En la Comisión Nacional del Agua se sienten estimulados, porque con el avance que llevan las obras del Plan Hídrico Integral de Tabasco (PHIT) y la magnitud de las crecientes de 2011, “ya se conoce el tamaño del problema”; sin embargo, admiten que requieren tres mil millones de pesos —que se les están negando en el presupuesto federal 2012— para culminar obras de protección que están a medias, y que sin recursos suficientes “puede quedar truncas”.
Habla Sergio Soto Priante, subdirector de Infraestructura Hidroagrícola de Conagua. De entrada, admite lo dicho por su director local, Jorge Octavio Mijangos, que sin dinero será difícil concluir una de las obras más importantes del PHIT, el puente y vertedero Zapote III, que es vital para proteger a la población de Villahermosa.
Esta obra, apunta Soto Priante, está incluida dentro de los contratos multianuales, y advierte que “si hacen falta recursos en 2012, algunas obras quedarán truncas y bajará el ritmo de la construcción”.
Se trata, subraya en entrevista el funcionario de las oficinas centrales de Conagua, que en la medida que se hagan más obras del PHIT cada vez sea menor el daño al que estarán expuestos los habitantes de la planicie; “de ahí la importancia de contar con los recursos para poder concluir las obras”.
AYUNTAMIENTOS Y EL FIN DEL PHIT
Sergio Soto apunta que para que llegue a su fin en el Plan Hídrico se debe ir hasta el orden municipal, “y si no hay una mejor coordinación y resultados en lo que es ordenamiento territorial, facultad de los ayuntamientos, el PHIT no tendrá fin”.
Además, abunda, tampoco se podrá determinar cuánto durarán las obras, porque antes de que duren físicamente serán rebasadas dado que se tendrán nuevos asentamientos que hay que volver a proteger y las obras existentes serán inútiles; “por eso la necesidad de trabajar con los ayuntamientos”, remarca.
Para el subdirector de Conagua, el PHIT “no es ni secreto ni misterioso”. Lo dice en respuesta a la diputada Georgina Trujillo, quien en la reunión de evaluación señaló que dicho plan “es todo, menos integral”.
Justifica sus palabras explicando que el PHIT no contempla ni el aspecto ambiental ni productivo; tampoco el aprovechamiento del agua para la producción, y todavía acusa la legisladora que ante el costo del Plan existe una ‘danza de cifras’ en cuanto a lo que se requiere de inversión para 2012.
Soto Priante sostiene que no existe un plan más auditado, tanto por la Auditoría Superior de la Federación como por el Órgano de Control Interno de la Conagua, que el Plan Hídrico Integral de Tabasco.
Admite errores cometidos, como no haber comentado lo realizado en la cuenca alta, no sólo de Tabasco, sino de Chiapas, en donde programas ganaderos fomentan la deforestación, lo que origina grandes arrastres de sedimentos.
Reconoce también que en el caso del cauce de alivio de El Censo, los ‘tapetes’ de concreto no fallaron, sino que fue el contratista quien los removió, “pero por un error de Conagua, nunca verificó que los hubiera colocado bien”.
LO DEL AGUA… AL AGUA
—¿Se pierden área susceptible para la agricultura? —se le pregunta al funcionario. Dice desconocerlo, porque —rememora— en los setenta se hicieron bordos a lo largo del Samaria y al quedar confinada una amplia extensión se convirtió en zona de riesgo, “y mucha gente sabía que en el estiaje podía sembrar y llevar su ganado, pero que en época de lluvia era lo más común que no podía hacer uso de las áreas”.
“Ahora —prosigue— hay más meses del año en que la tierra está bajo el agua, lo que es innegable, por lo que ahora con el dragado la situación puede minimizarse y regresar a un manejo más sensato. Pero debe recordarse que se trata de una zona de riesgo, no sólo para quienes trabajan la tierra, sino para otras instituciones como Pemex que tiene allí sus pozos de más alto rendimiento y calidad”.
