martes, 13 de septiembre de 2011

¡Reprobado!


De siempre, los presidentes de la República han sacado buenas calificaciones en Tabasco. Hasta Vicente Fox alcanzó la aprobación de los habitantes de esta tierra a su desempeño gubernamental.

Pero llegó la era de Felipe Calderón, las promesas incumplidas, la crisis, la inseguridad, los recortes presupuestales, las obras inconclusas, el abandono a un estado al que llegó a visitar veintitantas veces los dos primeros años de su periodo… y, zas, ¡reprobado!
Previo a su quinto informe de labores, Parametría hizo público un estudio de opinión en que 68 por ciento de los mexicanos aprueba la gestión del Presidente Calderón. Un porcentaje altísimo, dada la crisis de seguridad y el desbarajuste en muchos rubros del quehacer público.
El prietito en el arroz de este sondeo nacional fue Tabasco, donde 58% de los encuestados desaprobó la forma en que Calderón Hinojosa realiza su trabajo.
De nada sirvió el bombardeo publicitario en radio y televisión, las jornadas federales que delegados de medio centenar de dependencias han llevado a todos los municipios, ni que funcionarios como Gabriela Tello, de Sedesol, y Luis Dupeyrón, de Economía, utilicen cuanto foro o medio de comunicación se les abra para hablar de las inversiones milmillonarias del gobierno calderonista en Tabasco.
¿Por qué anda tan mal Calderón en Tabasco si aquí cerquita, en Chiapas, sacó la calificación más alta; si los chiapanecos lo subieron a las nubes con el 95% de aprobación, contra 68% del promedio nacional?
Parametría apunta que “sorprende el número de estados que aprueban la forma en la que el Presidente realiza su trabajo, sobre todo por las calificaciones obtenidas en el desempeño del gobierno en áreas como: economía, generación de empleos, seguridad o combate a la pobreza”.
Sin embargo, para los tabasqueños no hay puntos positivos, sobre todo en generación de empleos y en combate a la pobreza, a la delincuencia, al narcotráfico y a la corrupción. Sólo en salud y educación la libra, de 14 rubros evaluados.
De cada diez tabasqueños, casi siete opinan que su situación económica ha empeorado, y casi similar es el porcentaje de los que se sienten inseguros, porque el gobierno de Calderón no ha generado las condiciones para mejorar el bienestar de las familias ni para garantizarles su tranquilidad.
Como que el presidente en turno —en la era panista en Los Pinos— dejó de ser el ‘aliado de los tabasqueños’ que han presumido los gobernadores.
Este jefe del Ejecutivo federal tiene muchos pendientes aquí: un Plan Hídrico inconcluso y quién sabe si bien planeado, porque a unos parece salvarlos pero a otros ya los tiene con el agua a la cintura, y un libramiento de la ciudad de Villahermosa a medias, que no tiene para cuándo.
Tal vez en el presupuesto federal de 2012 el régimen calderonista nos cobre el haber menospreciado su gestión en las encuestas, pero en la elección de julio de 2012 el PAN pagará la factura a Tabasco con sus candidatos.
Sería terrible para el PAN sustentar su fortaleza electoral en el estado con el desempeño de su mejor carta: un presidente de la República reprobado por siete de cada diez habitantes. Sólo 41% lo aprueba. Esta entidad no representa mucho en el espectro nacional. Menos de 2%de un electorado que debe andar por los 77 millones 500 mil ciudadanos y de 41 millones 500 mil votantes potenciales.
En la última elección (2006), Tabasco le aportó poco más de 901 mil 119 votos a los partidos que se disputaron la Presidencia de la República.
La Coalición por el Bien de Todos (PRD-PT-C) que postuló a Andrés Manuel López Obrador consiguió una votación histórica: 507 mil 576 sufragios, equivalentes al 56.3 por ciento estatal. ¡El efecto Peje!
La Alianza por México (PRI-PVEM), con Roberto Madrazo Pintado como su candidato, logró 340 mil 357 votos, que representaron 37.8 puntos porcentuales del total de papeletas depositadas en las urnas.
El PAN y Felipe Calderón Hinojosa —ganador de tan reñida como cuestionada elección— obtuvo en nuestro estado 31 mil 685 sufragios, que en términos porcentuales apenas representó 3.5 puntos. Nada que ver con los 174 mil 840 votos (¡25.6 por ciento!) conseguidos por Vicente Fox seis atrás. ¡El efecto Fox!
Desde aquel 2 de julio de 2006, Calderón y el PAN no las traen nada bien con los tabasqueños —aunque el blanquiazul ya gobierna dos municipios—, y difícil, muy difícilmente puedan conseguir algo en 2012, aun con elecciones federales y estatales empatadas. Tal vez asista la razón a Roy Campos, director de Consulta Mitofsky, cuando advierte que, tratándose de la gubernatura, no ganarían “ni con un candidatazo”.

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