martes, 25 de octubre de 2011

Genera Plan Hídrico miles de damnificados en la Chontalpa


La compuerta de El Macayo desvía agua del río Carrizal para que no afecte a Villahermosa, pero golpea inclementemente a localidades ribereñas del Samaria, incluida la ciudad de Cárdenas

En medio de una guerra de números entre la Federación y el gobierno del estado por atinarle a la cifra de afectados por inundaciones en las zonas de los Ríos y Chontalpa, la gente que sufre de anegaciones se desespera y se indigna porque el fenómeno causado no sólo por lluvias, sino por obras del Plan Hídrico Integral de Tabasco (PHIT) parece haber llegado para quedarse.
Si bien es cierto que en la región de los Ríos, donde no existe infraestructura de protección, el Usumacinta ha causado daños devastadores a cuatro municipios (Jonuta, Balancán, Tenosique y Emiliano Zapata), en Centro y la zona de la Chontalpa miles de familias de diversas localidades se encuentran entre el agua a consecuencia de las mismas obras del PHIT.
La misma situación sucede en poblaciones de los municipios de Cárdenas, Huimanguillo, Cunduacán, Jalpa de Méndez, Nacajuca y Centla que son afectadas por el río Samaria, que conduce en exceso el agua al Golfo de México desde la compuerta El Macayo, el cual disminuye el volumen de escurrimiento que antes pasaba por Villahermosa a través del Carrizal.
El lunes 17 de octubre, durante la sesión del Consejo de Protección Civil en Emiliano Zapata, el gobierno del estado informó de 120 mil afectados por inundaciones en todo el estado; pero el jueves 20, tres días después, ante el Presidente Felipe Cal
derón, daba cuenta que el número de afectados ya era de más de 200 mil.
Tras escuchar los informes de cada una de las dependencias federales, Calderón Hinojosa hizo su propio recuento. Precisó que el número de tabasqueños afectados podría ascender a más de 120 mil; es decir, 80 mil menos que el reporte estatal.
Y como para poner orden a la disputa por la entrega de despensas a los afectados —a pocos meses de las elecciones locales—, el jefe del Ejecutivo federal instruyó a las Fuerzas Armadas a dar prioridad a las comunidades aisladas para que tengan el suministro de víveres, y les encomendó distribuir los apoyos como despensas para poner orden y evitar abusos y, sobre todo, que gente se quede sin atención.
Esto ocurrió luego que horas antes de la visita, el gobernador Andrés Granier protestó porque la Sedesol pensaba distribuir, por su cuenta y al margen del esquema de Protección Civil, 27 mil despensas.

LA CHONTALPA, TOTALMENTE DESPROTEGIDA
El discurso presidencial estaría omitiendo a damnificados de la Chontalpa, cuyas viviendas y tierras productivas se habrían anegado no sólo por las extraordinarias precipitaciones pluviales —de hasta 400 milímetros en dos días— sino por el súbito aumento en el desfogue del sistema de presas del Alto Grijalva, que de mil 100 metros cúbicos por segundo pasó en cuestión de días a mil 500, con todos y las nuevas ‘curvas guías’.
El río Carrizal estaría complementando esta nueva tragedia de la Chontalpa, pues desde el sitio en que se ubica la estructura de control hidráulico conocida como El Macayo se reduce el volumen de agua que transitará por Villahermosa para desviarlo hacia esa zona, totalmente desprotegida, pues las obras previstas en el PHIT (desazolve del río Samaria, bordos de protección y reubicaciones) están a medias o ni siquiera se han iniciado.

EL PLAN HÍDRICO DESGRACIÓ A CHONTALES
En los municipio de Centro y Centla los habitantes de comunidades indígenas están convencidos que su desgracia no es por ‘causas naturales’, sino por las obras del PHIT que se hicieron en sus localidades, para ‘salvar a Villahermosa’.
Por ello, el Movimiento Indígena —que aglutina a chontales de la zona de Tamulté de las Sabanas, Centro, y de Centla—, advierte al gobierno del estado y a la Conagua que si no reducen “por lo menos a medias” la extracción a las presas y se les paga por las tierras afectadas como habían convenido, abrirán boquetes a la infraestructura del malecón de Villahermosa, tomarán la Secretaría de Desarrollo Agropecuario (Sedafop) y hasta podrían cerrar la carretera Villahermosa-Frontera.
Tras manifestar dolor por lo que pasa a sus poblaciones, la dirigencia del movimiento señala que sus comunidades están siendo utilizadas como ‘vasos reguladores’.

REDUCIR ‘A MEDIAS’ LA TURBINACIÓN
“En las comunidades no viven animales sino seres humanos, indígenas que tenemos los mismos derechos a la vida” expresa con indignación Juan Hernández Morales, presidente del Movimiento Indígena en la zona de Tamulté de las Sabanas.
A nombre de los chontales, llamó al gobierno del estado y a legisladores a luchar para que, por lo menos, a medias se logre cerrar la turbinación de las presas del Alto Grijalva, que acaban con el patrimonio de los campesinos e indígenas tabasqueños.
A diferencia de lo que la Conagua y el mismo Presidente de la República aseguran, que del 1 al 20 de octubre se han dejado sentir precipitaciones pluviales históricas, el dirigente indígena expone que si bien es cierto “está lloviendo”, las
lluvias no han sido tan intensas como para inundarnos. “Son las presas las causantes de nuestra tragedia”, recalca.
Recuerda que en 2010 el gobierno estatal se comprometió, a través del entonces secretario de Gobierno, a pagar los daños a los campesinos, pero hasta la fecha no se les ha cumplido.
El acuerdo consistía en que todos los campesinos que perdieron sus pastizales serían indemnizados, pero hasta ahora no se ha cumplido este compromiso, subraya.

“SE ESTÁN HACIENDO TONTOS”
Hernández Morales indica que los productores de las comunidades más afectadas, como Buenavista y Chilapa, no han recibido ningún tipo de apoyo, a pesar de haber entregado en tiempo y forma todo el padrón. “Se están haciendo tontos en Sedafop”, expresa.
El acuerdo para que se les pagaran los daños fue firmado por el secretario de Sedafop, Ignacio Lastra Marín; por el delegado de Sagarpa, Carlos Gutiérrez Cortez; por Andrés Madrigal Hernández, de la Secretaría de Gobierno; Gabriela Tello, delegada de Sedesol; Aurelio Cruz Ovando, representante de la Secretaría de Gobernación, y por la Conagua lo hizo Sergio Enrique Leonides, jefe de Proyectos.
Los habitantes de la zona indígena de Centro y Centla advierten que no permitirán que se sigan burlando del pueblo, y exigen respuestas inmediatas, pues desde mayo localidades de Tamulté de las Sabanas, los Chilapas y Simón Sarlat en Centla, y de Nacajuca, se encuentran inundados por el agua extraordinaria que les están desviando hacia sus comunidades.

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