martes, 20 de septiembre de 2011

El fiel de la balanza


“Así llegué y así me voy”. Con esa sentencia Andrés Granier Melo expresa que como gobernador se mantendrá al margen del proceso interno priista, que no influirá para designar al candidato a sucederlo.

—¿El gobernador no meterá las manos al proceso? —le preguntaron reporteros que querían saber si, como José López Portillo en el último tramo de su gestión como mandatario mexicano, sería el ‘fiel de la balanza’, el que diría la última palabra.
“Por supuesto que no. Yo fui parte de un proceso democrático, el cual a un servidor y a la gente que creyó en mí le costó mucho trabajo para poder llegar. Recuérdenlo ustedes. Ustedes lo vivieron. Entonces, así llegué y así me voy a ir”, respondió.
—¿Y cuál sería el mejor método para elegir al candidato de su partido? —se le insistió al mandatario estatal, buscando comprometerlo, o que revelara a qué acuerdo, si es que lo hubo ya, había llegado con el jerarca nacional priista, Humberto Moreira, en la reunión que tuvo con éste el domingo 11.
“Lo que decida el partido, yo respetaré… Yo llegué, recuerden ustedes, en consulta a las bases; igualmente, para alcalde, llegué en consulta a las bases. Pero ningún tiempo es mejor o peor que otro, así que en este momento lo que el Consejo Político decida, por supuesto que yo acato”, subrayó.
—¿Y quién debe ser el candidato de su partido? —esto no se lo preguntaron, pero Granier lo respondió: “el que sea, el que el pueblo considere que es el mejor posicionado”.
Parece difícil que un gobernante se abstenga a intervenir en la designación del candidato de su partido a sucederlo, e incluso que él avale que la nominación recaiga en quien tenga el consenso de la militancia y la sociedad.
Muchos no digieren que Granier no buscará que uno de los suyos —con vínculos afectivos o cercano colaborador— le reemplace en la titularidad del Ejecutivo, cuando su interés es entregarle la batuta a otro priista.
Muchos, incluyendo allegados, no entienden su propia vivencia política: él tuvo que ganarse las candidaturas para alcalde y gobernador en elecciones internas, y aunque no le está recomendando al PRI que adopte ahora ese procedimiento, sí se inclina por que sea “el mejor posicionado” a quien se postule.
Esto ya lo habló hace dos domingos con el presidente nacional del PRI, cuando aquél le informó que iniciará diálogos con quienes han dicho que aspiran a obtener la candidatura al gobierno estatal.
Serán conversaciones con cada uno de los siete aspirantes: Florizel Medina, Georgina Trujillo, Evaristo Hernández, Francisco Herrera, Luis Felipe Graham, Humberto Mayans y Jesús Alí, a efectuarse en octubre, y en los primeros días de noviembre cerrará con una reunión con el grupo, con los que quieran entrarle al juego, con reglas aceptadas por todos.
Cada uno jugará con sus fortalezas, sin padrinazgos, sin línea, sin recursos públicos que puedan favorecerlos. Sin cargadas apabullantes, ni currículum apantallantes.
Sin presiones de grupos, ni chantajes de quienes amenacen con migrar al bando contrario.
Sin los consejos de los sabios que ven al único que puede derrotar a la oposición.
El único padrinazgo que contará será el respaldo de la gente. Eso lo sostuvo aquí el 2 de agosto Humberto Moreira, cuando vino a decirle al priismo tabasqueño: “aquí está el CEN con la visión clara de lo que tenemos que hacer”.
Más vale al PRI y a sus liderazgos tener esa ‘visión clara’.
Más les vale no equivocarse, ni proceder contra la voluntad popular si es que de verdad pretenden “no perder un municipio, ni un distrito electoral y vamos a ganar el gobierno del estado”.
Lo que decida el PRI para su proceso estatal, con la selección de su candidato a gobernador, impactará los votos para su abanderado presidencial, para bien o para mal. Ése será el verdadero efecto: de aquí para allá.
Por eso, Granier hace bien en dejar la pelota en manos de los dirigentes de su partido. Él ya no puede, no debe (y asegura que no lo hará) inclinar la balanza para favorecer a alguno de los aspirantes.
Hace tres años no lo hizo en la selección del candidato a la alcaldía capitalina. Hoy lo reitera:
“Yo puedo garantizar que en Tabasco va a prevalecer la democracia y la libertad. Esa es una responsabilidad que tengo y la voy a cumplir. Así llegué y así me voy”.

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