lunes, 21 de noviembre de 2011

De la soledad al escarceo


María “N” entró en 2010 a la secundaria pública. Aunque era algo retraída pasó los primeros dos bimestres con ocho de promedio. En enero de 2011 un grupito de segundo y tercero la invitó a pertenecer a su banda: Las bonitas.
Para entrar había que cumplir que con un requisito: liarse a golpes con la que le antecedió en el ingreso.
Un día que salieron temprano porque no fue el maestro de taller, se acordó la prueba de iniciación en la deportiva.
María iba en primero y se enfrentó con una estudiante de segundo, mayor, más fuerte y con experiencia.
María golpeaba al aire y recibía en el rostro las cachetadas, los jalones de pelo. Como pudo derribó a la que sería su compañera de banda. Se montó en ella y no la golpeó, no podía hacerlo, seguía golpeando al aire. Su contrincante se dio cuenta, logró ponerse de pie y la volvió a golpear hasta que un ex estudiante de esa escuela las separó y la besó.
Ese era el premio, además, ganó el derecho u obligación de tener dos o tres novios al mismo tiempo, de cualquier edad, de la escuela o de otros amigos de sus amigos.
María “N” fue bajando de calificaciones. No rendía cuentas a nadie. Su padre abandonó a la familia. Su madre salía tarde del trabajo. Si había reproches por las calificaciones, las dos terminaban llorando.
En la escuela, cada vez eran más los abrazos, besos y manoseos, con cualquier compañero. Era la competencia por tratar de ser más que los demás.
Ya no había límites. Ya no se sentía presionada hacia la relación sexual. Le era lo más adecuado. Lo había visto. Era el premio a los golpes que recibió. No era una agresión, era una situación superior.
A principios de febrero empezó a faltar el dinero y para conseguirlo a María “N” se le hizo fácil imitar a sus compañeras, por cinco pesos bailaba tubo entre las piernas de otros amigos y de ahí a la caguama y demás.
El 14 de febrero la invitaron a festejar el Día del Amor. Fueron seis parejas a casa de una de sus compañeras.
Después de tres horas, ella, de 13 años, media inconsciente, desnuda, alcanzó a decir: sí, pero que sean sólo dos. Uno por uno, se ufanaron sus compañeros de 16 y 17 años.
Al otro día la encontró la madre, la regañó, la insultó.
Siguió yendo a la escuela, volvió a ser la retraída de antes y en abril dejó de ir a clases. Estaba embarazada.
La madre le fue a reclamar a los padres del joven con quien la encontró para recibir el reproche por el proceder de la hija y el abandono en que la tenía. No hubo responsable.

Perfil del adolescente
De acuerdo con un estudio del DIF Tabasco, estas conductas que parecieran normales, comunes, surgen porque los adolescentes son temerarios, tienen necesidad de relación afectiva y por eso experimentan tensiones que los hacen sentirse demasiado “listos”, demasiado “suficientes” como para darse cuenta que llegan a ser víctimas.
La realidad es que pierden el estado de alerta necesario para mantenerse a salvo. Estos factores se combinan actualmente para hacer a este grupo de edades más vulnerable.
Por eso es común que el adolescente se plantee situaciones de conflicto o de enfrentamiento con sus padres, problemas en el colegio, peleas con sus grupos de relación (compañeros, amigos, novios) que parecen, a veces, no tener solución y que la única alternativa es huir, desembocando frecuentemente en la sensación de fuga.
El adolescente ya no ve una situación de riesgo, No habla de sus problemas con sus padres, ya no busca a sus profesores; no busca, al contrario, rechaza los consejos.
Porque estos casos se van generalizando el diputado federal Heladio Gerardo Verver y Vargas Ramírez, secretario de la Comisión de Salud, propuso en agosto pasado ratificar el 26 de septiembre como “Día Nacional de la Prevención del Embarazo no Planificado en Adolescentes”, práctica establecida en varios países latinoamericanos para orientar y concientizar a los adolescentes sobre la inconveniencia del embarazo antes de los 20 años.
En la iniciativa se subraya que la declaratoria contribuirá a reforzar la información y la educación para la prevención de embarazos no planificados y las infecciones de transmisión sexual, como el VIH/SIDA.
La muerte materna sigue siendo una de las principales causas de decesos en las mujeres y cerca del 14 por ciento son en menores de 19 años. Mientras que el 88.4 por ciento de las hospitalizaciones en mujeres entre 15 y 19 años de edad es por razones ligadas al embarazo, parto, puerperio y aborto, se advierte.
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2010, en México hay 11 millones de personas entre 15 y 19 años; el 49.9 por ciento son mujeres, de las cuales la gran mayoría tiene su primera relación sexual en la adolescencia. La edad media de la primera relación sexual es 15.4 años.
En la propuesta presentada en la Comisión Permanente y turnada a la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, se precisa que la declaratoria permitirá realizar acciones conjuntas entre las instituciones, organizaciones, empresas privadas y medios de comunicación para transmitir orientación a las y los adolescentes respecto al riesgo y consecuencia de los embarazos no planificados.
De esta manera se diseñe una política pública que otorgue una mayor orientación a los adolescentes sobre la inconveniencia del embarazo antes de los 20 años, y así contribuir a reforzar las acciones emprendidas por el gobierno federal en el ámbito de la información y la educación para la prevención de embarazos no planificados y las infecciones de transmisión sexual, se envió una iniciativa en la materia al Senado de la República.

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