El río dará cauce a la afluencia de Peñitas y acarrearía agua equivalente a la descargada por seis presas hidroeléctricas del Alto Grijalva Sin dar a conocer a los involucrados la noticia de manera directa, los gobiernos federal y estatal afirmaron que, al menos, a unas ocho mil personas de comunidades asentadas en la ribera del Samaria, sus tierras serán expropiadas y ellos reubicados a lugares altos, a fin de evitar que corran riesgos por el aumento desmedido que se dará al cauce de dicho río.
La noticia cayó como balde de agua fría a pobladores que han trabajado sus tierras por muchos años, y que ahora se enteran que sus predios quedarán bajo el agua la mayor parte del año —como de hecho ya están ahora—, debido a que por el Samaria correrá casi todo el líquido que desfogue la presa Peñitas.
La inconformidad y las protestas ya se han dejado sentir, y tomarán fuerza, pues nadie parece dispuesto a abandonar sus tierras dedicadas a la agricultura y a la ganadería, de las que han dependido económicamente toda su vida.
El municipio más afectado es Nacajuca, cuyos habitantes llevan más de diez meses de estar inundados, principalmente las comunidades de la zona indígena chontal, entre ellas: Guatacalca, Chicozapote, Cantemóc, Oxiacaque, El Chiflón, Guaitalpa, El Guásimo, La Cruz y Arroyo, mientras que en Cunduacán, entre las comunidades cercanas al Samaria, están: Miahutlán, Cucuyulapa, Cumuapa y Felipe Galván, entre otras.
Sin embargo, el que esto se haga realidad dependerá de que se amplíen los recursos federales al Plan Hídrico Integral de Tabasco (PHIT), pues el gobierno de Felipe Calderón pretende reducirlos a una octava parte de lo que se requiere en 2012.
Al reunirse con la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, que preside el priista Alfonso Navarrete Prida, el mandatario tabasqueño Andrés Granier Melo demandó a los legisladores federales se autoricen cuatro mil millones de pesos para concluir el PHIT, pues la pretensión del gobierno federal, en su Proyecto de Presupuesto para 2012, es asignar 550 millones.
En el estimado del gobierno de Granier para 2012, se encuentran acciones de infraestructura como la compuerta El Macayo, reubicaciones de viviendas y escuelas en la zona de la Chontalpa Chica, y reactivación de zonas afectadas.
La administración estatal h
a reconocido que hasta el momento, se encuentran afectadas 75 mil hectáreas de diversos cultivos y pastizales en perjuicio de 14 mil productores de varios municipios.
Adelanta el gobernador que serán los habitantes de Nacajuca los primeros en ser reubicados, porque llevan casi diez meses inundados por las avenidas de aguas de la presa Peñitas que bajan por el Mezcalapa y pasan al Samaria, que derrama sobre campos de cultivo de ese municipio.
PASO LIBRE A GRANDES VOLÚMENES DE AGUA
El proyecto es complejo, pues según estimaciones de la Conagua se necesita dejar el paso libre en el Samaria para volúmenes de agua que podrían llegar a los seis mil metros cúbicos por segundo.
Esto sería hasta seis veces más al líquido que en temporada de precipitación pluvial alta se extrae por la presa Peñitas hacia la planicie tabasqueña.
Para que los pobladores de la ribera del Samaria puedan ser expropiados y reubicados se necesita concluir el proyecto técnico que durará por lo menos seis meses.
El Instituto de Ingeniería de la UNAM y Conagua trabajan en el análisis del proyecto de expropiación y reubicación.
El estudio técnico contempla la posibilidad de desviar el agua del río Samaria hacia algún complejo lagunar, a través del dren Samaria.
PUEDE DEGENERAR EN CONFLICTO POLÍTICO
Según lo planteado por autoridades federales y estatales, se trata de expropiar propiedades a los productores de la zona —a través de la compra de tierras—, pero a la vez dejárselas para que las cultiven o aprovechen con la engorda de ganado, en el entendido de que será por lapsos cortos cada año.
Lo que se busca es no desarraigar a la gente, lo cual se torna un tanto difícil, pues lo que ahora son tierras productivas quedarán bajo el agua la mayor parte del año.
El gobierno del estado ha manifestado preocupación de que el problema de reubicación se salga de las manos y se torne político, más aún cuando por casi un año el estado vivirá la efervescencia político-electoral.
SIN REUBICACIÓN, RIESGO INMINENTE
El director local de la Comisión Nacional del Agua, Jorge Octavio Mijangos Borja, apunta que se trata de cuestiones técnicas para garantizar avenidas extraordinarias sobre el Samaria, y permitir el paso de seis mil metros cúbicos por segundo por dicho cauce, y garantizar la seguridad de las poblaciones ubicadas aguas abajo de la presa Peñitas.
