Pese a los 6 mil mdp gastados, la mayor
parte del territorio tabasqueño está
inundado, excepto Villahermosa
Para el Movimiento Ecologista de Tabasco (Metab), las inundaciones que se registran y que dan un número alto de afectados —casi 290 mil al lunes 24—, no sólo son a causa de las lluvias que han caído en las últimas semanas, sino por las obras inconclusas del Plan Hídrico Integral de Tabasco, y por las ‘ventanas’ que se abrieron al río Grijalva para inundar decenas de comunidades.
Javier Torres Sánchez, coordinador estatal del Metab, asegura que la inundación actual es tan fuerte que superó los niveles de 1999, 2007 y 2010, al grado que los lugares que no se fueron al agua antes hoy están totalmente cubiertos al unirse las aguas de los ríos Grijalva y Carrizal, pero asegura que el problema se complica porque no se ha agilizado la ayuda en la región.
Las zonas comprendidas por las cuatro secciones de Aztlán y las otras cuatro secciones de Acachapan y Colmena —separadas por el Grijalva—, así como en Barranca y Guanal, Tintillo, López Portillo, Corozal, Matillas, Buenavista, Tular, Chilapa y Medellín, se encuentran totalmente inundadas y la actividad agrícola y ganadera está colapsada.
El dirigente del Movimiento Ecologista sostiene que el mayor logro del PHIT es que no se ha inundado la ciudad de Villahermosa pero, en cambio, sí se provocaron daños devastadores en las comunidades rurales y hasta colonias de la periferia de la capital tabasqueña.
“Están totalmente inundadas, lo que demuestra que no ha servido para nada el Plan Hídrico a pesar de los más de seis mil millones de pesos invertidos en obras del PHIT”, indica el dirigente de la agrupación ecologista.
“Ahí está la mayor parte del territorio tabasqueño en problemas”, remarca, y para enfatizar lo que para él es un fracaso del PHIT, señala que la mayor parte de los municipios han sido declarados en estado de emergencia. “Eso dice que las obras no han funcionado”, subraya.
EL VERDADERO ‘TRASFONDO’ DEL PHIT
Torres Sánchez sostiene que el gobierno federal utilizó la lógica de ‘salvamos la capital, sin importar que se inunden las comunidades’; ese es el verdadero trasfondo de la situación.
Subraya que si se sabía que las obras no iban a funcionar, se debieron haber establecido políticas públicas preventivas para enfrentar los reclamos que los tabasqueños están haciendo ahora.
Afirma que es preocupante que mientras el gobierno estatal dice una cifra de afectados, el federal da otra. “Los ciudadanos quedan en la indefensión total”, acusa.
Ahora, independientemente, de las cifras que se van a ir dando a conocer, lo principal sería brindar ayuda inmediata a la gente de las comunidades que están sufriendo crisis de alimentos, de agua… “y en su momento saldrán las cifras que no podrán ocultarse”.
AZTLÁN, ‘GRAN VASO REGULADOR’
No se puede negar la gran cantidad de precipitaciones pluviales que han caído sobre el territorio tabasqueño, pero la situación se agudiza por las obras inconclusas del PHIT y el desvío del agua en el Grijalva, que ha convertido a la zona de Aztlán “en un gran vaso regulador, al desviar agua directa del río sobre cinco mil hectáreas”, puntualiza.
Señala que por el PHIT se ha modificado la forma de vivir y de trabajar de los habitantes del medio rural en esta parte del municipio de Centro. “La Conagua llegó con el Plan Hídrico, y sin siquiera pedir permiso a los habitantes de los núcleos ejidales, empezaron a abrir ‘ventanas’ para tirar el agua sobre sus tierras; agua que entra, pero no tiene salida”, manifiesta el dirigente del Metab.
Remarca que los habitantes de esas comunidades están a la deriva, mientras que los gobiernos no se han preocupado por establecer proyectos para que la gente sobreviva luego de destruir sus tierras.
