN de ese instituto político, Eugenio Hernández Flores, por no estar contemplados para ser incluidos en las encuestas que ese partido ordenará ahora sí, oficialmente, para conocer el posicionamiento de los principales aspirantes, de los que han trascendido únicamente aparecen cinco, cuando el número que se conoce es de diez.
Y lo peor de todo: pese a que Humberto Mayans Canabal declinó a participar en el proceso interno de ese partido en 2012 aún figura en prácticamente todas las encuestas “independientes” que se han realizado hasta ahora (cinco en total) y quienes se mantienen en la competencia no aparecen contemplados.
Ese es un principio de libertad de expresión. Hasta ahora absolutamente nadie tiene al ciento por ciento el control político de la entidad, ante esa condición cualquier cosa puede suceder.
El principal responsable de la política interna, Rafael González Lastra, considera que lo importante ahora es ofrecer plenas garantías de un proceso ordenado y apegado a la legalidad para evitar exabruptos. Esa es una primera misión.
Pero existen otros factores. A pesar de esa inmovilidad institucional, hay ciertos personajes que tropiezan por sí mismos, es una constante de tropiezos, una y otra vez, sin hacer nada, incluso desde el propio Gobierno y dadas las condiciones; así parece que continuarán: constantemente tropezando.
Cualquiera de los que han manifestado sus aspiraciones para entrar a la competencia tienen problemas distintos unos de otros, pero unos más evidentes que otros; de elegibilidad, inclusión, alto rechazo, estructura, operación electoral.
Con esa dinámica política, la mayoría de ellos serían una especie cómoda para cualquiera que resultara el candidato del Partido de la Revolución Democrática, instituto político que disputa con el PRI palmo a palmo el poder, en el campo de los votos y de la intención electoral en 2012.
Esa mayoría identificable serían candidatos serios a perder la elección constitucional, por todas las circunstancias que envuelven sus probables nominaciones. Por ello hay que librar la mayoría de los obstáculos posibles y eso no depende del aspirante mismo, en algunos casos; habrá que ayudarlos a entender su realidad.
Aprender de las derrotas
Freddy Chablé Torrano al rendir protesta como dirigente del PRI en el municipio de Centro, el más poblado y el de mayor actividad económica, social y política, además de número de potenciales electores, recurrió a la unidad como un principio de lealtad y consistencia a los principios que deben coordinar y orientar las políticas públicas hacia la nueva etapa que la sociedad está demandando.
“En política no hay secretos, lo que hay son consecuencias; si hacemos lo correcto, los resultados serán positivos; si nos equivocamos no habrá lamento o justificación que valga”, precisa.
La etapa de advertencia que Chablé Torrano identifica es la misma que subsiste al interior de los cuadros directivos priistas que huelen la alternancia, pero que no lo dicen. Y concluye con lo que podría constituirse en el hecho, la consecuencia; este proceso —reitera— podría ser el proceso (electoral) más complejo en mucho tiempo.
Y para aquellos que insisten en la estrategia electoral, que fue incluso programa de gobierno y que ha hecho más pobres a los pobres y a hombres productivos en pasivos, políticos, improductivos y dependientes: no más asistencialismo.
persiste inequidad…
En el PRI un grupo de aspirantes inconformes con lo que consideran condiciones de inequidad comenzaron por elevar la voz esta semana ante el delegado regional del CEN de ese instituto político, Eugenio Hernández Flores, por no estar contemplados para ser incluidos en las encuestas que ese partido ordenará ahora sí, oficialmente, para conocer el posicionamiento de los principales aspirantes, de los que han trascendido únicamente aparecen cinco, cuando el número que se conoce es de diez.
Y lo peor de todo: pese a que Humberto Mayans Canabal declinó a participar en el proceso interno de ese partido en 2012 aún figura en prácticamente todas las encuestas “independientes” que se han realizado hasta ahora (cinco en total) y quienes se mantienen en la competencia no aparecen contemplados.
Ese es un principio de libertad de expresión. Hasta ahora absolutamente nadie tiene al ciento por ciento el control político de la entidad, ante esa condición cualquier cosa puede suceder.
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