Abunda que el espacio que se necesita para el envío de volúmenes extraordinarios de agua es lo que indica el Instituto de Ingeniería, y apunta que los modelos matemáticos que ha hecho el organismo de la UNAM demuestran que se requiere ese espacio; de ahí la necesidad de reubicar esas poblaciones cuya seguridad estaría en inminente riesgo.
La noticia cayó como balde de agua fría a pobladores que han trabajado sus tierras por muchos años, y que ahora se enteran que sus predios quedarán bajo el agua la mayor parte del año —como de hecho ya están ahora—, debido a que por el Samaria correrá casi todo el líquido que desfogue la presa Peñitas.
La inconformidad y las protestas ya se han dejado sentir, y tomarán fuerza, pues nadie parece dispuesto a abandonar sus tierras dedicadas a la agricultura y a la ganadería, de las que han dependido económicamente toda su vida.
El municipio más afectado es Nacajuca, cuyos habitantes llevan más de diez meses de estar inundados, principalmente las comunidades de la zona indígena chontal, entre ellas: Guatacalca, Chicozapote, Cantemóc, Oxiacaque, El Chiflón, Guaitalpa, El Guásimo, La Cruz y Arroyo, mientras que en Cunduacán, entre las comunidades cercanas al Samaria, están: Miahutlán, Cucuyulapa, Cumuapa y Felipe Galván, entre otras.
Sin embargo, el que esto se haga realidad dependerá de que se amplíen los recursos federales al Plan Hídrico Integral de Tabasco (PHIT), pues el gobierno de Felipe Calderón pretende reducirlos a una octava parte de lo que se requiere en 2012.
Al reunirse con la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, que preside el priista Alfonso Navarrete Prida, el mandatario tabasqueño Andrés Granier Melo demandó a los legisladores federales se autoricen cuatro mil millones de pesos para concluir el PHIT, pues la pretensión del gobierno federal, en su Proyecto de Presupuesto para 2012, es asignar 550 millones.
En el estimado del gobierno de Granier para 2012, se encuentran acciones de infraestructura como la compuerta El Macayo, reubicaciones de viviendas y escuelas en la zona de la Chontalpa Chica, y reactivación de zonas afectadas.
La administración estatal h
a reconocido que hasta el momento, se encuentran afectadas 75 mil hectáreas de diversos cultivos y pastizales en perjuicio de 14 mil productores de varios municipios.Adelanta el gobernador que serán los habitantes de Nacajuca los primeros en ser reubicados, porque llevan casi diez meses inundados por las avenidas de aguas de la presa Peñitas que bajan por el Mezcalapa y pasan al Samaria, que derrama sobre campos de cultivo de ese municipio.
PASO LIBRE A GRANDES VOLÚMENES DE AGUA
El proyecto es complejo, pues según estimaciones de la Conagua se necesita dejar el paso libre en el Samaria para volúmenes de agua que podrían llegar a los seis mil metros cúbicos por segundo.
Esto sería hasta seis veces más al líquido que en temporada de precipitación pluvial alta se extrae por la presa Peñitas hacia la planicie tabasqueña.
Para que los pobladores de la ribera del Samaria puedan ser expropiados y reubicados se necesita concluir el proyecto técnico que durará por lo menos seis meses.
El Instituto de Ingeniería de la UNAM y Conagua trabajan en el análisis del proyecto de expropiación y reubicación.
El estudio técnico contempla la posibilidad de desviar el agua del río Samaria hacia algún complejo lagunar, a través del dren Samaria.
PUEDE DEGENERAR EN CONFLICTO POLÍTICO
Según lo planteado por autoridades federales y estatales, se trata de expropiar propiedades a los productores de la zona —a través de la compra de tierras—, pero a la vez dejárselas para que las cultiven o aprovechen con la engorda de ganado, en el entendido de que será por lapsos cortos cada año.
Lo que se busca es no desarraigar a la gente, lo cual se torna un tanto difícil, pues lo que ahora son tierras productivas quedarán bajo el agua la mayor parte del año.
El gobierno del estado ha manifestado preocupación de que el problema de reubicación se salga de las manos y se torne político, más aún cuando por casi un año el estado vivirá la efervescencia político-electoral.
SIN REUBICACIÓN, RIESGO INMINENTE
El director local de la Comisión Nacional del Agua, Jorge Octavio Mijangos Borja, apunta que se trata de cuestiones técnicas para garantizar avenidas extraordinarias sobre el Samaria, y permitir el paso de seis mil metros cúbicos por segundo por dicho cauce, y garantizar la seguridad de las poblaciones ubicadas aguas abajo de la presa Peñitas.
Abunda que el espacio que se necesita para el envío de volúmenes extraordinarios de agua es lo que indica el Instituto de Ingeniería, y apunta que los modelos matemáticos que ha hecho el organismo de la UNAM demuestran que se requiere ese espacio; de ahí la necesidad de reubicar esas poblaciones cuya seguridad estaría en inminente riesgo.
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