jueves, 11 de agosto de 2011

Múltiples problemas y una sociedad desesperada


Pese a que “vivimos arriba de un barril gigantesco de petróleo”, hay una pobreza extrema en este estado, que se respira en cada rincón, en cada barrio, en cada hogar, donde hace falta todo y a la par ocupamos los últimos lugares en todos los indicadores de desarrollo, dice Evaristo Hernández Cruz.
—¿Cuál o cuáles son los principales problemas que has detectado? —le pregunta Clip-Reporte Semanal al presidente de la asociación “Félix Fulgencio Palavicini”, quien presume que le ha dado 22 vueltas al estado.
“La verdad —sostiene— yo encuentro a una sociedad tabasqueña desesperada, con múltiples problemas por solucionar; un Tabasco rezagado al que si hacemos la comparación con Yucatán, Campeche y ahora hasta con Chiapas estamos frente a una gran desventaja, pese a ser un estado que tiene una riqueza inmensa, porque vivimos arriba de un barril gigantesco de petróleo, con una producción superior a los 500 mil barriles de petróleo al día, que junto con lo que se produce de gas y azufre, se le están dando a la Federación cerca de 300 mil millones de pesos al año, y el reparto del presupuesto es una migaja para la entidad.
“A pesar de poseer el 30 por ciento de toda el agua dulce del país, de sus tierras fértiles y productivas, a pesar de todo eso hay una pobreza extrema en este estado, que se respira en cada rincón, en cada barrio, en cada hogar, donde hace falta todo y a la par ocupamos los últimos lugares en todos los indicadores de desarrollo.
“El dato es fiel: la mayoría de la población no puede siquiera reunir los productos más básicos para su propia subsistencia”.
Sin detenerse, prosigue en su balance: “El 60 por ciento de la población de Tabasco no tiene acceso al agua potable; todas las aguas residuales, negras, o la gran mayoría desembocan a nuestros ríos y lagunas, con lo que estamos contaminando de manera severa e irreversible a estos cuerpos de agua, vitales para el medio ambiente; es un descuido total, cada quien hace lo que quiere… los ingenios azucareros, por ejemplo, tienen totalmente contaminadas lagunas y los ríos, con una contaminación terrible para 12 mil familias sólo en el Ingenio Benito Juárez y esto no puede seguir.
“Hay cerca de 100 mil familias que todavía no tienen piso firme en sus casas y son de tierra; miles de familias continúan defecando al aire libre, otras tantas que sufren las inclemencias de las lluvias porque sus casas se llueven, y miles más que no tienen empleo, ni la menor oportunidad de una remuneración económica.
“Encuentro deserción de muchos jóvenes estudiantes desde el nivel básico, secundaria, bachillerato y, lo peor, los que logran egresar de una carrera no obtienen un empleo; la calidad de la educación ocupando los últimos tres lugares”.

EN SALUD, SE ACABÓ EL GRAN PRESTIGIO
Luego, evalúa los servicios de salud. Y su diagnóstico es crudo: “Los últimos cuatro años se acabó con todo lo que se había venido construyendo. Observo que en la mayoría de las comunidades lo que llegan son pasantes de medicina y no médicos, sin supervisión alguna y que asisten cada quincena y sólo se limitan a extender una receta, pero no hay medicinas.
“Hospitales que llegaron a tener un gran prestigio nacional, como el ‘Juan Graham’, el ‘Hospital del Niño’, están en bancarrota, donde antes tú te enfermabas y requerías de una cirugía y de inmediato te la aplicaban en estos nosocomios gratis, ahora tienes que llevar dinero para que te puedan operar; te sale a veces más caro ahí que por fuera, en la medicina privada.
“Hay muchos médicos prestigiados que estaban allí, ya no están más, porque no se les paga, tenían los aparatos más sofisticados, de última tecnología del país y ahora por falta de mantenimiento ya no sirven, están descompuestos y conforme el tiempo transcurra dejarán de servir o se quedarán obsoletos; los fines de semana, donde hay clínicas municipales, los encuentras sin servicio médico. Todos te remiten a los grandes nosocomios de Villahermosa, pero están sumamente saturados. La salud está sumamente olvidada”.

ECONOMÍA DEVASTADA
El campo está igual o peor, acusa. Y da su visión: “El cacao es lo más dramático, llegamos a tener camiones por cada municipio, hoy ya no existen; las oficinas corporativas no sólo aquí, sino en la Ciudad de México o Estados Unidos ya no las hay, igual las aeronaves, hasta la cotización del grano que no sólo cotizaban en la Bolsa de Valores de México sino también en la de Nueva York, ya forman parte del pasado.
“El plátano al que llegamos a llamarle el oro verde, está en plena decadencia; la producción de arroz en Los Ríos, la piña de Huimanguillo, los cítricos y un sinfín de ejemplos más.
“La acuacultura, la pesca también en declive; la producción de mojarra tilapia apenas alcanza las 200 toneladas al año, cuando la demanda sólo tabasqueña es superior a las
2 mil 400 toneladas, eso ha hecho que la economía esté francamente devastada”.
—¿Qué hacer para revertir esta situación? —le preguntamos. Y enfatiza: “el punto de partida, sin lugar a equivocaciones es la educación”.
Para ello, propone un ‘gran acuerdo’ con maestros, alumnos y padres de familia para elevar el nivel educativo, pero para eso hay que comenzar por mejorar la infraestructura.
“Construir seis mil aulas en los próximos seis años y sí se puede; cuando fui alcalde hicimos 100 aulas con los pocos recursos disponibles; además, un maestro de educación física por cada escuela de Tabasco, hoy hay una por cada 15, y es tan importante que haya actividad física para los niños y jóvenes porque este país está colapsado su sistema de salud y de gasto público por las enfermedades crónico-degenerativas”.
Abunda: “Somos el segundo lugar mundial en casos de diabetes, un dato similar en hipertensos y Tabasco está ocupando el cuarto lugar nacional en obesidad infantil; por eso la propuesta para tener estos docentes desde preescolar hasta el nivel superior e incluir 45 minutos de ejercicios diarios y obligatorios, con eso podríamos librar a familias, a jóvenes y a la sociedad de estos padecimientos.
“Un psicólogo por cada escuela, actualmente hay uno por cada 25 escuelas, porque Tabasco ocupa el segundo lugar en suicidios y la mayoría lamentablemente son jóvenes, por una serie de problemas que se incuban en el hogar.
“La desintegración familiar es muy marcada y ahí es donde tienen que intervenir estos especialistas, porque un niño con problemas en casa lo refleja en su comportamiento escolar y en el rendimiento, si detectamos las causas podríamos anticipar sus consecuencias”.
Y concluye: “Eso nos permitirá revertir esta tendencia. Tanto salud como educación son la columna vertebral de toda sociedad en cualquier parte del mundo; un pueblo sin educación está condenado al fracaso colectivo. Esto no puede esperar más”.

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