martes, 20 de septiembre de 2011

Millonario negocio del agua purificada


Desde las grandes firmas hasta los pequeños empresarios han encontrado en el consumo del vital líquido una fuente de jugosas ganancias

Don José Benito recuerda que en 1930, cuando lo llevaban a pescar, desde el cayuco estiraba el brazo para meter la jícara en la laguna Julivá, le quitaba la basurita al agua y batía el pozol. “No nos enfermábamos, ahora para donde vayas cargas tu garrafón”, compara el nacajuquense, avecindado en Pomoca.
Ahora, en 2011, una familia de 5 miembros invierte un promedio de 115 pesos semanales en agua purificada si la compra a las empresas grandes y 50 pesos si la adquiere en los negocios pequeños de autollenado.
El agua se ha vuelto un negocio millonario.
Para 1970, en Villahermosa empezó a decaer la venta de Agua de Quinta, como la del pozo ubicado en el Callejón de Los Aguadores, “el agua más pura”, para dar paso al agua hervida, proceso que causó un sinfín de quemaduras.
En 1980, la empresa La Victoria adquirió su planta de envasado de garrafones de 20 litros. Diez años después las refresqueras transnacionales utilizaron sus plantas para el embotellado de agua: Cristal, Ciel y recientemente Santorini.
En esta competencia, para 2010, La Victoria amplió su capacidad para colocar en el mercado cerca de 200 mil garrafones al mes, obligándose a ampliar su flotilla de vehículos a 80 unidades.
Sin embargo, también en los últimos 65 años, se incrementó la venta de agua purificada como un buen negocio familiar si se gana la confianza de los consumidores.
La Secretaría de Salud (SS) llama a la población a verificar por su cuenta el origen del agua que consumen, que los envases sean esterilizados y que cuenten con los sellos de garantía.
Pedro “N” es responsable de una plantilla de 8 trabajadores permanentes. El sindicato le ha pedido que les proporcione agua, La adquiere a 10 pesos el garrafón en la purificadora Gota Inmaculada, ubicada en la colonia Pino Suárez, antes Tierra Colorada.
Para estar seguro de que el consumo de esa agua no le traerá problemas de enfermedades llevó una muestra al laboratorio para su análisis. El resultado le fue satisfactorio. De esa manera se ahorra más de la mitad que si la adquiriera de las empresas “de marca”.
Con la tecnología, el crecimiento de los negocios familiares de agua purificada se va multiplicando y le hacen competencia a las grandes empresas embotelladoras porque expenden un producto de primera necesidad.
En este esquema se encuentran “La Santa”, ubicada en la calle Antonio Rullán Ferrer de la colonia Mayito, Express Agua, de Indeco, y Water Florida, de Las Gaviotas.

Nuevo negocio

Si un negocio llega a colocar en el mercado un promedio de 200 garrafones diarios, con un precio de 10 pesos, laborando de lunes a sábado, se obtendrían 48 mil pesos mensuales.
Al descontar el costo de agua, tapas, sellos, gastos de oficina e impuestos, que llegaría a 11 mil pesos, se tendría una utilidad mensual de 37 mil pesos.
Para instalar el negocio se necesita un local de 20 metros cuadrados, la notificación para obtener el permiso sanitario, una planta purificadora, una mesa llenadora y una mesa para lavado de garrafones.
El equipo purificador de agua elimina los niveles de calcio, magnesio y sólidos que contiene el agua no potable que se abastece generalmente por las tuberías de abasto municipal o pozos. La tecnología más segura es la de ósmosis inversa.
Las empresas distribuidoras de las plantas purificadoras garantizan la calidad en el producto terminado porque aseguran que su proceso de purificación cumple con la norma 201 SSA.
Además la empresa distribuidora asesora para darse de alta en la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios COFEPRIS, que es la que regula la instalación de purificadoras y envasadoras de agua purificada.
El costo de una planta de purificación básica va de los 36 mil pesos a los 50 mil más tuberías, conexiones, tanque, instalación y capacitación básica para operarla con un costo aproximado de 15 mil pesos.
También se considera el costo de la máquina llenadora de garrafones con un costo de 15 mil pesos y la máquina lavadora de garrafones por otros 15 mil pesos.
De ahí que estos negocios familiares sean una fuerte competencia de las grandes embotelladoras si cumplen con las normas sanitarias y controles de producción para garantizar el producto.
Ante este fenómeno de la tecnología, la Secretaría de Salud se encarga de vigilar el proceso de purificación del agua que se expende en los distintos establecimientos que operan en la entidad, verificando que se cumpla con lo establecido en la norma oficial 201 y 251.
La SS ha informado que son 312 purificadoras de agua las que operan en Tabasco, 265 se dedican al envasado de agua; 33, a la producción de hielo y 14 solo son despachadoras, a las que el usu
ario lleva su envase para que sea llenado.

Irregularidades
En 2010 la Secretaría sancionó a 37 de esos establecimientos, generalmente por operar en lugares inadecuados, además, según muestreo bacteriológico realizado la propia dependencia un 20% se salió de la norma por la presencia de coliformes y exceso de cloro.
Se reconoce que el principal riesgo es el proceso de envasado, por el que el año pasado se suspendió la actividad a 30 establecimientos por poner en riesgo a la población con dichas deficiencias, confirmó Víctor Torres Casanova, Jefe de Productos y Servicios de la Secretaría de Salud.
La Secretaría ha clausurado 3 plantas purificadoras de agua por violar normas de salud en los productos de agua y hielo en Centro, Emiliano Zapata y Tenosique; en este municipio el negocio fue cerrado de manera temporal por no contar con un área específica para el envasado del agua, en el mismo sitio se lavaban y llenaban los garrafones.
En tres casos, uno en Nacajuca y dos en Teapa, se detectó que el agua contenía más de 1.1 unidades de coliformes totales por cada 100 milímetros de agua, superando así la cantidad tolerada por la NOM 201.
Se observa que las causas de las sanciones no se deben a la planta de tratamiento sino a las condiciones externas, siendo las principales: no asilar sus áreas de envasado, lo que puede contaminar el agua purificada con la presencia de microorganismos como shigellas y salmonellas. Esta deficiencia corre el riesgo de desencadenar enfermedades como la fiebre tifoidea.
En 2011 la dependencia de salud ha realizado 129 verificaciones sanitarias y ha analizado 239 tomas de muestras.

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