Viaja a China para concluir su preparación rumbo a la justa continental, a celebrarse en Guadalajara, Jalisco
Cuando a Yadira Silva Llorente le preguntaron quién iba a cuidar de sus dos pequeñas hijas antes y durante su participación con el combinado mexicano de tenis de mesa en los Juegos Panamericanos 2011, respondió con tristeza pero confiada: “Se las voy a recomendar a mi mamá…”.
Segura del respaldo familiar, la tenista de origen cubano pero nacionalizada mexicana abandonó las instalaciones del Instituto de la Juventud y el Deporte de Tabasco (Injudet) para trasladarse a la localidad de He Nan, China, donde participará en un campamento de 45 días que incluye la afinación del aspecto táctico y competencias de fogueo con rivales de la región.
Junto con Mónica Serrano y Mercedes Madrid, Silva Llorente es “una carta fuerte” de México para obtener medalla en la competencia panamericana a realizarse del 15 al 20 de octubre en Guadalajara, Jalisco.
Lo anterior significa que la deportista radicada en Villahermosa volverá a encontrarse con sus menores hijas dentro de 51 días. “Es triste pero no me queda otra opción”, dice al despedirse de sus familiares y amigos.
Pero en su periplo panamericano, Yadira no estará sola. Tendrá la compañía de su entrenador y esposo Roberto Madrigal Hernández, quien gestionó ante las autoridades del Injudet la conversión de una oficina en sala de juego a propósito de concluir la fase de preparación local de la tenista de mesa.
La esperanza de la Federación Mexicana de Tenis de Mesa (FMTM) de que la selección nacional obtenga medalla en los juegos de octubre, se fincan en la experiencia de la deportista de 24 años de edad que participó en las Olimpiadas de Beijing 2008.
Madrigal Hernández sostiene que antes de viajar a China, la condición física y técnica de su esposa “estaba bien” y manifestó que, por tanto, al país asiático “se va a trabajar” el aspecto táctico con muchos partidos de fogueo como complemento del entrenamiento realizado en Villahermosa.
Doble esfuerzo
Los trabajadores del Injudet están sorprendidos de la fortaleza física de Yadira Silva Llorante. No dan crédito a la disciplina y esfuerzo con el cual entrena mañana, tarde y noche, además de atender las labores propias del hogar: preparar comida, ir de compras, atender a sus hijas y esposo, limpiar casa…
Tras adelantar parte de sus actividades de familia, Yadira llega al salón de entrenamiento a las 11:00 para empezar la primera sesión del día. Al filo de las dos de la tarde, se retira a su domicilio. Tres horas después reanuda el entrenamiento acompañado de la joven promesa del tenis de mesa de Tabasco: Luis Jesús León.
Mientras sus hijas duermen, la sesión nocturna puede prolongarse hasta las 01:00 horas del día siguiente. “Realiza ejercicios de explosividad, levantamiento de pesas y otros necesarios para jugar tenis de mesa”, comenta el vocero del Injudet, Rosalino Ramírez.
La rutina ha sido la misma desde hace dos meses. “Es incansable”, dicen los empleados de la dependencia que fisgonean su entrenamiento en vivo o a través de la internet, donde la deportista aparece saltando de un lado a otro, flexionado el cuerpo, por encima de una línea imaginaria del salón y luego levantando pesas…
Antes de partir a China, la preparación físico-técnica de la deportista registraba un avance del 65 por ciento. Se espera que el acondicionamiento total lo obtenga en los próximos 45 días porque su participación en los Juegos Panamericanos 2011 está prevista oficialmente para el 15 y 20 de octubre.
A pesar del cansancio y la nostalgia de sus hijas, Yadira confía en que sí cumplirá con las expectativas de los federativos de tenis de mesa: “La medalla será un orgullo para mis hijas”, dice, con los ojos enrojecidos, al finalizar lo que fue su último entrenamiento en tierras mexicanas.
Segura del respaldo familiar, la tenista de origen cubano pero nacionalizada mexicana abandonó las instalaciones del Instituto de la Juventud y el Deporte de Tabasco (Injudet) para trasladarse a la localidad de He Nan, China, donde participará en un campamento de 45 días que incluye la afinación del aspecto táctico y competencias de fogueo con rivales de la región.
Junto con Mónica Serrano y Mercedes Madrid, Silva Llorente es “una carta fuerte” de México para obtener medalla en la competencia panamericana a realizarse del 15 al 20 de octubre en Guadalajara, Jalisco.
Lo anterior significa que la deportista radicada en Villahermosa volverá a encontrarse con sus menores hijas dentro de 51 días. “Es triste pero no me queda otra opción”, dice al despedirse de sus familiares y amigos.
Pero en su periplo panamericano, Yadira no estará sola. Tendrá la compañía de su entrenador y esposo Roberto Madrigal Hernández, quien gestionó ante las autoridades del Injudet la conversión de una oficina en sala de juego a propósito de concluir la fase de preparación local de la tenista de mesa.
La esperanza de la Federación Mexicana de Tenis de Mesa (FMTM) de que la selección nacional obtenga medalla en los juegos de octubre, se fincan en la experiencia de la deportista de 24 años de edad que participó en las Olimpiadas de Beijing 2008.
Madrigal Hernández sostiene que antes de viajar a China, la condición física y técnica de su esposa “estaba bien” y manifestó que, por tanto, al país asiático “se va a trabajar” el aspecto táctico con muchos partidos de fogueo como complemento del entrenamiento realizado en Villahermosa.
Doble esfuerzo
Los trabajadores del Injudet están sorprendidos de la fortaleza física de Yadira Silva Llorante. No dan crédito a la disciplina y esfuerzo con el cual entrena mañana, tarde y noche, además de atender las labores propias del hogar: preparar comida, ir de compras, atender a sus hijas y esposo, limpiar casa…
Tras adelantar parte de sus actividades de familia, Yadira llega al salón de entrenamiento a las 11:00 para empezar la primera sesión del día. Al filo de las dos de la tarde, se retira a su domicilio. Tres horas después reanuda el entrenamiento acompañado de la joven promesa del tenis de mesa de Tabasco: Luis Jesús León.
Mientras sus hijas duermen, la sesión nocturna puede prolongarse hasta las 01:00 horas del día siguiente. “Realiza ejercicios de explosividad, levantamiento de pesas y otros necesarios para jugar tenis de mesa”, comenta el vocero del Injudet, Rosalino Ramírez.
La rutina ha sido la misma desde hace dos meses. “Es incansable”, dicen los empleados de la dependencia que fisgonean su entrenamiento en vivo o a través de la internet, donde la deportista aparece saltando de un lado a otro, flexionado el cuerpo, por encima de una línea imaginaria del salón y luego levantando pesas…
Antes de partir a China, la preparación físico-técnica de la deportista registraba un avance del 65 por ciento. Se espera que el acondicionamiento total lo obtenga en los próximos 45 días porque su participación en los Juegos Panamericanos 2011 está prevista oficialmente para el 15 y 20 de octubre.
A pesar del cansancio y la nostalgia de sus hijas, Yadira confía en que sí cumplirá con las expectativas de los federativos de tenis de mesa: “La medalla será un orgullo para mis hijas”, dice, con los ojos enrojecidos, al finalizar lo que fue su último entrenamiento en tierras mexicanas.
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