Abunda que a lo mejor se pierda esa tierra para la siembra del maíz, pero puede haber otro tipo de productos que se adapten a otras épocas del año, y con un sistema de riego suplementario se pueda trabajar en el estiaje.
Habla Sergio Soto Priante, subdirector de Infraestructura Hidroagrícola de Conagua. De entrada, admite lo dicho por su director local, Jorge Octavio Mijangos, que sin dinero será difícil concluir una de las obras más importantes del PHIT, el puente y vertedero Zapote III, que es vital para proteger a la población de Villahermosa.
Esta obra, apunta Soto Priante, está incluida dentro de los contratos multianuales, y advierte que “si hacen falta recursos en 2012, algunas obras quedarán truncas y bajará el ritmo de la construcción”.
Se trata, subraya en entrevista el funcionario de las oficinas centrales de Conagua, que en la medida que se hagan más obras del PHIT cada vez sea menor el daño al que estarán expuestos los habitantes de la planicie; “de ahí la importancia de contar con los recursos para poder concluir las obras”.
AYUNTAMIENTOS Y EL FIN DEL PHIT
Sergio Soto apunta que para que llegue a su fin en el Plan Hídrico se debe ir hasta el orden municipal, “y si no hay una mejor coordinación y resultados en lo que es ordenamiento territorial, facultad de los ayuntamientos, el PHIT no tendrá fin”.
Además, abunda, tampoco se podrá determinar cuánto durarán las obras, porque antes de que duren físicamente serán rebasadas dado que se tendrán nuevos asentamientos que hay que volver a proteger y las obras existentes serán inútiles; “por eso la necesidad de trabajar con los ayuntamientos”, remarca.
Para el subdirector de Conagua, el PHIT “no es ni secreto ni misterioso”. Lo dice en respuesta a la diputada Georgina Trujillo, quien en la reunión de evaluación señaló que dicho plan “es todo, menos integral”.
Justifica sus palabras explicando que el PHIT no contempla ni el aspecto ambiental ni productivo; tampoco el aprovechamiento del agua para la producción, y todavía acusa la legisladora que ante el costo del Plan existe una ‘danza de cifras’ en cuanto a lo que se requiere de inversión para 2012.
Soto Priante sostiene que no existe un plan más auditado, tanto por la Auditoría Superior de la Federación como por el Órgano de Control Interno de la Conagua, que el Plan Hídrico Integral de Tabasco.
Admite errores cometidos, como no haber comentado lo realizado en la cuenca alta, no sólo de Tabasco, sino de Chiapas, en donde programas ganaderos fomentan la deforestación, lo que origina grandes arrastres de sedimentos.
Reconoce también que en el caso del cauce de alivio de El Censo, los ‘tapetes’ de concreto no fallaron, sino que fue el contratista quien los removió, “pero por un error de Conagua, nunca verificó que los hubiera colocado bien”.
LO DEL AGUA… AL AGUA
—¿Se pierden área susceptible para la agricultura? —se le pregunta al funcionario. Dice desconocerlo, porque —rememora— en los setenta se hicieron bordos a lo largo del Samaria y al quedar confinada una amplia extensión se convirtió en zona de riesgo, “y mucha gente sabía que en el estiaje podía sembrar y llevar su ganado, pero que en época de lluvia era lo más común que no podía hacer uso de las áreas”.
“Ahora —prosigue— hay más meses del año en que la tierra está bajo el agua, lo que es innegable, por lo que ahora con el dragado la situación puede minimizarse y regresar a un manejo más sensato. Pero debe recordarse que se trata de una zona de riesgo, no sólo para quienes trabajan la tierra, sino para otras instituciones como Pemex que tiene allí sus pozos de más alto rendimiento y calidad”.
Abunda que a lo mejor se pierda esa tierra para la siembra del maíz, pero puede haber otro tipo de productos que se adapten a otras épocas del año, y con un sistema de riego suplementario se pueda trabajar en el estiaje.
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