Y advierte que si no se les da alternativas para vivir a estas comunidades, y si se sigue actuando de manera unilateral y sin que se informe a la gente afectada, “la situación podría desencadenar en conflictos sociales, porque no es sólo que un extraño entre a tu tierras y se ponga a abrir boquetes, como se hace en Tabasco con la ‘ley del garrote’ ”, finaliza.
Javier Torres Sánchez, coordinador estatal del Metab, asegura que la inundación actual es tan fuerte que superó los niveles de 1999, 2007 y 2010, al grado que los lugares que no se fueron al agua antes hoy están totalmente cubiertos al unirse las aguas de los ríos Grijalva y Carrizal, pero asegura que el problema se complica porque no se ha agilizado la ayuda en la región.
Las zonas comprendidas por las cuatro secciones de Aztlán y las otras cuatro secciones de Acachapan y Colmena —separadas por el Grijalva—, así como en Barranca y Guanal, Tintillo, López Portillo, Corozal, Matillas, Buenavista, Tular, Chilapa y Medellín, se encuentran totalmente inundadas y la actividad agrícola y ganadera está colapsada.
El dirigente del Movimiento Ecologista sostiene que el mayor logro del PHIT es que no se ha inundado la ciudad de Villahermosa pero, en cambio, sí se provocaron daños devastadores en las comunidades rurales y hasta colonias de la periferia de la capital tabasqueña.
“Están totalmente inundadas, lo que demuestra que no ha servido para nada el Plan Hídrico a pesar de los más de seis mil millones de pesos invertidos en obras del PHIT”, indica el dirigente de la agrupación ecologista.
“Ahí está la mayor parte del territorio tabasqueño en problemas”, remarca, y para enfatizar lo que para él es un fracaso del PHIT, señala que la mayor parte de los municipios han sido declarados en estado de emergencia. “Eso dice que las obras no han funcionado”, subraya.
EL VERDADERO ‘TRASFONDO’ DEL PHIT
Torres Sánchez sostiene que el gobierno federal utilizó la lógica de ‘salvamos la capital, sin importar que se inunden las comunidades’; ese es el verdadero trasfondo de la situación.
Subraya que si se sabía que las obras no iban a funcionar, se debieron haber establecido políticas públicas preventivas para enfrentar los reclamos que los tabasqueños están haciendo ahora.
Afirma que es preocupante que mientras el gobierno estatal dice una cifra de afectados, el federal da otra. “Los ciudadanos quedan en la indefensión total”, acusa.
Ahora, independientemente, de las cifras que se van a ir dando a conocer, lo principal sería brindar ayuda inmediata a la gente de las comunidades que están sufriendo crisis de alimentos, de agua… “y en su momento saldrán las cifras que no podrán ocultarse”.
AZTLÁN, ‘GRAN VASO REGULADOR’
No se puede negar la gran cantidad de precipitaciones pluviales que han caído sobre el territorio tabasqueño, pero la situación se agudiza por las obras inconclusas del PHIT y el desvío del agua en el Grijalva, que ha convertido a la zona de Aztlán “en un gran vaso regulador, al desviar agua directa del río sobre cinco mil hectáreas”, puntualiza.
Señala que por el PHIT se ha modificado la forma de vivir y de trabajar de los habitantes del medio rural en esta parte del municipio de Centro. “La Conagua llegó con el Plan Hídrico, y sin siquiera pedir permiso a los habitantes de los núcleos ejidales, empezaron a abrir ‘ventanas’ para tirar el agua sobre sus tierras; agua que entra, pero no tiene salida”, manifiesta el dirigente del Metab.
Remarca que los habitantes de esas comunidades están a la deriva, mientras que los gobiernos no se han preocupado por establecer proyectos para que la gente sobreviva luego de destruir sus tierras.
Y advierte que si no se les da alternativas para vivir a estas comunidades, y si se sigue actuando de manera unilateral y sin que se informe a la gente afectada, “la situación podría desencadenar en conflictos sociales, porque no es sólo que un extraño entre a tu tierras y se ponga a abrir boquetes, como se hace en Tabasco con la ‘ley del garrote’ ”, finaliza.
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